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“Estoy muy agradecido y ligado a Pozuelo” Por Juan Carlos de Laiglesia
Hijo del multimillonario fundador de la cadena Vips, Paco Arango recibe a Pozuelo IN en su productora, instalada una planta más arriba que su otra “hija”, la Fundación Aladina desde la que lleva catorce años ayudando a niños enfermos de cáncer y a sus familias. Asegura sentirse “con los nervios de un parto” ante el estreno de su tercera película "Los Rodríguez y el más allá".
“Estoy ilusionado y cautelosamente optimista porque está gustando mucho a quienes la conocen. Ahora lo importante es el boca a boca y que la gente acuda en masa a verla, no solo para divertirse sino para hacer el bien, porque su recaudación ayudará a los niños con cáncer. Mañana salgo para México, donde se va a estrenar en mil cines, ¡así que es como un doble parto!”.
—¿Cuánto tiempo y esfuerzo te ha costado esta película?
Pues para el guion, seis meses, otros seis meses de preproducción, dos de rodaje, luego muchos más de posproducción, la música… y hasta el 31 de octubre que por fin ha llegado el estreno.
—"Los Rodríguez y el más allá" tiene un elenco impresionante: Santiago Segura, Rossy de Palma, Edu Soto, Geraldine Chaplin… ¡y hasta Plácido Domingo!.
Es una comedia total sobre una familia que descubre en el trastero de su casa una puerta que dejó el difunto abuelo para pasar a otro planeta. Ese difunto abuelo es Plácido Domingo en su primera aparición cinematográfica. Es muy divertida porque esa familia recibe poderes que no puede controlar: la abuela flota a medio metro del suelo y tiene que llevar siempre un contrapeso, la niña desaparece cuando quiere, al padre se le iluminan la cabeza y el culo cuando se altera...
—En los últimos meses has recibido una publicidad indirecta con la que no contabas…
¿Por lo de Plácido Domingo?…
—Sí.
Yo no conocía a Plácido. Quería una persona emblemática para hacer de abuelo y pude conocerle a través de una amiga. Plácido hizo ese papel sin cobrar, posteriormente vino a Madrid y rodó otra cosa para los niños con cáncer de forma absolutamente filantrópica, y yo le estoy agradecido.
—Esperamos ver la película en los cines de Pozuelo.
¡Eso espero también yo! Pozuelo ha ayudado muchísimo a la Fundación Aladina. Cuando hicimos la UCI del hospital Niño Jesús nos permitieron poner buzones de Aladina por todo Pozuelo donde los niños depositaban sus mensajes y dibujos para niños con cáncer. Pozuelo fue de los primeros sitios de Madrid que nos apoyó y desde entonces me siento muy agradecido y ligado a Pozuelo.
—¿Cómo definirías tu cine?
Yo hago cine con el único propósito de que el espectador se olvide de su mundo el tiempo que dure mi película. Entretener es mi motivación, y con todo pudor, porque ya me gustaría llegarle al tobillo, me encanta Spielberg y también Tarantino.
—Tu etapa de cantante quedó atrás, pero sigues componiendo y aquí veo una guitarra.
Me dediqué un tiempo a cantar y sigo componiendo. Tengo un compositor maravilloso pero siempre hay temas dentro de las películas que son míos. Por ejemplo, la canción que sale al final de ésta que se llama igual que la película y la cantan en una actuación. Es un tema muy en el swing del rock, pero yo compongo en estilos muy variados.
—¿Tienes otras películas en cartera? ¿Cuáles serán tus próximos pasos como director?
Hay tres películas en camino y la más gorda se llama "Once por ciento", que escribí con Ronald Bass, el guionista norteamericano que ganó un Oscar por "Rain Man". Es muy ambiciosa, muy bonita y espero que sea la primera que haga, pero aún no lo sé.
—¿Desde cuándo te ocupas de los niños con cáncer?
Yo siempre estuve y sigo estando abrumado por la suerte que he tenido al nacer en un núcleo familiar que me ama, no haberme faltado nunca nada, tener salud… ¿Y por qué otros no? Me hundo cuando veo un vagabundo por la calle, y como no puedo dar a todos los vagabundos, doy mi tiempo que es lo más precioso que tengo.
