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Por Germán Pose
Raúl Cano, residente en Pozuelo desde los 16 años, forma parte del grupo Yllana, una de las formaciones cómicas, de humor gestual, mudo, más importantes de Europa. Ha recorrido medio mundo con sus espectáculos y ha cosechado un montón de premios tanto internacionales como nacionales. Se considera heredero de Buster Keaton y de los Hermanos Marx. Aparte de su trabajo con Yllana, que dirige el Centro de Artes escénicas de Pozuelo, colabora con José Mota, con quien prepara una película. Raúl recibe en su casa a Pozuelo IN mordisqueando un violín.
—Hace casi 35 años entraste a formar parte del glorioso grupo cómico Yllana, del que ahora hablaremos, pero antes de eso ¿a qué te dedicabas?
Estudiaba el bachillerato y en paralelo estudiaba violín en el Conservatorio Superior de Música. Todo por influencias de mi padre, Juan Cano, que fue un trompetista y violinista histórico. Luego entendí que el violín no era lo mío, entre otras cosas porque el profesor que tenía, Pedro León era muy malo, y me sentí atraído por la interpretación y me hice actor.
—¿Y cuáles fueron tus primeros pasos?
Logré ingresar a los 21 años en la Escuela de Arte Dramático, de Ópera. Me presenté a las pruebas junto a otros 800 chavales y fui uno de los 50 elegidos. Y me decanté por el teatro gestual porque el texto y los diálogos y todo eso me parecía un coñazo.
—Corría el año 1991 y entras en el grupo Yllana.
Sí, había una gira por Holanda y me escogieron por la baja de uno del grupo. La primera obra se llamaba “Mú” y ahí entré yo, y a partir de ahí, en el grupo A de Yllana empezó mi carrera de actor cómico. Y se sucedieron las obras, “Glu, glu”, “666”…
—¿Cómo te atrajo el teatro gestual, sin palabras?
Yo necesitaba movimiento porque tengo muchos problemas en la espalda. Tocar el violín, tan quieto en una silla, me atormentaba y ese tipo de teatro me sedujo y me vino muy bien. Me parecía mucho más divertido. Puedo decir que casi obligué a Yllana a contratarme porque cuando se hicieron con el teatro Alfil, de Madrid, me presenté a las pruebas y les dije que yo era la persona que necesitaban, y así fue.
—Y de ahí ya no te movió nadie.
Por supuesto, además, yo quería salir, dar vueltas por ahí, viajar, conocer mundo.
—Y se cumplió tu deseo, has visitado medio mundo.
Sí, desde Holanda, Francia, Nueva York, Las Vegas, Mozambique, Tokio, Singapur, Hong Kong….
—Con Yllana has participado en más de 30 obras.
Si, he perdido la cuenta, las que más cariño tengo son “Múu”, “Glu glu”, “666”, “Star trip” “U2”, “Borkers”, “Lo mejor de Yllana”…
—¿Cómo has sentido la evolución de tu trabajo en Yllana desde tus inicios en el grupo?
Han pasado muchas cosas, creo que con el tiempo las energías van fallando, pero no el espíritu, y sobre todo, tenemos más coco, somos más finos a la hora de elaborar nuestras obras. Somos más estables, antes nos sobraba adrenalina, locura..como “Glu glu”, era una obra muy física, como una prueba de atletismo….para hacer eso tienes que tener de 20 a 30 años, era una barbaridad física. Y encima, muchas veces, con resaca, ufff.
—¿En qué basabais el argumento de vuestros sketeches?
En un principio eran escenas independientes, a nuestro libre albedrío, sin reparar nada más que en el golpe cómico, sin ninguna intención social o política. Mero humor. Y así, más o menos hemos seguido, guiándonos por nuestro instinto cómico. La vida está ahí y te ofrece muchas ideas.
—¿Qué cómicos os han inspirado?
Muchos, Chaplin, Buster Keaton, El gordo y el flaco, Los Hermanos Marx, Los 3 idiotas, Benny Hill, Mr. Bean…y mucho, el cine. Nosotros somos muy cinéfilos…tenemos mucha influencia cinematográfica. Y Jim Carrey, me llamaban el Carrey español, me gustaba ser muy histriónico.
—¿De qué obra te sientes más contento y satisfecho?
“666” siempre me ha parecido genial y la seguimos interpretando.
—Yllana, cono marca, dirige varios centros culturales, como el centro de artes escénicas de Pozuelo.
