Frente a la sede de La Lira, templo de la sinfonía nacional, se asienta como okupa callejero e insolente, hace falta valor, el ritmo gitanero dominical de la trompeta y la pianola verbenera. Falta la cabra y el mono, cosas de los recortes, o vaya usted a saber si la pareja de cuates acabó en una sartén. Melodía calorra de fuste cheli y caló en el centro de la ilustre villa de Pozuelo para despertar corazones de domingo y reventar, a la vez, el sueño de los paisanos atizando con su murga. Y ahí se queda esta imagen real como la vida misma que no ha sido robada del NODO. Una postal en carne viva de una vieja España de chatarra y pandereta, chunda, chunda, que nunca acaba de decirnos adiós, muy buenas. Y mientras unos sueñan con el viaje a Marte en eso estamos. Se echa de menos a la cabra, y al mono, no digamos.   Ω