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Por Germán Pose / Imágenes: Amaya Aznar.
Isabel San Sebastián (Santiago de Chile, 1959), periodista escritora y vecina de Pozuelo de Alarcón desde hace 40 años, vuelve a la acción con su última obra “La temeraria”, un viaje a través de la vida de la reina Urraca, la primera reina en pleno derecho de España y de Europa. Una obra que apenas salir a la venta ya va por la segunda edición y en la que San Sebastián relata el coraje de un personaje excepcional y con una personalidad valiente que ella equipara con la de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
—Vuelve a la escena con otra novela histórica, acaba de publicar “La temeraria”, una historia acerca de la reina Urraca, la primera reina de España y de Europa, que reinó hace 1000 años. Isabel, ¿de dónde le viene el latido por el género de la novela histórica?
Llega de mi pasión por la historia que me inculcó un profesor de bachillerato y mi pasión por la literatura, tuve una infancia muy nómada y viajera porque mi padre era diplomático. Yo había leído a muchos clásicos escritores de novelas históricas y mi primera novela de este género fue “La visigoda”, gracias a una apuesta con un amigo. Me ha proporcionado tantas satisfacciones que decidí seguir por ese camino.
—Y en ese viaje quedó fascinada por la historia de la Reconquista.
Sí, descubrí que era una historia tan fascinante que merecía la pena novelarla entera, y en eso estoy. La novela histórica tiene todas las ventajas de la novela tradicional, de entretener, fascinar, de permitirte recrear la realidad de unos hechos extraordinarios, y además, tiene todas las ventajas de permitirte zambullirte en unos hechos históricos y conocerlos mejor, sobre todo en la historia de la Edad Media de España, tan poco conocida.
—¿Por qué se fijó en la figura de la reina Urraca? Ha afirmado que Urraca era un personaje en busca de autor, parafraseando a Pirandello.
Pues porque la reina Urraca fue un personaje que yo me encontré casi por casualidad avanzando en mi periplo medieval me hallé con un personaje sensacional, fue la primera reina de pleno derecho de España y de Europa, una mujer que se autoafirmaba como reina de León y emperatriz de España, a comienzos del siglo XII, casi nada. Una mujer maltratada físicamente por su marido, Alfonso El Batallador, que le pegaba buenas palizas. Y Urraca se rehízo, le plantó cara y se enfrentó con él tanto en la alcoba como en el campo de batalla. Un personaje valiente, impactante y muy moderna para su época. Un hallazgo extraordinario desde el punto de vista histórico y literario. Además, me recordaba a un personaje de nuestra historia política actual.
—Ahora que soplan aires de un feminismo más bien envenenado, cree que la reina Urraca con esa actitud y personalidad fue una de las primeras feministas de la historia de España?
Bueno, hablar de feminismo en el siglo XII es delicado. Piensa que nosotros venimos de la cultura matriarcal astur, cántabra, navarra y vasca. Venimos de una cultura profundamente influenciada por las mujeres y gracias a eso en León podían reinar las mujeres, y después en Castilla, saltándose la vigente ley sálica que impedía reinar a las mujeres. Lo que ocurre es que el mal llamado feminismo actual, muy contaminado de ideología, que no tiene nada que ver con el feminismo real, adolece de una gran incultura. Si el feminismo moderno empezó en el siglo XIX no era precisamente una corriente de las izquierdas. Hay que recordar que en España los partidos de izquierda, comunistas y anarquistas, estaban en contra del voto de la mujer porque sostenían que las mujeres iban a votar lo que les dijera el cura. Eso de identificar feminismo e izquierda demuestra un profundo desconocimiento de la historia y un tremendo sectarismo.
—El libro, “La temeraria”, lo presentó hace unas semanas en Madrid la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y también se presentó días después en el Mira teatro de Pozuelo, y usted establece una conexión entre el acoso cruel que sufrió la reina Urraca con el que está sufriendo Ayuso desde distintos frentes.
Tienen bastante en común, aunque el que sufrió Urraca, la verdad, fue bastante peor. Tuvo que hacer frente a los prejuicios brutales de su tiempo y a la misoginia imperante por atreverse a reinar siendo mujer, lo cual escandalizaba a mucha gente en aquella época. Tuvo que enfrentarse a su marido, y también a su hijo, que intentó arrebatarle el trono. Hoy en día, a pesar de todo los que nos quieran vender, la mujer está alejada de los principales puestos de poder. De izquierdas o derechas, todos muy feministas de boquilla, pero a la hora de mandar son los hombres los que mandan. Isabel Díaz Ayuso es una mujer que se ha enfrentado a todos esos prejuicios y no se calla ni achanta y cuando la acosan, lejos de retirarse, se crece, y eso es lo que hizo la reina Urraca en su día.
—Ayuso resiste a pesar de todo el acoso al que está siendo sometida, usted asegura que ella será la primera presidenta del gobierno de España.
Sí, estoy convencida y lo escribí hace tiempo. Me puedo equivocar porque no soy adivina, pero haciendo un análisis político y emocional de la manera en que Ayuso ha hecho frente a tantos avatares duros y la manera en que ha sido leal y trabajadora independiente estoy, de verdad, convencida de que será aupada a la presidencia del gobierno en España en un futuro próximo. Creo que lo veremos porque no ha habido una campaña tan violenta y agresiva de acoso a una persona por parte del PSOE y los partidos de izquierda que la que ha sufrido ella y su familia a base de infundios y mentiras y ha salido indemne de todas las afrentas.
