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Cualquiera que quiera conocer un poco a Francis Lorenzo, que se olvide de de los personajes que ha interpretado, que son muchos, ya que sorprende, y mucho, la cercanía y la disponibilidad que ofrece más allá de la ficción. Y más ahora, que está “hasta arriba” de trabajo y que no tiene a nadie que le lleve su agenda. Lo hace todo él y encuentra tiempo para todo, o casi. Porque no para. Es, además, una de esas personas que te gana desde el primer momento por su expresividad, su simpatía y su sinceridad
Para el que no lo sepa, es una persona casera “siempre que puede” y hace vida familiar. Este gallego de 53 años, asegura entre risas que “los periodistas no me preguntan por vergüenza o lo que sea la edad y luego la miran en internet y se equivocan”, lleva casado 30 años y tiene dos hijos. Nosotros sí nos atrevimos a preguntárselo y la fecha exacta es “24 del 9 del 60 de toda la vida”, señala entre risas. Ahora, que las webs lo arreglen.
Le gusta Pozuelo, y cuando el trabajo se lo permite, “convoco a los amigos los viernes para tomarnos unas cervezas en casa o en cualquier bar del pueblo”, nos dice. “Llegar a un bar y que sepan que es lo que vas a tomar en cuanto llegas, está muy bien”, continua. Lleva unos 15 años viviendo en Pozuelo de Alcarcón y está encantado. Hace la compra, va de bares. En definitiva, hace su vida en aquí porque “es un sitio cómodo. Mis hijos se han adaptado muy bien, las infraestructuras son buenas… me gusta, Pozuelo me gusta”, asegura convencido.
Una profesión muy prolífica
Ahora mismo lo estamos viendo en TVE por partida doble. En la serie Águila Roja, que ya va por la quinta temporada, interpreta al Comisario de la Villa, un personaje frío, autoritario y “bastante malo”, según nos cuenta Francis. Y también en el programa España a ras de cielo, presentado por él con gran éxito de crítica. Los datos están ahí, aunque él dice que ha tenido “suerte”. Pero es un tipo de suerte rara, ya que la ha tenido en muchas ocasiones y en muchas le ha salido bastante bien la jugada.
Desde que entraron en liza las televisiones privadas, lo hemos visto en un montón de series haciendo el personaje que le venía como anillo al dedo. En Canguros, donde además del éxito de la comedia, tuvo la mala suerte de trabajar con Maribel Verdú, Mar Flores, Paula Vázquez. “Imaginatelas a todas ellas en un salón con la poca ropa que llevaban. Había momentos que era imposible rodar”, ríe. “Me lo pasaba muy bien, pero era uno de los peores trabajos que he tenido”, bromea.
De ahí pasó a Médico de familia, una serie que le cambió la vida. Siete millones de personas veían el capítulo y “al día siguiente lo empecé a notar en la calle. Hacía lo mismo que todos los días, pero la gente me empezaba a reconocer. El pescadero, la del puesto de revistas…”, señala. Una serie que no solo cambio su vida, como el mismo reconoce, porque también supuso un antes y un después en la manera de hacer series de televisión en España. “Los personajes salían a la calle, iban al cine, a cenar con los amigos. Antes todas las series eran de plató, de estudio… ”
Haciendo lo que le gusta
"Luego me seguían llamando" y estuvo en unos programas que funcionaban y “otros en los que me estrellé –reconoce–. Porque esta vida es así. Te dicen que te van a convertir en una estrella y luego lo que pasa es que te estrellan”, dice sin perder el humor.
Este licenciado en Psicología, habla con pasión de su profesión porque disfruta de ella, aunque tenga horarios infernales. “Siempre he tenido la oportunidad de hacer cosas distintas y eso es lo bonito de esta profesión”. Femín en Canguros, Julio en Médico de familia, Ángel en El ángel del Budapest, el comisario en Águila Roja o ahora presentando España A ras de cielo. Es parte de la capacidad camaleónica que tiene Francis Lorenzo. “Estoy encantado. Es la razón de mi profesión”.
Pero no ya solo por su amplio abanico de registros, sino que también entran temas distintos. “Todo empezó cuando me llegó el éxito. Pasé de ser un tío fantástico a ser un cara dura por tener un hermano productor (su hermano José Manuel es un importante productor cinematográfico y empresario teatral). Me da igual lo que diga la gente después de 30 años dedicándome a esto. La verdad es que si el personaje que interpretas no está bien, desapareces en los cuatro primeros capítulos. Por ser hermano, primo o tío, te pueden dejar hacer un capítulo, pero no haces una carrera”, señala y continúa asegurando que “mejor o peor, lo que sí puedo decir es que me dejo la vida trabajando. A las seis y media de la mañana me levanto para hacer mi trabajo, porque hago lo que me gusta. Es mi sueño. Disfruto tanto haciendo esto, que lo demás me da igual”.
En una ocasión fue elegido para el papel protagonista de El ángel de Budapest, curiosamente una película producida por su hermano. Pero cuando iba a empezar el rodaje, me coincidía con el inicio de las grabaciones de Águila Roja. No podía hacer las dos cosas a la vez y le dijo a la productora de la película lo que ocurría, que no podía hacerla. “En ese momento apareció Santiago González, director de TVE y le dijo a mi hermano que si no hacía yo la película, no se hacía”, recuerda Francis sobre su primera colaboración profesional con su hermano José Manuel. Además, se acuerda del rodaje de forma muy personal, ya que “me tocó mucho. Marcó un antes y un después en mi vida profesional. Me metí tanto en el personaje (la vida real de un diplomático español que salvó la vida a miles de judíos en la II Guerra Mundial), que soñaba con que podía salvar a más personas. La verdad es que fue apasionante”, nos dice en el único momento que traza un gesto serio en su cara.
