Iván Espinosa de los Monteros (Madrid, 1971) abandonó abruptamente hace un par de años la primera línea política con su salida de Vox, partido del que fue secretario general, pero su ideario de pensamiento sigue inalterable. Acaba de publicar “España tiene solución” (Almuzara), en el que despliega con claridad ciertas claves para la regeneración de este país. Se confiesa a Pozuelo IN con total franqueza y asegura que la derecha española debe dejar de pelearse entre ellos y darse cuenta de que el enemigo está al otro lado. 

—Tal como están las cosas asegurar, como reza la portada de su último libro, “España tiene solución”, suena a cierta utopía, ¿es también como una guía, un recetario político?

Bueno, es un libro que habla sobre el destierro de todas las ideas equivocadas que nos están asolando. Si defendemos las ideas que han hecho de nuestra civilización occidental uno de los grandes espacios del mundo y, en el caso de España, si abordamos las reformas precisas, creo que tenemos un futuro muy próspero por delante.

—Parece complicado que se adelanten las elecciones con el presidente Pedro Sánchez maniobrando como lo hace. ¿usted cree que a este hombre le va la marcha?

A Sánchez le gusta sobrevivir. Él ha llegado al objetivo que se ha marcado en su vida, que es tener el poder, y llegado a ese punto es difícil que lo cambie. Sánchez llega al poder a base de mentir a su electorado y apostar a un juego perverso que ha ido ganando. Ha sido un individuo que ha llegado hasta donde está a base de traicionar todo lo que le rodea y de tomar decisiones muy arriesgadas. Y seguirá traicionando y haciendo cualquier cosa para seguir en el poder.

—Todo puede empeorar, sobre todo con la batuta de Pedro Sánchez, parece claro que nos encaminamos a paisajes totalitarios como Venezuela, por ejemplo.

Sí, Venezuela es el ejemplo más claro. Ha pasado de ser uno de los países más prósperos de América a ser una de las naciones más pobres y corruptas. Chávez, a base de mentiras, ha ido deshaciendo todos los controles y contrapesos del sistema democrático. Y ese ejemplo lo ha seguido, casi al pie de la letra, Pedro Sánchez en España. Es increíble no hacer un repaso coherente de la historia porque ya se ha demostrado qué es lo que sucede cuando se sigue una línea marxista y se anula el concepto de libertad.  

—¿Piensa que alguna parte de responsabilidad de este avance de propuestas siniestras de la izquierda también le corresponde a una oposición que no ha actuado con la debida contundencia?

Sí, porque el principal partido de la oposición en España, el PP, sigue aferrado a marcos mentales que provienen del marxismo cultural, y este es el problema, que la derecha se ha ido empapando de ideas que provienen de la izquierda. Existe una infiltración oscura intelectual y cultural por parte de la izquierda que ha ido tomando cuerpo en nuestra sociedad sin que la derecha le haya hecho frente. Se está programando a la gente desde el marxismo y es muy difícil luego demostrarles que están equivocados. Esto está pasando ahora en España y la derecha no acaba de reaccionar teniendo en cuenta que, en determinadas ocasiones, está asumiendo postulados de la izquierda.

—Usted ha sido un destacado dirigente de Vox hasta que abandonó la formación, la pregunta es: ¿Por qué no ha habido una mayor conexión entre los dos grandes partidos de la derecha, PP y Vox, para poner frente a los desmanes del Psoe?

Yo he dicho muchas veces que, después de los errores que se cometieron tras las últimas elecciones, debería haber habido un mayor entendimiento entre PP y Vox. ¿Y por qué no lo hacen?, porque muchas veces los intereses de partido están por delante de los intereses de España, eso está claro. Si no se entiende que el enemigo está al otro lado, que son las formaciones de izquierda, cuando vuelva a haber elecciones no seremos capaces de frenar a ese Frente Popular de izquierdas que está perfectamente cohesionado. Esta gente tiene claro hacia donde tienen que atacar, no se atacan entre ellos, mientras que en el espacio de la derecha estamos siempre a la bronca entre nosotros.

—Insisto, no se acaba de entender que PP y Vox no hayan sido conscientes de que deberían unir sus fuerzas para terminar con esta situación política.

Bueno, PP y Vox son dos partidos diferentes pero es verdad que estos dos partidos y los medios de comunicación, la sociedad civil no han sido capaces de enfrentar, de verdad, lo que tenemos delante, que es muy duro. Es que no es solo el Psoe, es Bildu, el PNV, los separatistas catalanes, los nacionalistas gallegos, los sindicatos, que dejan de lado los intereses de los trabajadores y también su legión mediática, medios de comunicación que, aún no siendo de izquierdas, reciben subvenciones de la izquierda y moderan mucho sus posturas críticas. Así que, o nos enfrentamos al verdadero enemigo o nos pasamos el día peleándonos entre nosotros.  

—Pues, la verdad, no se entiende.

Es que Pedro Sánchez está al margen de todos los casos de corrupción que le afectan, su mujer, su hermano, sus ministros, sus responsables de partido imputados en graves casos de delitos, y uno de ellos ahora en prisión… y luego están sus votantes, que justifican todo lo que hace la izquierda con tal de que no gobierne la derecha. Insisto, ahora lo que importa es hacer un frente contra lo que tenemos delante, que es un gobierno corrupto, un gobierno incapaz, un gobierno que ha hecho muchísimo daño a España y lo va a seguir haciendo en lo que quede de legislatura, porque van a llevar a España a la ruina económica y social y si eso no somos capaces de entenderlo mal vamos a ir. Y digo más, si gobernara la derecha y no fuera capaz de afrontar una verdadera regeneración política, de separar los tres poderes, de recuperar el prestigio de nuestras instituciones, de nombrar a gente verdaderamente independiente, de restituir todo lo que se ha destrozado y, después, de intentar volver a unir a los españoles, independientemente de cuál sea su sentido del voto, en un sentido de vida común, de prosperidad…si no son capaces de hacer eso habremos perdido una maravillosa oportunidad.

—Usted abandonó Vox, ¿cuál fue el verdadero motivo?

Yo fui uno de los fundadores de Vox y tengo el carné más bajo de todos sus militantes, después de Ortega Lara y Santiago Abascal, y creo que he contribuido a la creación y crecimiento de este partido. Y todo eso ha sido un sacrificio, y llegó un momento en que los sacrificios eran demasiado elevados y llegó un momento que tuve que parar, por muchos motivos, entre ellos, personales. Yo siempre me tomé la política como algo temporal, nunca fui un político profesional y hay que salir de esto sin dramas y desear lo mejor a los que se quedan detrás. He visto una evolución diferente del partido, perfectamente legítima pero alejada de los principios con los que iniciamos este viaje. 

—Parece claro que no comparte la evolución que ha tenido Vox en los últimos tiempos.

Lo que está claro es que algunos dirigentes de este partido me atacan a mí y no le veo el sentido, y no porque sea yo, sino porque el rival es lo que tenemos enfrente y no los compañeros de partido. 

—¿Sigue confiando en Vox?

Sigo confiando en mis ideales pero ahora no me veo representado por ningún partido. 

—¿Cuál es ahora su relación con Santiago Abascal? 

No tengo relación. Me puse a su disposición para lo que necesitara hace dos años y no ha necesitado nada de mí, y ya está. El caso es que a mí no me ataca nadie excepto desde la cúpula de Vox. Y me siento triste porque no se entienda que el rival no soy yo sino, una vez más lo digo, los que tenemos enfrente. 

—Usted ofrece unas líneas de camino a seguir en su libro “España tiene solución”, en principio muy saludables y de sentido común, ¿por qué no se ponen en práctica?

Eso digo yo, pero, en fin. Tienen que ver con la recuperación del Estado de Derecho, con la separación de poderes, con la recuperación de las instituciones… Es una vergüenza lo que está ocurriendo, hay que regenerar tanto desde dentro. Si tuviera que aconsejar algo a un nuevo gobierno le diría: en los primeros 100 días hay que hacer esto que acabo de mencionar, a recuperar una democracia plena, separando la fiscalía del gobierno, dejando tranquilos a los investigadores de la Guardia Civil, preservando la independencia de instituciones que la han perdido, desde el Banco de España al Tribunal de Cuentas….Si no hacemos esto, no habrá nada que hacer. Y si nos creemos que cuando llegue un gobierno de derechas lo único es cambiar unas caras por otras no hemos entendido nada, y no estoy seguro de que esto lo tengan claro los partidos de la derecha.   

—¿Le ha decepcionado su etapa de dirigente político?  

Yo estoy muy contento de la época que pasé dentro de la política.

—¿Volvería a la primera línea de la política?

No es mi idea ahora mismo, llevo ahora una buena vida, paso más tiempo con mi familia, que antes lo tenía difícil, con mis libros, mi trabajo inmobiliario…. No me lo planteo. Seguiré desplegando mis principios políticos, claro, pero no me apetece nada la política de partido.

—¿Hacia donde cree que va a España?

Creo que ahora mismo estamos muy cerca del abismo, de caer por un precipicio. Es preciso reaccionar y poner en práctica reformas estructurales importantes para que España vuelva a ser un país importante, de gran crecimiento económico y que sea respetado en el orden mundial y que dé seguridad a nuestros mayores y oportunidades a nuestros jóvenes.   Ω