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Por Germán Pose / Imágenes Mario Luis
Juan Valderrama, (Madrid, 1972), es un artista singular que no rehúye ningún género aunque su cuna fue el flamenco. Hijo de los históricos artistas Juanito Valderrama y Dolores Abril, se arrancó en edad tardía por el cante y su melódica voz cautiva allá donde la planta. Ahora estrena gira con Sole Giménez, ex de Presuntos Implicados, con un espectáculo de boleros al que han llamado “Algo contigo”. Valderrama recibe a Pozuelo IN.
—Eres periodista de formación y cantante de profesión. ¿Qué pregunta te harías si te hicieras a ti mismo una entrevista?
¿Y ahora, qué? Soy una persona muy inquieta que se mete en muchos jaleos y saraos. Me gusta la literatura, la música, la radio…Me seducen muchas cosas, tengo curiosidad innata. Me gusta indagar en todo, en la mecánica, la pesca, y otras cosas más raras.
—¿Cuándo decides que lo tuyo era más el mundo de la farándula que el del periodismo?
No lo he decidido yo, la vida te pone en el sitio. Nunca he tenido una vocación cierta y clara de las cosas, he sido, como se dice, un culo de mal asiento. Me gusta la comunicación y me gusta el arte, y luego me di cuenta que cantar me salía bien, que cuando cantaba tenía un don, y la gente se callaba. Cuando cantas y la gente te escucha y calla sabes que tienes un futuro en la música.
—¿Fue tu padre, Juanito Valderrama, el que te empujó al mundo de la música?
Mi padre me ayudó mucho, sí. Escuchó una maqueta grabada por mí, yo tenía 27 años y él no sabía que yo cantaba y para mis padres fue una gran sorpresa. Y a partir de ahí empezó todo.
—¿Qué te dijo tu padre?
Fue una mezcla de sorpresa y cabreo porque cuando me escuchó se sorprendió y me dijo que cómo no le había dicho nunca que cantaba de esa manera. Y fue mi padre quien me cambió la vida al escucharme en esa maqueta.
—Siendo de la generación de los 70, no te dedicaste al rock, miraste al flamenco, ¿se debió a la querencia familiar?
A ver, es que yo nunca he hecho, fundamentalmente, flamenco y copla, he hecho canción de autor. A mí el rock me gusta, de jovencito escuchaba a Leño, Barón Rojo…Queen, me encantaba. Pero también me gustaba Farina, Los Chichos, Antonio Molina…Yo he sido un niño que se ha criado entre mayores, y su música era la que yo escuchaba más a menudo. Y, además, nunca he sido un hombre de mi época, tendría que haber nacido 50 años antes.
—¿Cómo recuerdas tu infancia en el seno de esa familia de artistas, con tu padre, tu madre, Dolores Abril?
Poco trajín, mis padres en casa llevaban una vida absolutamente normal, muy familiar, con sus rutinas diarias. Ellos cantaban fuera pero en casa los artistas no existían. Yo viajaba con ellos los veranos y cada día estábamos en un lugar, me encantaba ese mundo de la farándula, los teatros, acostarme tarde y escuchar las conversaciones de los mayores. Y tenía mucha libertad porque mi padre era un hombre que confiaba mucho en mí, de verdad, yo iba en moto con 7 años. Yo vivía una vida que no le correspondía a un crío de mi edad, y eso me ha marcado en la vida.
—¿Cómo te condicionó en tu vida artística ser hijo de Juanito Valderrama y Dolores Abril?
Cosa complicada, porque te preguntas, ¿cómo sería yo, como artista, si no fuera el hijo de esa pareja tan gloriosa? Pues, seguramente, otro distinto. Cantaría otros géneros más acordes con mi tiempo de vida, no sé, tendría un concepto distinto de la vida. Ser hijo de quién soy me ha condicionado en todo, para bien y para mal, aunque yo creo que para bien. Yo he vivido en una época en la que los artistas eran héroes. Si hoy le dices a un artista moderno que se tire 600 kilómetros en la carretera en un coche humilde, sin dormir, dar dos funciones en un día en el teatro, al día siguiente otros 500 kilómetros para ir a otro lugar…te dirían: tú estás loco, yo no soy capaz de hacer eso. Y eso era así, y ahí el que era bueno, era bueno de verdad, y no digo que ahora no los haya. Pero en aquellos tiempos el que subía a un escenario era un fenómeno.
