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ÁLVARO BURDIEL, EL TORERO DE POZUELO

16-04-2022 9:30 a.m.

Álvaro Burdiel
(5)

“Hay un momento, antes de torear, que lo veo todo negro”

Por Germán Pose / Imágenes Ricardo Rubio - Álvaro Burdiel tiene 23 años, nació en Sevilla pero reside en Pozuelo de Alarcón desde niño. Cursó estudios en el colegio Veritas, en Somosaguas y fue alumno de la Escuela Taurina de Madrid, José Cubero “Yiyo”. En la pasada feria de Valdemorillo Álvaro destacó por su buen gusto en el manejo del capote y la muleta. Debuta en la Feria de San Isidro con el apoderamiento de José Ortega Cano y  participará en el Circuito de Novilladas de Andalucía 2022 organizado por la Fundación Toro de Lidia en apoyo con la Junta de Andalucía y la Fundación Caja Rural del Sur.  

-Llegó a Pozuelo siendo casi un bebé y aquí se ha criado, ¿cuándo escucha la llamada del toreo?

-Mi abuelo y mi madre son sevillanos y siempre han sido muy aficionados. Mis primeros recuerdos son de “chico” disfrazado de torero. Nací con esa afición, no tengo ningún antecedente familiar que se haya dedicado a la tauromaquia. Y nunca supe por donde empezar, no tenía contactos ni nadie que estuviera relacionado con este mundo. Siempre quise apuntarme a la Escuela Taurina pero mis padres me daban largas con la esperanza de que se escapara la idea. Ya, en Tercero de la ESO, con 15 años, tomé la decisión y planté cara: ¡Me voy a apuntar a la Escuela! -les comenté a mis padres. Les dije que, por supuesto, seguiría con mis estudios pero que no pensaba hacer el bachillerato sin poder aprender a ser torero. 


-¿Cuál era la relación con sus amigos y compañeros de Pozuelo siendo usted un niño torero?

-De pequeño no tenía la afición que guardo ahora. He tenido suerte de tener muy buenos amigos y hemos compartido muchos gustos. En los tiempos libres hablabas del fútbol, del Madrid, etc. Los toros nunca fueron un punto de choque. Yo lo vivía apartado y compartía momentos diferentes con ellos. Con el paso del tiempo se lo he ido inculcado y me apoyan muchísimo.

-Me han dicho que cuando era un crío apuntaba maneras de buen futbolista. 

Yo jugaba al fútbol en el equipo del colegio hasta que me apunté a la escuela de toros. Pero los toros nunca se me iban de la cabeza. Yo quería ser torero, aunque había épocas que dudaba. Jugaba muy bien de portero, estaba mejor debajo de los palos. Con el paso del tiempo las ideas fueron cambiando. Esto es una llamada, una sensación vocacional. A veces me sentía extraño, pensaba que me estaba volviendo medio loco.

“Mi madre sufre mucho conmigo, viene a la plaza pero se queda fuera”

-¿Y qué pensaban las chicas? ¿Se sentían atraídas por un amigo que era torero?

-¡No! (entre risas). En la época del colegio acababa de entrar en la escuela (de toros) y no había avanzado a penas. La gente te miraba como “sí, quiere ser torero, pero ahora ni es torero ni es ná”. He tenido mucha suerte, tengo amigas y amigos que me quieren por el hecho de ser como soy y no por ser torero.


-Decidió estudiar Empresariales, que, en principio, no tiene mucha conexión con el mundo de los toros.

-Yo sabía que si no me dedicaba a los toros estudiaría alguna ingeniería porque se me dan muy bien los números, también gracias a la influencia de mi padre. Escogí ADE por ser una carrera menos exigente, pero yo quería tener una carrera.

-¿Sufre mucho su madre con un hijo torero?

-Si, sufre muchísimo. Ella venía a verme siempre hasta que me pasó lo de la mandíbula que ella estaba presente. Un día de preparación, en Segovia, una semana antes de una novillada, fui a entrenar a puerta cerrada y un toro me cogió y me estampó contra el suelo y me rompió la mandíbula.  A partir de ese momento, ella va a la plaza, pero nunca entra, se queda fuera con sus pensamientos.

-¿Cómo se pasa en familia las vísperas de una corrida?

-No es solo el día de antes, durante toda la semana mi familia está muy pendiente de mí, cuidándome. Saben respetar mi espacio, hay veces que necesito estar con gente y otras que necesito pasar los días previos yo solo, ellos lo entienden.

-¿Tiene algún rito supersticioso antes de salir al ruedo?

-Intento no coger muchos ritos, ya que nunca me los han pasado, no los he heredado. Pero sí tengo estampitas de la Virgen de Sevilla, de mi Hermandad. Soy cristiano y siempre rezo antes de ir a la plaza. Una manía que he cogido últimamente es la de dejar la luz de la habitación encendida.


-¿Cuáles han sido sus ídolos en el planeta taurino?

-El que más me ha marcado ha sido Morante de la Puebla. También me he fijado mucho en el Antoñete, Ortega Cano o Rafael Ortega por su maestría en la suerte suprema.

-¿Cuál es su lance preferido?

-Yo con lo que más a gusto estoy es con la muleta en la mano izquierda.

”Sé que las cornadas llegarán, pero intento disfrutar del día a día”

-Ortega Cano, gran figura de los años 80 y 90 es su apoderado. ¿Qué consejos le da el Maestro? ¿Cómo le orienta?

-Me insiste mucho en hacer cintura, dejar los pies en el suelo y flexibilizar el cuerpo para que el muletazo se acompañe con el pecho y exista armonía en el movimiento.

-¿Ha recibido ya su bautismo de sangre, como se suele decir?

