De unos años a esta parte quien más y quien menos sabe qué es eso del medio ambiente, y, dentro de lo que cabe, las personas más sensibles, procuramos tomar las medidas necesarias para estropearlo lo menos posible.

A muchos nos suena la palabra biodegradable y también sabemos que hay materiales que lo son y otros que no, y entre estos últimos está, cómo no, el plástico, invento muy útil y revolucionario; pero que está haciendo un gran daño al medio ambiente, pues la naturaleza no puede destruirlo así como así.

Y si somos conscientes de eso, también debemos serlo de que, además, el plástico y los objetos fabricados con él, no son nada elegantes. Y a pesar de eso mucha gente lleva encima, cotidianamente, por lo menos uno o dos objetos de plástico, y encima los enseña sin ningún pudor: me refiero a los bolígrafos y rotuladores de plástico, usados por muchísimas personas, y a los encendedores de ese mismo material, empleados por la mayoría de los fumadores.

¿Tan difícil es darse cuenta de que esos objetos son contrarios a la elegancia? ¿Acaso no existen bolígrafos, rotuladores y plumas fabricados con metales tan nobles como el acero, tan sugerentes como la plata o tan deslumbrantes como el oro? ¿Y no hay encendedores de esos mismos materiales? ¿O con incrustaciones de laca china?

Sugiero las lectoras y los lectores de Pozuelo In que, a partir de hoy mismo, tiren a la basura todos sus bolígrafos y mecheros de plástico, objetos plebeyos y feos, y los sustituyan por otros más dignos y elegantes.

¡Ah! Otra sugerencia para los fumadores: No estaría de más que rizáramos el rizo de la pose y poco a poco fuésemos asumiendo que lo más elegante no es un encendedor, sea de gasolina o de gas, de acero o de oro, sino una simple y tradicional caja de cerillas... parece una tontería, pero lo digo en serio.  

No olviden, pues,  que este mundo se divide en dos tipos de personas: los que escriben con artilugios de plástico y utilizan encendedores del mismo material, y los que escriben con pluma y usan cerillas.   Ω