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Pozuelo es mi casa y de aquí salgo a tocar a todo el mundo
Omar Acosta Domínguez, venezolano de nacimiento y vecino de Pozuelo desde hace 22 años. Su manera de comunicar es la flauta y su voz sus composiciones. De sangre caribeña y enamorado del flamenco ha conseguido hacer una fusión perfecta con su flauta travesera. Accesible, divertido, gran intérprete y compositor... emprendedor de corazón, nos acercamos a su centro Ciarts en Pozuelo, un espacio creado para disfrutar de actividades relacionadas con la danza, la música y el arte en general.
—¿Cuándo te enamoraste de la música?
La música me atrapó desde que nací, toda mi familia eran músicos pero de oído, nada de estudio.
—¿A qué edad empiezas tu formación?
A los 14 años, un poco tarde. Estudié de todo, solfeo, composición, armonía, contrapunto, por supuesto flauta, algo de piano...
—¿Por qué la flauta?
Por coincidencia. En mi país prestan los instrumentos a los niños para estudiar. Me apunté a violín y no me tocó, me pasó lo mismo con el clarinete e incluso con la flauta. La flauta tiene la particularidad que puedes empezar con una de plástico muy barata y me decidí a tocarla, a mi profesor le gustó mucho como tocaba y fue él el que me dijo que tenían que conseguirme una. Habló con mis padres y ellos me la compraron. A partir de ahí soy flautista y poco a poco me fui enamorando de ella.
—¿Viste en la música tu futuro?
No lo tomaba como un trabajo sino como mi vida.
—¿Cómo comienzas en la Orquesta Sinfónica Simón Bolivar?
Entré con 17 años. Me tocó un profesor que me hacía estudiar casi 24 horas e hice todos los años en 3, fue la suerte de tener un gran profesor y que me tuviera como su pupilo. Le dediqué la vida.
—¿Cuánto tiempo estuviste?
Estuve en dos orquestas sinfónicas como fijo aunque trabajaba en otras y así durante 15 años.
—¿Cuándo empieza tu faceta de compositor?
Aproximadamente a los 20 años. Ya había estudiado composición y practicaba la música clásica y la popular. Para componer lo que hago es recoger la experiencia de todo tipo de música que me ha gustado practicar, la última que ha influido en mí durante estos últimos 20 años ha sido el flamenco. Todos los estilos que he practicado los meto en una batidora, hago un zumo con ellos y con eso compongo.
—A los 30 años comienzas como solista ¿Cómo ha sido ese recorrido?
Mis viajes alrededor del mundo con mi música empezaron una vez estaba ya afincado en España, he tocado en todas partes. Las vivencias, la experiencia, los escenarios compartidos con grandes de la música... ha sido un lujo, soy afortunado.
—¿De dónde te viene esa pasión por el flamenco?
Por coincidencia. Estaba grabando mi primer disco en España y llegó una persona que le gustaba y me preguntó si tocaba flamenco, me tiré a la piscina y le dije que sí, apuntó mi teléfono, a los seis meses después me devolvió la llamada y resultó ser el tío de Joaquín Cortés y comenzamos a trabajar. Esta fue mi primera introducción en el flamenco, hace ya 20 años. Recorrí muchos países con ellos haciendo la gira. El flamenco ha sido muy importante para mi vida artística y no puedo vivir sin incluir ese ingrediente en mis composiciones.
—¿Has tocado con muchos grandes?
Si, he trabajado durante siete años con Los Vivancos, con Antonio Najarro en su compañía y en el Ballet Nacional, con Montserrat Caballé, con Plácido Domingo... son personas muy únicas.
—¿Cuál es la importancia de la flauta?
En la parte clásica es muy importante y en el flamenco es algo relativamente nuevo pero muy interesante. La flauta se puede mezclar con cualquier instrumento, es saber darle el lugar y adaptarla.
—¿Cuántos discos has sacado?
Voy por el séptimo. El primero lo saqué a los 23 años, de música venezolana con algunos de los temas compuestos por mí. Tengo otro disco de música clásica venezolana con piano y flauta.. el último que he grabado ha sido con mi guitarrista y ya está a la venta se llama “Entre tiempo y tiempo”. Un disco con composiciones nuestras que está teniendo mucha aceptación.
—Fuiste Director en el Ballet Nacional ¿Cómo terminaste allí?
Necesitaban a una persona que arreglara música para un proyecto especial. Había que arreglar una música que era original para guitarra sola y pasarla a Orquesta Sinfónica, la Suite Sevilla de Rafael Riqueni, un guitarrista de flamenco muy importante. Tuve que enseñar a tocar esa música y compartirla con los sinfónicos, fueron meses de trabajo. Fui Director desde el 2012 hasta el 2016, la experiencia fue enriquecedora, trabajé con músicos de élite y la disciplina que tienen los bailarines en el ballet es muy alentadora y te enseña lo que te mantiene vivo, un nivel de trabajo brutal.
—Época de covid ¿Cómo la estáis viviendo los músicos?
Está complicado. Tenía una gira para Latinoamérica y Europa y se ha tenido que suspender.
—¿La vas a retomar?
Si por supuesto, la semana pasada di un concierto en Madrid y me dirigí al público diciendo que comenzábamos la gira 2020. Fue un éxito, aunque el aforo estaba limitado, estuvo completo dentro de lo permitido.
—Eres también empresario con tu escuela en Pozuelo, Ciarts ¿Cómo os ha afectado?
Junto a mis dos socias montamos Ciarts que es un espacio cultural donde aprender música, danza y pintura. A pesar de que el nivel de alumnos ha descendido, hemos mantenido la escuela, con las medidas de seguridad y adaptándonos a los nuevos tiempos. Es nuestra vocación y nos mueve el amor por la enseñanza y el arte.
—¿Te ha resultado difícil el camino?
Si pero también gratificante. Realmente no he parado. Siempre he querido ser emprendedor y por eso me fui de la orquesta. Me metí por la rama de la música popular y de ahí no he salido. Tengo que agradecer mucho a la música, he recorrido muchos países y no todos tenemos esa suerte.
—¿En qué país hay mejor acogida?
Asia es increíble, es donde están los teatros más grandes del mundo y se llenaban a diario, es asombroso el interés de la gente por todo lo relacionado con el arte.
—¿Hay cultura de música instrumental en España?
Hay de todo, lamentablemente no es algo general ni el poyo ni la cultura pero hay cosas que no se consiguen en otras partes del mundo. Me gustaría que se apoyaran más nuestras cosas, tenemos un país muy rico en cultura general y todos ganaríamos.
—¿Has tocado en Pozuelo?
Hace más de 15 años que toqué en la programación pero me encantaría volver a tocar y hacerlo en el Teatro Mira sería un sueño. Pozuelo es mi casa desde que llegué a España y de Pozuelo solo he salido para trabajar. Ω
Por Carmen Millán / Imagen Ricardo Rubio
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