Si continúa la navegación por nuestro sitio web estará aceptando nuestras condiciones, que puede consultar en:

MARZO DE 2023  /  POZUELEROS

LOS GIL COCA, EL GERMEN DEL POZUELO MODERNO

09-03-2023 12:13 p.m.

A principios de la década de los años 60 Pozuelo de Alarcón era un lugar áspero, deprimido, desvencijado, arrastrando aún la devastación que supuso la cruenta Guerra civil. Por cosas del azar por aquí apareció la familia Gil Coca y el patriarca, Lorenzo Gil, echó raíces en el pueblo y se empeñó en cambiarle la cara y reanimar su vida con un plan audaz y sensato de construcción. 

Pozuelo IN se ha acercado a uno de los hijos de Lorenzo, Ramón Gil, el tercero de diez hermanos, para relatar la historia de una familia muy ligada a Pozuelo de Alarcón, con la que se inició su desarrollo urbanístico y el crecimiento económico de este municipio que se ha situado entre los más prósperos de España.

¿Por qué terminó tu familia en Pozuelo?

Mi padre estaba construyendo en Madrid y le estafaron con un terreno, para compensarle le pagaron con otro en Pozuelo que abarcaba desde San Luis de los Franceses hasta la Fuente de la Salud. En un principio era terreno rústico pero al poco tiempo se convirtió en urbano, una casualidad . En este terreno construimos 6 o 7 casas de tres alturas, 145 chalets adosados y 8 o 10 locales comerciales. Dentro del terreno había dos casas y arreglamos una para venir de veraneo. Éramos de los veraneantes de Pozuelo.

¿Qué habéis construido en Pozuelo?

Mucho, 265 chalets en la Colonia Benitez haciendo la infraestructura, agua, metimos los servicios..., otra urbanización de 12, otra de tres y otra de diez. En la estación hicimos lo que son las tabernas y todos los locales comerciales que hay. Fuimos la primera familia en Pozuelo en construir a este nivel.

¿Cuántas calles tiene tu familia en Pozuelo?

Creo que seis, la mayoría por donde está la Bodega de la Salud.

¿Cuál fue el motivo por el que tu padre empezó a construir?

Él era Ingeniero Naval, Catedrático de la Escuela de ingenieros navales, pero mi abuelo sí era constructor y mi padre a la vez que estudiaba, construía.

¿Tus inicios en la construcción fueron en Pozuelo?

Sí, con los chalets de la calle Portugalete. En esta zona cogimos 1.800 metros para hacer unos chalets unifamiliares para todos los hermanos y mis padres. A día de hoy los seguimos teniendo.


¿Fue fácil construir en Pozuelo?

Mucho, estaba todo completamente virgen. En ese momento estaba de alcalde Manolo, le llamaban Manolo “Sardina”, su padre tenía un almacen de materiales en Pozuelo y tenían también el campo de fútbol donde a posteriori hicieron la urbanización Nueve Pozuelos, que eran pisos altos.

Existen críticas sobre lo mal construido que está Pozuelo ¿Tienes la misma opinión?

No creo que esté mal hecha. No han dejado construir en altura y eso ha favorecido al pueblo. En aquella época no había infraestructura para ir a Madrid y si se hubiese echo de otra manera hubiese habido unos atascos brutales. Cada constructor llegaba y hacíamos el plan de viales y cada uno hacía las calles como le convenía para su construcción y claro, existen calles con mal trazado pero es que no existía un plan general de ordenación en Pozuelo. Pozuelo estaba creciendo y al ayuntamiento le interesaba.

¿Qué se hacía en Pozuelo en aquella época?

Pozuelo era ciudad dormitorio, no había casi de nada, estaba el cine Dalia, algo de comercio pero escaso y poco más. Se hacía la vida en los chalets con la piscina. Teníamos el Casino de los veraneantes donde bailabamos y te tomabas algo. De restaurantes empezó Casa Tere y la Taberna de la Bodega de la Salud. Luego llegaban las Fiestas del pueblo que se hacían en la Plaza antigua, se rodeaban con carros las entradas y allí mismo eran los toros y el baile. Debajo de la iglesia se ponía la banda, era todo muy simpático. Media plaza era de los del pueblo y la otra media de los veraneantes. Siempre había alguna pelea pero no entre nosotros, casi siempre eran con personas de los municipios de alrededor que se acercaban. Entre los del pueblo y los veraneantes procurábamos no inmiscuirnos en su terreno, sobre todo por educación.