—Coordina el ciclo anual de la semana de novela histórica de Pozuelo de Alarcón en el teatro Mira, en colaboración de la Asociación de Escritores con la Historia, ¿cómo es esa experiencia?
Me ilusiona e impresiona que el gran teatro Mira se llene a rebosar con 600 personas asistiendo al ciclo de conferencias. Es algo inaudito y estoy muy satisfecha de la gran expectación e interés que suscita este ciclo. El próximo mes de febrero volveremos a la acción.
—Tal como está el patio nacional, ¿cómo cree que terminará este cuento político tan sombrío y delirante que estamos sufriendo?
Lo que sí sé es que esto terminará en algún momento, como dicen en Asturias, nunca llovió que no escampara. Y acabará más pronto que tarde. Yo suelo decir que si sobrevivimos a Almanzor sobreviviremos a Sánchez.
—¿Cómo retrataría a un personaje como Pedro Sánchez en términos literarios?
Como un villano de novela. Es el prototipo del personaje infame de novela. Un mentiroso, narcisista, traidor, falsario, pagado de sí mismo, malvado en muchas de sus actuaciones, retorcido. Es un personaje literario, porque en una novela que se precie tiene que haber un rufián, un malo, un perverso y Sánchez cumple todos los requisitos.
—¿Cómo liga la realidad y la ficción a la hora de trazar y construir una novela histórica?
Eso es lo más difícil. Una vez que has estudiado muy bien el escenario histórico por el que va a transcurrir la novela tienes que crear tus personajes y tramas de ficción y entretejerlas como en un tapiz, de manera que no se note lo que es ficción y es realidad. La urdimbre es la realidad y las pinceladas son la trama de la ficción. Y todo ello sin faltar a la realidad, los personajes de ficción deben ser verosímiles.
—Parece que la narración de la historia llega ahora a las aulas, a los jóvenes, de una manera adulterada, más bien falsificada, ¿puede ser ese el motivo del actual momento confuso que estamos viviendo en España?
Estamos viviendo un momento de una decadencia política y cultural, pero no somos los únicos, le ocurre a toda Europa. Lo que se está produciendo con este empeño de olvidar y borrar los sucesos de la historia de España es privarnos de raíces. La historia de un país es como las raíces de una planta, si a una planta le cortas las raíces la planta se muere. Si a un país le privas de su historia ese país se desmorona porque le dejas sin referencias ni criterio. Eso es lo que está ocurriendo ahora en España. Tienen un empeño en cargarse la historia de una nación importante para dividirla y crear brechas.
—La idea de la Reconquista y lo que vino después era recuperar la idea de España.
De eso se trataba, de recuperar la España como una nación unida. En ese camino hubo muchas disputas, pero el empeño estaba ahí, que más tarde se materializó con el reinado de Isabel y Fernando.
—¿Cómo influyó la Reconquista en la historia de España y en la de Europa y del mundo?
Fue determinante. Ha quedado escrito por determinados historiadores que España no sólo era Europa sino que fue el único país europeo que estuvo ocho siglos luchando para ganarse el derecho de ser nación y reconstruir Europa. La Reconquista es la gesta secular gracias a la cual España permanece en su ámbito geográfico y político de forma natural. Si no hubiera sido por la Reconquista seguramente se habría cumplido esa condena de que Europa terminaría en los Pirineos y nosotros seríamos África, Marruecos, Túnez, no sé.
—Y llegamos a la situación actual, reaparece Pedro Sánchez después de sus absurdos “ejercicios espirituales” del mes de abril y afirma que esto ha sido un punto y aparte. Su pretensión es el control del poder judicial y el de la prensa libre. ¿Entramos en un período dictatorial que no podíamos imaginar?
Eso es lo que quiere Sánchez pero no nos vamos a dejar. Al menos tenemos el colchón de la Unión Europea que no va a permitir que este sujeto perpetre su objetivo de desmantelar todos los resortes democráticos constitucionales españoles. Los jueces no se van a dejar y están haciendo gala de una gran valentía y coraje. Y los periodistas libres tampoco, a pesar de que hay un buen puñado de apesebrados y muy bien pagados que le están haciendo el juego a Sánchez, pero la mayoría no estamos en ese juego. Y yo estoy convencida de que no va a lograr doblegar a la justicia ni a la prensa independiente.
—Sostenía Lord Acton, y también Bakunin, que el poder absoluto corrompe, ¿esta afirmación vale para todos, tanto para la izquierda como para la derecha?
Que el poder corrompe lo tengo absolutamente comprobado. Y cuanto más poder más corrupción sin duda. Pero no va por ideologías, va por personalidades. Siempre hay algunos gobernantes más íntegros que otros. Lo que está claro es que las ideologías totalitarias, sean de izquierdas o de derechas, corrompen absolutamente.
—Partiendo de su agnosticismo y escepticismo crítico, asistiendo al panorama que tenemos, ¿a quién nos podemos encomendar?
Lo tengo clarísimo. Tenemos que agarrarnos a nuestros principios, a nuestros valores, mantenernos firmes en la defensa de esos valores y vivir con coherencia coraje y libertad. Le pese a quien le pese. Ω
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