Siempre tuve mucha inquietud por ayudar y cuando dejé la canción pedí ayuda sobre dónde hacerlo. Alguien me propuso hacer voluntariado con niños con cáncer, entré a un hospital en el año 2001 y no he salido de ese hospital y de otros. Aquel día entré en el cuarto de un adolescente que estaba vomitando y no tenía con quién hablar. Al rato conseguí hacerle reír, me di cuenta de que aquello era para mí y de que podía cambiar muchas cosas. Ahora tengo una fundación que me va a sobrevivir gracias a Dios, porque uno de los máximos enemigos de este país es el cáncer infantil. Creo que ayudar a los demás es la responsabilidad de cada ser humano, no por "buen rollo" sino como obligación. Es bueno cuestionarse porqué no lo hacemos y decidirse empezando por cosas pequeñas, como perdonar a alguien.
—¿Eres creyente?
Tengo muchísima fe. Creo que esta vida es un regalo y después nos van a pedir cuentas, aunque lo harán con mucho amor. Soy cristiano, católico, pero creo que todas las religiones van al mismo Dios y no he tenido una educación religiosa. Yo hablo directamente con el míster y soy un desastre, pero ésos son los que a Él le gustan.
—En tu trabajo filantrópico conectaste con Paul Newman.
Poca gente sabe que a Paul Newman le pasó lo que a mí pero a lo grande porque él era muy famoso y creó su compañía benéfica "Newman´s Own" que ya ha donado 560 millones de dólares. Si eso no es un ángel o un premio Nobel, no sé quién lo es. Como Aladina mandaba niños a los campamentos de su fundación, coincidí con él una vez en Hungría, le gustó lo que hacía y me pidió que formara parte de la junta de su Fundación, donde permanecí nueve años. Cuando falleció le dediqué mi segunda película.
—¿Nos cuentas algo bonito y algo triste que te haya ocurrido en tu labor solidaria?
Muchísimas cosas. De las más bonitas, haber abrazado a un padre en la UCI, consolándolo y llorando con él porque su hijo se iba a morir... y después haber podido ir a la primera comunión de ese mismo niño, lo que ocurrió hace tres años. De cosas tristes… los cuatrocientos pedazos en que mi corazón se ha roto por cada niño que he perdido.
—¿Cuál es la mayor urgencia en el cáncer infantil?
Cambiar esto de que se administren a los niños medicinas que solo se han probado en adultos. Como es más rentable investigar el cáncer de adultos, sólo se dedica a los niños un 10% de la investigación mundial, y es tremendo porque la quimioterapia no deja de ser una bomba y es imperativo dar a los niños la medicación más adecuada y en la menor cantidad posible.
—¿Los españoles somos solidarios?
En general somos muy buena gente, pero a veces somos un poco puñeteros. Por ejemplo, Amancio Ortega dona unas máquinas que están salvando vidas de niños y se meten con él porque a lo mejor eso le deduce impuestos. ¡Pero es que justamente para eso están las deducciones, para fomentar que quienes tienen dinero, lo donen! Nosotros hemos hecho un centro que lleva doscientos y pico trasplantes de médula ósea, la mejor UCI infantil de Madrid, estamos ayudando a hospitales... Si alguien quiere dar dinero hay que incentivarle porque no se lo está quedando, y debería desgravar mucho más de lo que desgrava. Cada máquina de Amancio Ortega cuesta 60 millones de euros y hace que la radiación se haga de una manera no invasiva. Antes radiabas a un niño con un tumor cerebral y se podía curar, pero en veinte años recaía seguro. Es increíble que se le puede criticar por hacer esto.
—¿Cómo te recuperas cuando tu ánimo decae?
Que me pueda necesitar un niño que está luchando ya es más que suficiente. Y también gracias a mi "profe", el Míster, que me explica cosas y me hace seguir. Estos niños son ángeles que dejan a todo el mundo aquí muy fastidiado cuando se van, pero ellos están bien.
—Adelántanos los nuevos proyectos de la Fundación Aladina
Hay muchísimos. Antes de Navidad inauguraremos una planta en el Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla; aportaremos una máquina Lokomat al hospital de parapléjicos de Toledo para que los niños puedan andar, colaboramos con la sección de Pediatría en Oviedo, y muchas más cosas. De las más importantes y de la que estoy muy orgulloso es de crear el primer area de cuidados paliativos en un hospital infantil, y será en el Niño Jesús, de Madrid.
Es un tratamiento muy específico que vamos a llamar “Proyecto Vida de Aladina” y tiene que ver con la vida porque el niño de cuidados paliativos no tiene cura pero también merece no tener dolor.
Muchas gracias, Paco. Creo que nos has dado muchos y muy buenos motivos para correr a ver "Los Rodríguez y el más allá". Ω
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