Escucha el audio de este artículo:
Por Germán Pose / Imagen: Carmen Millán
Jordana Pavón Ortega, bailaora, acaba de estrenar en el Auditorio del Mira, de Pozuelo de Alarcón, su espectáculo “Kamipén Calé”, en el que, dentro de una historia de amor se conmemoran los 600 años de la llegada de los gitanos a España. Hablar de Jordana Pavón no es moco de pavo, ella es heredera de una saga histórica del flamenco, hija de Luisa Ortega y Arturo Pavón, nieta de Manolo Caracol y bisnieta del torero Joselito El Gallo y de La Niña de los Peines. Casi nada. Y en una calurosa noche de finales de junio desplegó todo su talento de mujer brava y gitana ante un público entregado.

—Con todas esas gloriosas raíces ¿por qué decidiste ser bailaora?
Yo empecé con José Granero en ballet clásico, yo quería ser bailarina de ballet y en los ensayos en una sala de la calle Libertad, de Madrid, vio el maestro como movía la mano y me dijo: esto del ballet no es lo tuyo, así que me pasé al flamenco, primero con mi padre y luego con El Güito, Manolete, María Magdalena, Cristóbal Reyes y otros grandes. Llegué al flamenco por amor y no por compromiso familiar. Al principio me pesó mucho esa responsabilidad de mi herencia flamenca y me costó salir adelante con mis propias cualidades y coraje.
—¿Cómo vas desarrollando tu talento artístico en una ciudad como Madrid?
Yo nací en la casa de mi abuelo Manolo Caracol, en el barrio de La Florida, de Madrid. Tenía 8 meses cuando él murió. Mi familia es muy gitana, de tradición muy gitana y con esa cultura me he criado yo desde niña. Es verdad que luego me salió mi espíritu rebelde y me independicé a los 25 años porque yo quería empezar por abajo. Mira, a mí han llegado a rajarme los zapatos porque algunos pensaban que estaba enchufada en esto por ser nieta de quién era. Luego todo fue yendo mejor, pero mis principios fueron muy duros porque yo quería triunfar pero por mi propio talento y esfuerzo. Mi madre, ay, pensaba lo contrario, pero bueno.
—¿Cuáles son tus inicios como profesional?
Mi madre se empeñó en sacarme de los tablaos y yo debuté en el Teatro de la Villa con un musical de mi padre que se llamaba “La siembra” y bailo con una orquesta dirigida por Rafael Ibarbia, esa fue mi presentación. Después trabajé muchos años en el Café de Chinitas, en Casa Patas, y fuera de Madrid y de España.
—¿Cómo llegas a Pozuelo?
Pues, a ver, mi hermana Soroya se vino a vivir a Pozuelo cuando se casó y mis padres, después de vivir en La Florida decidieron que Pozuelo de Alarcón era lo más parecido a ese paisaje tan tranquilo y natural y aquí acabamos y yo estoy encantada, necesito el “verde” y la tranquilidad y aquí llevo 17 años.
—¿Cómo surge este proyecto “Kamipén Calé” que acabas de estrenar en el Auditorio del Mira de Pozuelo?
Lo voy a contar. Durante estos últimos 17 años yo me he dedicado, sobre todo, a mis hijos, a mis mellizos, a ser madre y dejé de lado el artisteo, ellos son lo primero en mi vida, pero ya han crecido un poco. Ocurre que el año pasado murió mi madre y para mí fue un shock y, mira, quería que mis hijos me vieran sobre un escenario y volver a encontrarme conmigo. Yo llevaba mucho tiempo rondando la idea de hacer un musical a mi manera, contar una historia como yo la sentía, con texto y drama, y fue mi hermana Salomé y su marido Joaquín Albaicín quienes me inspiraron la idea de hacer un espectáculo conmemorando los 600 años de la llegada de los gitanos a España, aniversario que se cumple, precisamente, este año 2025. Y me gustó el asunto y me puse manos a la obra.
—¿Y cómo llegas a lograr el estreno mundial de esa obra en Pozuelo?
Pues buscándome la vida, porque si no tienes detrás algún productor potente que te financie, la cosa no funciona. Entonces escribí a la alcaldesa Paloma Tejero por Instagram y me contestó, nos reunimos, les presenté el proyecto y les pareció maravilloso y apostaron por nosotros. Así de sencillo. Estoy muy agradecida a la alcaldesa de Pozuelo por la atención que ha tenido con nosotros. Nos ofrecieron todos los espacios posibles y yo elegí el Auditorio porque creía que era un espectáculo que había que hacerlo al aire libre.

—Y llegados a ese punto te lanzas a escribir la obra, que aparte de la conmemoración de esos 600 años de la llegada de los gitanos a España, late también una historia de amor entre dos primos que están enamorados de una mujer que se llama María.
Sí, teniendo en cuenta nuestra tradición gitana, ella no habría podido renunciar a su compromiso pero yo le doy un giro a esa tradición y convierto a María en una mujer libre y fuerte que es capaz de elegir por sí misma a su compañero. Yo soy una apasionada del amor. Para mí si no hay amor no hay vida. Yo soy muy religiosa, y yo la vida no la entiendo sin Dios y sin amor. Estas ahora un poco deshumanizados y todos necesitamos, en algún u otro momento, de otro ser humano, todos necesitamos que nos tiendan una mano. Y contemplo el amor no sólo entre dos personas que se aman, sino como el amor y la atracción al arte, a la vida y a la belleza. Sin amor no me interesa vivir.
—Sois 32 personajes en escena, ¿cómo es el viaje de la obra?
A través de los distintos palos del flamenco vamos contando la historia de estas tres familias. Entramos con la voz en off de Joaquín, llegamos a nuestra Tierra prometida, los niños se conocen desde jóvenes y se “apalabran” y luego, con el paso del tiempo, se produce el duelo y la disputa por conquistar a la mocita entre los dos primos. Y luego la chica se decide por uno de ellos dos.
—No solo hay flamenco en este espectáculo, hay una fusión de ritmos en los que se cruza el jazz, el soul, el rock…
Sí, porque quería esquivar un poco los estereotipos del gitano siempre unido al flamenco, yo soy una enamorada de la música pop y sobre todo, de Michael Jackson, siempre me apasionó y para mí es uno de los más grandes artistas que han existido. En mi baile hay mucho de mucho de Michael, de Liza Minelli y de Cyd Charisse, mi padre siempre me decía que aprendiera mucho de ella y me fijara en la postura de sus piernas, todo eso se demuestra en el desenlace de la obra. El alma de Carmen Amaya también ronda por ahí, ahora pones a Carmen Amaya en una sala de Nueva York y el público se desmaya, baile lo que baile.
—¿De donde surge ese pellizco flamenco tan sigular en todas las artes, sea en el cante, el baile, la literatura, el toreo…. ¿Es algo milagroso?
(Habla Joaquín Albaicín) Milagroso, no sé, yo creo que son inclinaciones naturales, y eso existe, tú mismo, Germán, has tenido mucha sensibilidad Paulista, de Rafael de Paula. Es como cuando escuchas a Miles Davis o Luis Amstrong, tienen un duende especial que no se puede explicar. Eso va en el temperamento, en la sangre y en las raíces culturales. Y ahí queda eso. Ω
09-05-2025 7:33 p.m.
03-09-2024 9:16 a.m.
10-10-2022 8 a.m.
16-05-2022 5:21 p.m.
09-03-2020 6:42 p.m.
10-06-2019 9:28 p.m.
12-04-2016 10:28 a.m.
16-06-2015 5:52 p.m.
13-05-2015 11:13 a.m.