Si continúa la navegación por nuestro sitio web estará aceptando nuestras condiciones, que puede consultar en:

El Papa Francisco se pregunta: ¿Qué Dios estaría dispuesto a morir por los hombres?

04-04-2021 10:40 a.m.

(2)

En un tiempo en el que la creencia humana mira hacia dioses banales, el Santo Padre nos habla sobre el misterio de la cruz

Tras 40 días, llegamos a la gran celebración de la triunfante resurrección de nuestro señor Jesucristo. un acontecimiento inédito en la historia en que Dios hecho hombre se ofreció para restablecer su amistad y comunión con todo el género humano. El inocente, el cordero sin mancha, pagó el precio de nuestros pecados y lo hizo por medio de la humillación y de una muerte en cruz.

Durante la cuaresma, el Papa Francisco se refirió en diversos momentos al misterio de este amor, hasta el extremo que vivió Cristo por todos y por cada uno de nosotros: “¿Qué Dios estaría dispuesto a morir por los hombres, amarlos siempre, con paciencia, sin esperar nada a cambio? ¿Cómo podríamos siquiera concebir el abismo infinito del amor de Dios?”

El Papa Francisco, al meditar sobre el momento de la consumación de su ofrenda al Padre, recordó que Jesús se desprende de María y de esta manera nos hace partícipes de su amor de madre: “A los pies de la cruz, Jesús quiso, además, extender la maternidad de María a toda la Iglesia, colocándonos bajo su manto; de este modo comenzamos a pedir su intercesión con expresiones directas sacadas de la Sagrada Escritura: “llena de gracia”, “bendita entre las mujeres”, o con el título de madre de Dios proclamado por el Concilio de Éfeso”.  

Al mirar a Cristo en la cruz, dándonos su vida, nos obliga a reconocerlo también en quienes, hoy como él, padecen sus propias cruces, una exigencia de solidaridad y el papá nos urge a responder: “Él, por amor, entrando en el abismo del dolor y del sufrimiento nos redime y no salva dando sentido a nuestras aflicciones y tribulaciones. Pondremos ante Jesús crucificado a todos los crucificados de hoy, hermanos y hermanas víctimas inocentes del sufrimiento y la maldad del mundo. Sólo él puede consolarlos y darles amor”.

Caminar junto a Cristo como discípulos, nos lleva a compartir su suerte de cruz, pero siempre con la esperanza y la certeza de participar también de esa resurrección con que el venció a la muerte y nos regaló una vida nueva.

COMENTARIOS

no hay comentarios

Añadir un comentario

Deja tu comentario aquí: