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En el punto 110 de su programa electoral para las elecciones a la CAM,(Comunidad Autónoma de Madrid) la candidata y ahora presidenta, proponía:
“Bajaremos la tarifa autonómica del IRPF para beneficiar a tres millones de madrileños e impulsar la economía y el empleo. Se reducirán todos los tramos de la tarifa en medio punto y los contribuyentes pagarán hasta un 5,5% menos.”
El consejero madrileño de Hacienda y Función Pública, Javier Fernández-Lasquetty, anunció a principios de la legislatura, que se llevaría a cabo "la mayor rebaja fiscal de la historia" de la región, y ahora, incluso estando en esta situación tan excepcional con la Covid-19, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso ha mantenido intacta su promesa, algo que en política se agradece y más en los tiempos que corren.
En su discurso de apertura del debate del Estado de la región, celebrado el pasado lunes 14 de septiembre en la Asamblea de Madrid, la presidenta ratificó el punto 110 de su programa electoral. Lo hizo defendiendo la idea de una "fiscalidad justa" algo que es bandera en el Partido Popular de Madrid desde Esperanza Aguirre.
La cuota hasta los 12.450 euros es 0, ya que esas rentas no tributan nada, algo que independientemente de razones ideológicas y partidistas, quebranta uno de los principios del Derecho tributario, bajo una aparente defensa del principio de justicia, y nuestro país lleva asistiendo desde hace décadas un proceso silencioso, y peligrosamente inadvertido, de quebranto del principio de generalidad, al excluir del pago del impuesto a un número creciente de contribuyentes que teniendo capacidad económica, por pequeña que esta sea, no pagan IRPF alguno.
Este fenómeno ha hecho que, actualmente, la cantidad de contribuyentes expulsados del IRPF haya alcanzado cifras preocupantes. A título ilustrativo, en el último lustro, de un total de 20 millones de declaraciones presentadas anualmente de media, en torno a 7 millones de declaraciones anuales no paguen ni un solo euro en su declaración de IRPF. Si a esto añadimos quienes no están obligados a presentar la declaración, la cifra número supera los 3,5 millones de personas anuales, la recaudación generada por las rentas personales durante este periodo realmente esta soportada por el 55% de los perceptores de rentas. Como indican en sus notas técnicas de Funcas de septiembre de 2020 sobre Política Presupuestaria y Nueva Normalidad, Sanz-Sanz, JF. y Romero-Jordán, D.
Así, las rentas de 16.000 euros pagarían 23,36 euros menos de IRPF al año, mientras que las de 20.000 euros abonarían 55,90 euros menos a Hacienda, por lo que la progresividad del impuesto hace que el porcentaje del ahorro sea mayor en las rentas más bajas que en las altas. Aquellas rentas que se encuentran entre 30.000 y 45.000 euros, su ahorro será superior a los 100 euros al año y así ira incrementándose progresivamente. Los que obtienen mayores rentas, podrán ahorrarse algo menos de 3.000 euros anuales, pero es España se sabe que sólo hay 11.367 contribuyentes que declaran rentas superiores a los 600.000 euros — o lo que es lo mismo el 0,06% del total—, por lo que en Madrid esa cifra se reduce aún más. Madrid, se ha convertido en la región que más inversión atrae, con una fiscalidad que grava menos al contribuyente.
Andalucía, Cataluña y Madrid son las tres comunidades que juntas, aportan más del 50% al PIB, pero solo Madrid y Cataluña representan casi el 40% del PIB nacional.
Si analizamos a las autonomías en relación con el PIB nominal, per cápita, la deuda per cápita y el déficit en millones de euros, se puede observar que Madrid siguiendo una línea continuista de bajada de impuestos recauda más y aporta más por la atracción de inversión, una regla básica de política fiscal macro. Así, el PIB per cápita nos revela que la Comunidad de Madrid es la que tiene mayor poder adquisitivo, con 35.876 euros por habitante, mientras que en Cataluña, es de 31.110 euros con una deuda per cápita que duplica a la de los madrileños al igual que su déficit.
Hay que tener en cuenta que las Comunidades Autónomas (CCAA) regulan en torno al 50% de los tipos del IRPF y el Estado, en torno al otro 50%. La tarifa estatal va desde el mínimo del 9,5%, a partir de una base liquidable de 12.450 euros, al máximo del 22,5%, a partir de los 60.000 euros. Por lo que las autonomías tienen un margen del 10% para incrementar o disminuir los tipos, reduciendo el poder adquisitivo de sus contribuyentes o aumentándolo. Además, pueden incluir las deducciones que consideren oportunas y con la posibilidad de incluir, por si ya fuera poco, más tramos de los cinco que hay actualmente. La Comunidad de Madrid al ser la región que menos grava a sus contribuyentes en España, con este nuevo ajuste de rebaja fiscal, la diferencia con el resto de comunidades será aún mayor. Por esta razón la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, atacó a Díaz Ayuso, acusándola de llevar a cabo un "dumping fiscal" algo típico de aquellos que no entienden, o no se informan recalcando que "no tiene lógica" llevarla a cabo en el momento de crisis actual. Para Montero, y los negacionistas de la “Curva de Lafer” no hay "ninguna teoría científica" que demuestre que bajar impuestos aumenta la recaudación, pero los datos empíricos lo han demostrado siempre. Y es que, a diferencia del Ejecutivo del Gobierno, la Comunidad de Madrid ha tomado la decisión de seguir la senda de Europa, de países como Alemania, Francia o Italia han anunciado rebajas fiscales para reactivar sus economías, debido a la pandemia. Ω
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