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Por Mercedes Bermejo.
En la recta final del curso escolar, es esencial enfocarse en métodos de estudio que no solo mejoren el rendimiento académico de los menores, sino que también fomenten un enfoque saludable hacia el aprendizaje. Mercedes Bermejo, una reconocida psicóloga sanitaria con amplia experiencia con niños, niñas y adolescentes, comparte estrategias efectivas para ayudar a los estudiantes a maximizar su potencial de estudio en este último trimestre.
1. Crear un entorno de estudio óptimo
Es fundamental lograr un espacio de estudio tranquilo y ordenado, libre de distracciones. El entorno físico puede tener un impacto significativo en la concentración y la retención de información. Conviene dedicar una zona específica para el estudio, donde todo el material necesario esté al alcance y se minimicen las interrupciones.
2. Técnicas de gestión del tiempo
La gestión efectiva del tiempo es clave para evitar el agobio de última hora. Conviene planificar las horas, y días, previos a un examen, teniendo por escrito en un lugar visible un horario, con tiempos de descanso, y juego, en el caso de los niños y niñas, ya que el juego también es aprendizaje, y es necesario para el desarrollo evolutivo del menor. Alternar descanso, ocio y tareas no solo mejora la concentración, sino que también promueve un mejor manejo del tiempo, permitiendo a los estudiantes equilibrar el estudio con el descanso y las actividades recreativas.
3. Métodos de estudio participativo
Las estrategias de estudio activo que involucran la participación activa del estudiante en el proceso de aprendizaje mejoran la comprensión y la memoria a largo plazo. Técnicas como la elaboración de mapas conceptuales, la enseñanza de lo aprendido a otra persona, o la realización de pruebas prácticas pueden contribuir a asentar mejor los conocimientos adquiridos.
4. La importancia de la motivación
La motivación juega un papel crucial en el éxito académico. Para ello es aconsejable establecer metas claras y alcanzables, que sean específicas, medibles, relevantes y temporales. Celebrar los pequeños logros puede ser muy motivador y ayuda a mantener el interés y el compromiso con el estudio.
5. Salud mental y bienestar físico
Es importante recalcar la importancia de cuidar la salud mental y el bienestar físico como parte integral de un enfoque de estudio efectivo. Tener una buena higiene del sueño, mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicio regularmente son aspectos fundamentales que contribuyen no solo al rendimiento académico, sino también al bienestar general del estudiante.
Hacer un uso responsable de las pantallas es fundamental, y el papel del adulto supervisándolo es clave, teniendo en cuenta que no es recomendable el uso de pantallas en menores de 12 años.
En caso de problemas de salud mental, o síntomas de malestar que perduren en el tiempo, siempre es recomendable consultar con un profesional de la psicología especializado.
En definitiva, al adoptar estas estrategias, los estudiantes no solo están preparándose para tener éxito en el último trimestre del curso, sino que también están desarrollando habilidades de estudio y gestión del tiempo que les serán útiles a lo largo de su vida académica y profesional. Alentar a niños, niñas y adolescentes a adoptar un enfoque proactivo y saludable hacia el estudio es fundamental para su desarrollo y éxito futuros. Ω
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