Sí, esa escuela de Pozuelo, Las Rozas, la de Parla, Móstoles, Torrelodones, el teatro Alfil, aunque ahora lo tiene arrendado una compañía de flamenco. Es un compartimento de Yllana que se dedica a la enseñanza de teatro, pero no el estilo Yllana, precisamente.
—Sois varios Yllanas, no? Tú estás en el grupo A.
Sí, en el principal, lo componemos Luis Cao, Johny Elías, Juanfran Dorado, Fidel Fernández, y yo, Raúl Cano. Somos 5 actores para 4 personajes, y nos vamos turnando. Luego hay otros cuatro Yllana más que hacen espectáculos más familiares, está Trash, que es de percusión. También hacemos colaboraciones, como “Paganini”, con Ara Malikian.
—¿Cómo elaboráis los sketches?
Bueno, siempre hay una idea y entre todos la vamos desarrollando. Y una vez creada la historia cada uno le da forma a su personaje.
—Habéis viajado por medio mundo, más de 50 países, ¿en qué sitios os habéis sentido más reconocidos?
Últimamente en Francia, en París, representamos “Lo mejor de Yllana” en el teatro Monchellier, y tuvimos un gran éxito. La crítica nos comparaba a Los Hermanos Marx. En Alemania también nos recibieron muy bien. Pero donde más nos hemos sentido admirados ha sido en Madrid cada vez que hemos actuado.
—¿En algún momento habéis pasado el mal trago de sentir que el público callaba y no os entendía vuestro humor?
Sí, (ríe), siempre lo recordamos. En Holanda, en una ocasión, en un teatro de Ópera solo asistieron 25 personas en un sitio donde había un aforo de más de 400 y decidimos subirles al escenario y hacérselo de cerca solo para ellos. El espectáculo era “Muuú”, el de los toreros. Pues bien, nadie se rió nada de nada. En España con esta obra se mueren de risa, pero esa noche nadie se inmutó y nos mirábamos entre nosotros con un nudo en la garganta. Fatal. Y cuando terminamos la obra, sonaron algunos aplausos cansinos, plas….plas….plas…tremendo. Y nosotros nos dijimos, vámonos de aquí. Pues mira, al final la gente nos dijo que les encantó la obra. Y las críticas fueron fantásticas, no entendíamos nada. Es que Holanda es un lugar muy raro y aburrido. Pero, mira, parece que les encantó.
—¿Cómo os recibieron en Nueva York?
Muy bien, pero teníamos cierto miedo a que nos pusiesen solo una estrella, como le paso a Tricicle. Pero bueno, llamamos a un gran crítico para que viniese a vernos, nos costó 30.000 dólares que viniera, y luego sin garantías de que hablara bien o mal, allí los periodistas ganan muchísima pasta y funcionan así. Pues mira, el tio nos puso 4 estrellas en el New York Times, hala. Fue una experiencia buenísima.
—¿Qué proyecto tenéis entre manos?
War baby. Vamos ahora a Turquía y ya se está moviendo. Es una historia cómica sobre la guerra. Dos enemigos se cruzan y al final se hacen amigos. Pues eso, que las guerras son gilipolleces, mejor jugar al fútbol, joder.
—¿Te ves mucho tiempo en este oficio, tienes cuerda para rato?
Sí, claro que sí, aunque físicamente estoy algo cansado porque llevo casi 30 años sin parar. Pero me encanta y tengo aguante.
—¿Y qué tal tu colaboración con José Mota?
Muy bien, es un tío estupendo y nos entendemos fenomenal. Ahora estamos preparando una película pero no te puedo hablar de ello, no puedo decir ni el título. Con Mota en la tele sí hablo y hago mucho el payaso, que me encanta.
—¿Te consideras un payaso de verdad?
Siempre lo pensé, desde pequeñito. Vivíamos junto a Prado del Rey y me iban a coger para “Verano azul”, iba a ser Tito, ya ves. Se lo dije a mi padre y él me decía que no podía porque suspendía todo en el colegio y que me dedicara a estudiar. He sido payaso desde pequeñajo y siempre estaba haciendo el moña por ahí. Yo nací para hacer reír a la gente, aunque ahora lo que quiero es que me hagan reír a mí. Cosas que pasan. Ω
30-08-2017 12:39 p.m.
08-06-2017 10:39 a.m.
12-04-2016 10:08 a.m.
08-07-2015 10:57 a.m.
15-04-2015 2:26 p.m.
12-03-2015 10:06 a.m.
21-10-2014 8 p.m.
11-10-2014 1:49 p.m.
01-09-2014 noon