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Por Anacleto Rodríguez Moyano, director de El Correo de Pozuelo
La dirección de Pozuelo IN me ha invitado a que escriba unas líneas sobre el décimo aniversario de la revista. Es un honor para mí. Pozuelo IN lleva mucho tiempo intentando conseguir que esta villa tenga una identidad común y pueda ser algo más que una federación de urbanizaciones y eso es algo por lo que yo también lucho.
Debo decir que, cuando me puse frente al folio en blanco, me vinieron a la mente una docena de ideas para escribir sobre esta prestigiosa revista. Es muy fácil escribir sobre Pozuelo IN. Luego pensé que, con toda seguridad, habría otros colaboradores que hablarían de sus virtudes y se me ocurrió que lo que yo debería hacer era rendir un pequeño homenaje a sus dos promotores. A Carmen Millán y a Miguel Redel. Mis amigos. Y como puedo elegir, me quedo con ellos.
Y es que conseguir como han conseguido que Pozuelo IN cumpla diez años en esta ciudad no es fácil. Nada fácil. Diez años son muchos aunque, para Carlos Gardel, el doble no fueran nada. Era Gardel. Cosa de inmortales. Pero mis amigos son mortales. Y, aunque yo no los vea, seguro que tienen sus limitaciones. Como todos los seres humanos, claro. Y ese inconveniente hace que su esfuerzo sea aún mayor y por lo que yo, también mortal, lo valore enormemente.
Porque, insisto, diez años de periodismo a pecho descubierto en Pozuelo son muchos aunque no lo parezca. Y más en esta vida nuestra que, al ir tan deprisa, se nos está convirtiendo en seres sin retentiva. Todo es para ahora. Ahora mismo. Llama ya, se pide constantemente. Y eso termina siendo brutal para los seres humanos.
Y, claro, con el paso de los años a los periódicos les sucede como a los euros que han quedado en nuestra memoria como una simple mentira piadosa. Ya nadie se acuerda de que 1 euro son 166 pesetas y ya nadie valora que 10 años son 120 meses. Y 120 meses son 120 revistas. Y 120 revistas son 120 sofocos para sacar cada número. Y, por qué no decirlo, 120 dolores de estomago.
Y duele el estómago porque, cada mes, sus responsables parten de muchos miles de euros en negativo (en pesetas, serían millones) y tienen que trabajar mucho en la calle haga frío o haga calor para, al menos, empatar las cuentas. Trabajar, incluso, en los últimos 24 meses con una guadaña traicionera escondida detrás de cada esquina apuntando directamente a los pulmones… Malhaya sea la pandemia.
Y, además-además, y eso no lo sabe nadie, con la zozobra de no saber nunca si el esfuerzo de sacar la revista adelante para ponerla en los buzones de los vecinos ha merecido la pena porque, como decía mi padre, los contratos no son contratos hasta que se cobran. Y esa es otra sofoquina mensual.
Pero ahí están los dos. Dando la cara y de pie con la mirada puesta en un Viejo Convento donde una alcaldesa (prevaricadora publicitaria) no sabe lo dura que es la vida en la calle. ELLA nunca entendió ni entenderá su brutal esfuerzo porque siempre le ha llegado el sueldo a casa con el simple gesto de doblar la cintura en señal de reverencia. Un forastera que se terminará yendo (nunca debió venir) y por eso prefiere venderse en Madrid a ayudar en el esfuerzo de Carmen y Miguel por conseguir que los pozueleros tengan conciencia de vivir en esta ciudad y se sientan identificados con ella y orgullosos de ello.
Y esa sí que es una utopía política por la que luchar, alcaldesa. Pero tú serás incapaz de entenderlo.
Va por vosotros, amigos. Y a por otros diez años más. Que lo mismo llevaba razón el inmortal Gardel y diez años más no son nada. Ω
12-03-2024 9:49 a.m.
15-01-2024 12:56 p.m.
12-01-2022 10:08 a.m.
14-09-2021 6:15 p.m.
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07-03-2015 1:04 p.m.
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05-09-2014 12:31 p.m.