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Quizá se nos esté olvidando que la educación de un niño comienza en nuestra casa...
Nos preocupamos y ocupamos en conocer las diferentes ofertas escolares que nos ofrecen a nuestro alrededor para que nuestros hijos reciban la mejor educación posible ¿Es bilingüe? ¿Inglés, francés, alemán...? ¿Cuentan con variedad de extraescolares? ¿Qué horario me ofrecen? ¿Cuál es su nivel social? ¿Religioso o por el contrario laico? ¿Está cerca de casa? ¿De letras, ciencias, tecnologías...? ¿Niños y niñas separados o mezclados? ¿Cuál es su método de enseñanza?... muchas son las cuestiones a tener en cuenta y todas ellas importantes.
Tenemos la gran suerte de vivir en una zona donde podemos contar con una gran variedad de centros escolares que reúnen los requisitos suficientes para tener la total tranquilidad de que nuestros hijos están en las mejores manos, sólo debemos tener claro qué es lo que buscamos y lo que más nos importan, porque seguro que aquí lo encontramos.
Pero ¿Debe quedar la educación sólo en manos del centro educativo que hemos elegido?. Por muy bueno que sea el colegio, que tengo la total seguridad de ello, cometemos el gran error la mayoría de las veces de pensar que este, por el que tanto nos ha costado decidirnos es el que tiene la responsabilidad de hacer de nuestros hijos personas de bien, responsables, humanos, estudiosos, respetuosos... y un sin fin de valores con los que cualquier persona debería contar a la hora de formarse y convertirse en un adulto preparado no solo para la vida laboral, sino para la convivencia.
Ésta es la parte que no debe inculcar sólo el colegio, se debe inculcar desde el hogar y asumir nuestra parte de responsabilidad en donde el seno familiar es de suma importancia para el desarrollo integral de nuestro hijo.
Todo está inventado pero que nos recuerden de vez en cuando lo que en realidad todos sabemos nunca viene mal para seguir llevándolo a la práctica:
—Bendita rutina. Es fundamental establecer rutinas en los niños, ya sean en tareas del hogar, en los estudios o en su higiene personal, facilitaran la convivencia familiar y les da el equilibrio mental necesario para afrontar sus retos.
—Enséñales a tener paciencia. Todos los niños piden y piden y después vuelven a pedir, pero debemos a enseñarles a tenerla. La paciencia hay que entrenarla, cuando nos pidan algo, no tengamos el impulso en dárselo de inmediato. Si les inculcamos que para conseguir las cosas hay que esforzarse, conseguiremos que las sepan valorar mejor. No somos mejores padres por concederles cualquier deseo, mal haríamos para su futuro. Cuando nos digan que sus amigos tienen... debemos mostrarle la otra cara de los que no tienen nada.
—¿Horarios?. Estos son fundamentales. Diseñar un horario con nuestro hijo y que esté al alcance de su vista. Una hora para comer, otra para jugar, otra para ver la tele, otra para ir a dormir... los niños necesitan esos horarios más de lo que pensamos.
—Responsabilidades. Sin ellas podemos convertir el día de mañana a nuestro hijo en un “nini”. No es todo... "yo quiero, me lo merezco, soy pequeño"... tienen que ser responsables según las edades. En familias con varios hijos es muy bueno adjudicarles roles, que variaran dependiendo de las semanas. Se puede nombrar a uno que sea encargado de supervisar el orden, a otro de que se cumplan los horarios y rutinas establecidos, que no se dejen las luces encendidas, los juguetes recogidos una vez terminan de jugar... Es un juego que a los niños les encanta, porque se les ponen retos, se les da motivación y su autoestima crece.
—Palabras mágicas. Te quiero, gracias, por favor, ponte en su lugar, lo siento, con estas palabras serán buenas personas.
—Vida familiar. Llevamos una vida sin tiempo para disfrutar, relajarnos y dedicarlo a las personas que queremos. Pero debemos sacarlo, en una familia esos momentos deben ser sagrados ya sean en el desayuno o la cena hay que fomentar la conversación entre padres e hijos, ya que es el único momento donde de verdad conoceremos a nuestros hijos, cómo les va, si tienen alguna preocupación y fomentar la confianza hacia nosotros para que nos lo cuenten. Los fines de semana solemos disponer de más tiempo y debemos realzar la vida familiar. No hace falta basarlo en gastar dinero, salir a pasear, una excursión al campo donde apreciar las cosas...
—¡Vacaciones!. No todo vale. Es una época en la que nos relajamos y somos más flexibles y así debe ser pero no bajemos la guardia. La educación es un proceso continuo e infinit. Un cuaderno de repaso puede ser un buen hábito o la lectura de un libro acorde a la edad.
—Cuidado con la TV e internet. Debemos estar pendientes de qué ven nuestro hijos pues hay muchas emisiones que no son aptas para ellos. No debemos ponerles televisores en sus habitaciones, les hace encerrarse en sí mismos y dejar los momentos familiares olvidados. Si las tienen querran verla por la noche y es un gran error, no vale decirles que no porque lloraran y terminaremos por ceder y no les enseñaremos la importancia de las normas y el autocontrol. Lo mismo ocurre con internet y el móvil cuando se usa antes de las edades correspondientes, ¿dónde dejamos el salir a la calle a jugar? ¿el contacto físico? ¿socializar? ¿realmente necesitan móvil? La mayoría de las veces por no decir en su totalidad NO, pero nos dejamos llevar por la sociedad... es más fácil.
—Desarrolla su imaginación. Todo se aprende pero desarrollar la imaginación desde pequeños hará que se conviertan en personas sin límites, capaces de crear. En vez de comprar, dejemos que construyan, que piensen, que inventen y que jueguen con lo que sus propias manos han fabricado. Él percibirá el esfuerzo y el tiempo que le llevó y aprenderá el valor de cuidar las cosas.
—Practica un deporte. Todos los niños deberían desarrollar una actividad deportiva, independientemente de cuál sea. Les enseñará valores, juego limpio, trabajo en equipo... y además les aporta salud.
—En la calle. Deben saber comportarse, tener modales, dar los buenos días o buenas tardes, ayudar a las personas mayores o a alguien necesitado. Debemos educar en el respeto a los animales y la naturaleza.
—En el Colegio. Intenta llevarlos a un centro donde trabajen los valores, conforme avance en edad se debe trabajar más intensamente este punto. Que un niño sepa rechazar los valores negativos existentes en la sociedad es fruto del trabajo familiar y respaldo de los centro de enseñanza. Educa a tu hijo para tenerle respeto al profesor, el docente trabajará mejor si se confía en su labor.
—Amistades. No nos tenemos que convertir en espías pero debemos estar pendientes. Una mala amistad puede tirar por tierra el trabajo realizado.
Son unas pequeñas pautas para facilitar esa gran labor. Hay una frase célebre que señala que la adultez es la hija de la infancia, de cómo nos traten y etiqueten nuestros padres será nuestra personalidad futura. Ω
13-02-2022 9:20 a.m.
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