¿Qué relación te une a la Bodega?

Era el propietario del local y muy amigo de Ignacio. En su día me ofreció entrar con él de socio porque necesitaba dinero para la reforma del local, yo le dije que mejor se lo dejaba y así no perdía un amigo. Siempre he tenido una gran amistad con la familia Cabello, a Amando, su hermano pequeño, le he considerado siempre como un hijo, tenemos una gran amistad y siempre se ha comportado como un caballero. Al tiempo construí cuatro tabernas que tuve la explotación durante dos años pero el mundo de la hostelería no era para mi e Ignacio y Amando las compraron. A la muerte de Ignacio, sus hijos se quedaron con la Bodega y Amando siguió con la Española.

¿Cuáles eran los barrios que había en aquella época?

En el pueblo estaba el barrio de Moscú que eran casitas humildes, el barrio donde se ubicaban las fábricas de cuero que era el barrio de los curtidores. Yo vivía en lo que llamaban el Cerro de la Utrera y allí estaba la Era del pueblo. Donde hoy en día está San Luis de los Franceses había una fábrica de chocolate, trabajaban muchas mujeres del pueblo, entre ellas la madre de Paco Barrios que ha sido un gran hombre conocido en Pozuelo.


¿Con qué zona te quedas de Pozuelo?

Con Bularas, era donde vivía pero al quedarme viudo decidí vender la casa porque me traía muchos recuerdos.

Decidiste regresar a Madrid ¿Cuál fue el motivo?

Al quedarme viudo pensé que no sería capaz de salir adelante, pero pasado el tiempo y tras vender la casa, conocí a la que hoy es mi mujer y con la que tengo un hijo, Celia Vilches. Ella ha conseguido que me mantenga y estoy dedicado a mi hijo que tiene 9 años y que me da motivos para vivir todos los días, mis otros tres hijos ya son mayores. Sigo viniendo de veraneo y fines de semana a la casa familiar, me sigue gustando, es muy cómodo y a mi mujer le gusta mucho, además el resto de mis hijos están aquí, estoy muy ligado a Pozuelo.

¿Te propusieron ser alcalde?

Sí, en las primeras votaciones vino Ronaldo Cortés a cenar a la Española y en la conversación me preguntaron si quería ser, mi respuesta fue muy clara, “no, los alcaldes lo único que ganan son enemistades”. No me gusta la política.

¿Cómo has visto la evolución política de Pozuelo?

Los primeros alcaldes fueron del Régimen. No hemos tenido excesivos alcaldes y siempre de derechas. Considero que Martín Crespo lo hizo bien. He tenido un trato cordial con ellos. Siempre ha salido el PP sobre todo por las urbanizaciones pero ahora hay mucha gente de fuera. Creo que ha cambiado algo la manera de votar pero siempre ganará la derecha.


¿Cómo ves las próximas elecciones?

Personalmente prefiero que el alcalde sea de Pozuelo, lo importante de un pueblo es conocerlo en sus debilidades y sus virtudes y para eso tienes que ser de aquí. Creo que Enrique Ruiz Escudero sería un gran alcalde, tanto él como su familia son de aquí. Todo el que venga de fuera viene con carácter impersonal.

¿Qué vida sigues haciendo en Pozuelo?

Fundamentalmente estoy unido al Club Rotario de Pozuelo Villa que es al que pertenezco. He ido haciendo amistad con ellos y son las personas con las que me reuno a comer semanalmente. Fuimos varios los fundadores, Jesús Iglesias y mi hermano Mariano ya eran rotarios y estoy muy contento que me introdujeran. A día de hoy a Jesús le considero mi gran amigo, es la persona más espléndida que he conocido, si alguna vez he necesitado algo me lo ha dado sin preguntar, es una gran persona a la que le daría lo que necesitara. Los amigos de verdad se cuenta con una mano.   Ω