Sin pelos en la lengua
Y es que Francis sigue haciendo pruebas para cada papel que interpreta, como la que hizo para entrar en Águila Roja. “Al principio, me escogieron para hacer el papel, pero cuando el productor fue a TVE para decir que era yo el elegido, le dijeron que estaba loco, que se lo dieran a otro porque era imposible que yo hiciera de malo. Fue el productor el que insistió en que fuese yo el comisario. Cuando vieron el primer capítulo, se quedaron encantados”. Más o menos lo mismo le ocurrió cuando le ofrecieron presentar el programa de España a ras de cielo. Lo que sí está claro es que consigue los trabajos gracias a su amplio abanico de registros.
Y además, sin estar en los sitios, porque Francis Lorenzo es una persona que quiere pasar desapercibido en su vida privada. Que lo que vale es el trabajo. “Me estoy demostrando que es posible trabajar sin salir en las revistas. Ojo, no lo critico, pero no me gusta. No me verás en fotos, porque no me gusta. Creo que no es bueno. Lo que sí es importante es estar cuando hay que estar. Si hay que hacer promoción, se hace, pero ya está”, señala sin pelos en la lengua sabiendo que lo que hace, lo hace a contracorriente, algo que no le disgusta.
El trabajo que nadie sabe
La gente que se encuentra en la calle y le para, lo primero que le comenta es lo bien que se lo pasa haciendo España a ras de cielo, pero lo que no saben es que “me he tirado tres meses levantándome a las seis y media de la mañana para terminar de rodar a las ocho de la tarde y luego cogerme un coche y llegar al nuevo sitio de rodaje y volver a empezar, sábados y domingos incluidos. Ojo, no lo digo como queja, sino para que se sepa que detrás de lo que sale en pantalla hay un trabajo que la gente desconoce. Ese es el trabajo del actor. Hay que darlo todo en esta profesión”, asegura.
Francis repite otra vez el tema de la suerte y asegura que la suya ha sido increíble. En gran parte de las series en las que ha trabajado han tenido unos grandes resultados. Pero también hay que tener en cuenta la pasión con la que afronta las cosas. “Siempre eres el mismo, pero no es lo igual acabar trabajando en Médico de familia o Compañeros, que en otra que salieron en la misma época y que no tuvieron el mismo éxito. Te aseguro que esto no depende de un solo actor, sino que tienes que tener un cuerpo de cuatro o cinco actores buenos que le den fuerza a la serie. Si no es así, está claro, te vas a casa”, señala.
Vuelvo a insistirle que la suerte la puedes encontrar, pero que hay que trabajarla y contesta que “claro, es un riesgo, un reto. Luego tienes que currártelo” y pone el ejemplo de cuando se preparó el papel del comisario. Su principal miedo era que viniendo de hacer comedias, la gente se riera al verle hacer de malo. Por eso se metió tanto en el papel cuando lo preparaba, que se encerró un mes en su casa solo para conseguirlo. Sabía lo que se jugaba y trabajó para conseguir un personaje que ahora lo tiene dominado. Busca darle humanidad al personaje para que la gente pueda verlos en la calle y terminen diciendo “pues conozco a alguien igual que este personaje o este otro”, concluye.
Políticamente... ¿incorrecto?
Cambiando radicalmente de registro, Francis también es una persona que se mete con todo y siempre, claro está, con su particular visión de las cosas. Asegura que su profesión ha sido durísimamente castigada por los impuestos. Hay un 98 por ciento de paro en su sector. Critica las últimas declaraciones del ministro Montoro (sobre la subida del 21 por ciento de IVA) no por maldad sino por “desconocimiento. Si hubiera cambiado su discurso, hubiese quedado bien. Si sus palabras fueran ‘hemos subido el IVA, pero tenemos las mejores películas y las más taquilleras de España’, otro gallo cantaría, pero hizo lo contrario y no te puedes enemistar con nadie”, señala.
Le quema la actitud del gobierno y se nota. Asegura que “la industria del cine es la tercera industria que más exporta en el país. Que las series españolas las compran en toda Europa. Y esto sin subvenciones”. Pero tampoco se calla con las distribuidoras y productoras. Cree que el precio del cine es “una burrada. Antes la gente iba mucho más. Los productores y distribuidores deberían buscar un precio intermedio para que se regenere el sector”, propone como una posible solución para salir de la crisis. Defiende las subvenciones al sector porque “forman parte de la cultura y esta hace riqueza en los países. Es un despropósito lo que se está haciendo ahora mismo, habría que buscar un término medio”.
“Se está desquiciando a un país y no se saca nada en positivo. Las profesiones que eran intocables, ya no lo son y esto terminaremos pagándolo. Cuando tienes a los notarios, médicos e ingenieros parados, no es bueno. Se han tomado medidas que sólo benefician a unos pocos y que se están cargando la clase media, que es la que sostiene a los países. Esto hay que solucionarlo”, concluye Francis, un actor que no se calla por nada.
11-12-2020 7:37 p.m.
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