-No, pero estoy preparado para lo que venga. Soy novillero y me queda mucho camino por delante. Tengo una marca bajo el ojo, pero apenas se nota.

-En ocasiones se le habrá cruzado el mal sueño de una cornada.

-La cornada forma parte de la profesión, las cornadas llegarán, pero yo intento disfrutar del día a día, asumo los riesgos. 

-¿Cómo se lleva con el miedo?

-Depende del día. En el momento de la corrida no lo pienso, trato de disfrutar. Los peores momentos son por la mañana, en el hotel. Hay un par de horas que lo veo todo negro. En el momento en que me ducho, cambio el chip y el miedo se convierte en responsabilidad.

“Hay valores en el toreo que echo de menos en la sociedad”

-En esta Feria de San Isidro debuta en la Plaza de las Ventas ¿cómo lo lleva?

-Bueno, debuto como novillero. Salí en hombros de la plaza en uno de los concursos para jóvenes toreros. Es una plaza que conozco muy bien de la época en la que entrenaba con la escuela. Soy un gran privilegiado de estar anunciado en San Isidro.


-¿Cuántas veces piensa en esa corrida del 16 de mayo?

-Bufff, muchas veces, incluso antes de ser torero uno sueña con ese gran momento. ¡Estar en San Isidro es para volverse loco! La ilusión es tremenda.

-En estos tiempos los toros parece que están de capa caída, un dicho que viene muy al pelo.¿De qué manera se puede despertar otra vez la ilusión y la afición entre los chavales?

-Creo que son muchos factores. Ha habido muchos colectivos antitaurinos que han fomentado la desinformación y la gente del toro no se ha organizado para contrarrestar estos ataques. Actualmente, el mayor problema que existe para llegar a los jóvenes es el apagón mediático. La fiesta debe darse a conocer desde los orígenes, desde la esencia del campo y el sacrificio de los toreros.

-A su edad, 24 años, y con la cantidad de experiencias que ha vivido en su espacio de torero ¿se considera más maduro que el resto de sus amigos?

-Yo creo que depende de la persona. Esta profesión te enseña cosas muy fuertes que no deberían vivirse a mi edad. Es verdad, que te posiciona en una perspectiva diferente a la del resto, sobre todo porque te enseña que esta profesión es a la que te vas a dedicar el resto de tu vida.

-Cuándo habla con una chica que acaba de conocer y le dice que es torero, ¿cómo reacciona?

-Pasa de todo (entre risas), normalmente flipan. Ha habido veces que he hablado con una chica y le he dicho “yo soy torero” y me ha contestado “pues yo vegetariana” y pienso, “uff, ¿y ahora que hacemos?”. Nunca he tenido mala relación con una chica por ser torero, nos hemos llevado bien siempre, yo respeto todo.

-Juan Belmonte decía que “se torea como se es”. ¿Va ligada tu forma de ser con su forma de torear?

-Yo pienso que sí, al final uno se muestra como es al torear. Se suele decir que el traje de luces es el más transparente y estoy muy de acuerdo con eso.

-¿Cuáles cree que deben ser los valores de un torero?

-Creo que debe tener muchos valores que yo echo de menos en la sociedad, en la calle. Lo primero es la integridad, esta profesión no tiene ni trampa ni cartón. A mí me gusta también que la gente sea pura, compañerismo en la plaza, somos todos uno. La lealtad al toro, a la tradición y a la fiesta. El afán de superación, el orgullo, el querer superarse a uno mismo, nunca dejar la pelea y luchar contra uno mismo.


-¿Estrena vestido para su paseíllo en San Isidro?

-No (entre risas), voy a vestir con el mismo traje que llevé en mi actuación con caballos cuando salí a hombros de la plaza. Color azul noche (muy oscuro) y oro.

-¿Ha elegido este vestido por superstición?

-No, no, esta vez no he sido yo quien lo ha elegido. Me habría gustado lucir uno nuevo, pero era imposible.

-¿Cuánto puede llegar a costar un vestido nuevo de torero?

-A partir de 2.000 euros en adelante. El mío se lo compré a Toñete (hijo de Antonio Catalán), un torero de Pozuelo que ya está retirado. Tengo 3 vestidos en total, dos de segunda mano y el que me regalaron cuando salí a hombros de las Ventas.

-¿Cuánto dinero cree que ganará en la novillada de San Isidro?

-No tengo ni idea, es mi primera vez. Normalmente sacan un buen cheque (entre risas) de unos 1.900 a 2.000 euros, de los cuales me suelo llevar solo el 10%. De 200 a 300 euros. Los sueldos dependen de la categoría de la plaza, cambian en función de la importancia que tienen.

-¿Ha pagado alguna vez por torear?

-No, y creo que no se debe hacer, es mejor torear poco, pero por derecho. Creo que ese tipo de tejemanejes revientan la profesión.


-¿Tiene una faena soñada?

-Yo con lo que sueño es con torear a gusto. Creo que no se debe pensar, es un error llevar una faena preconcebida, hay que adaptarse a lo que pide el animal. Conjugar la faena perfecta adaptándote a lo que el toro ofrece.

-¿Ha pensado en ese momento del patio de cuadrillas de las Ventas, en esos minutos previos al paseíllo?

- Estoy intentando mentalizarme ante la presión de la gente, de tu cuadrilla, de la plaza, etc. Es algo que tengo muy en mente. Espero que no me haga mella y no me pueda la presión. Esta vez me acompañará mi madre, mi padre y mis hermanos desde la grada. Vendrá mi hermano de mozo de espada y es la mejor compañía que puedo tener. Y que Dios reparta suerte.

COMENTARIOS

23 de abril de 2022 a las 22:27

Andresastre

Ánimo Álvaro

Disfrutaremos contigo el 16

Suerte y al toro

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