—Tu padre era un artista muy singular, cantaor flamenco, y coplista indefinible.
Mi padre era un creador. En todas las ramas del arte musical hay buenos intérpretes y luego están los creadores, del que otros viven. El flamenco ha tenido muchísimos grandes intérpretes, creadores, muy pocos. Mi padre creó su propio flamenco, era un hombre adelantado en todos los sentidos y yo creo que es lo más cerca que he estado y estaré de un genio.
—¿Cuál fue la mayor enseñanza que te transmitió tu padre?
Ser buena persona. Es más importante ser bueno que ser el mejor. Mis padres eran muy puros, los dos. Y el mundo del artisteo tiene muchas luces y sombras, pues a ellos la vida esa nunca les manchó. Eran personas íntegras, puras, con una bondad e inocencia infinita. Esa fue mi gran lección, lo demás, el éxito, la fama y todo eso es secundario. Y luego, sobre el escenario, ser tan sinceros, tan honestos y tan auténticos. Eso me enseñaron.
—¿Qué te dijeron tus padres cuando te vieron cantar por primera vez en público a tus treinta años?
Disfrutaban mucho. Mi primer disco fue una revolución, lo que ocurrió es que a los dos meses se celebró la primera edición de Operación Triunfo, con Bisbal, Bustamante, Rosa….y eso nos arrastró a todos. Aún así, fui disco de oro en cuestión de semanas con La memoria del Agua. Era un disco mío, no cantaba canciones de Juanito Valderrama, cantaba las mías, con mi estilo y a mi manera, y no tenían nada que ver con lo que hacían mis padres. Eso fue lo que convenció a mi padre para decir: este va a ser, porque era consciente de que había elegido mi camino. Me dijo, vas a ser grande, ahora eres un caballo sin freno, pero ya correrás.
—¿De cuál de tus obras te sientes más orgulloso?
Bueno hay canciones que creo no están mal. No descarto ninguna de mis obras.
—¿Cuáles han sido tus referentes en la música?
En la actualidad yo soy muy seguidor de Mayte Martín. Pero hay muchos grandes artistas flamencos que me han influido. Y también Serrat o Sabina, y otros más rockeros.
—¿En qué género te encuadrarías?
Yo no estoy definido en ningún género. Hago muchas cosas, y eso es malo para un artista, lo tienes más fácil si haces una sola. Si haces muchas cosas, lógico, es más difícil clasificarse, ponerte una etiqueta no me viene bien.
—¿Y el cante flamenco, el ritmo más auténtico y nuestro, por qué no acaba de ser universal?
Porque el flamenco no vende, es íntimo y personal. Si hubiera sido un género internacional no se notaría su pulso verdadero. El flamenco es denso e intenso y la gente necesita ritmos para divertirse, y el flamenco no lo es.
—Estás de gira ahora junto a Sole Jiménez, de Presuntos Implicados, con el espectáculo “Algo contigo”. De boleros va la cosa.
Somos dos mundos distintos, pero cuando cantamos dos la magia se da o no se da. Yo he cantado con mucha gente, pero nunca he sentido algo igual. Ella viene del pop y yo del flamenco y nos hemos juntados y ha surgido algo nuevo. Cuando cantamos juntos pasan cosas, yo le tiro y ella me sigue, y eso no es fácil, que dos artistas se complementen así, sin haber cantado nunca juntos.
—¿Qué es lo que más te gusta hacer en la vida?
Cosas muy simples, pescar, por ejemplo y sobre todo, salir por ahí, por esos mundos junto a mi mujer, Rosa... Ω
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