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Por Germán Pose / Imagen: Carmen Millán
Al compás de su trompeta han desplegado su genio inmortal artistas de la talla de Frank Sinatra, Josephine Baker, Antonio Machín, Pérez Prado, Julio Iglesias, Rocío Jurado, Raphael o Nino Bravo. Fue telonero de Los Beatles cuando actuaron en Madrid en 1965, y fue el primer trompetista de la orquesta que acompañó a Massiel en su gran triunfo de Eurovisión de 1965. La lista de astros a los que ha acompañado no tiene fin y abruma al periodista que le escucha. Ha participado en infinidad de programas de televisión, en TVE estuvo más de 40 años. Hablamos de Juan Cano Murillo (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1934), un músico nonagenario que reside en Pozuelo desde hace casi medio siglo y relata esos extraordinarios momentos con una naturalidad que impresiona, como si no le diera importancia a ese viaje artístico tan milagroso.
—¿Entonces usted grabó con Frank Sinatra?
Sí, estuvimos dos días en un estudio grabando uno de sus discos. Estuvo un tiempo en Madrid por su rollo con Ava Gardner, ya sabe, pero bueno.
—¿Pero bueno?, ¿no le da importancia?
Sí, pero he grabado con muchos grandes artistas. La verdad, tengo que decirle, señor periodista, que Frank Sinatra es la mejor voz de la historia.
—Ah, bueno, algo es algo.
Sí, sin duda, el mejor. Además, se comportaba de forma muy amable con todos los músicos y nos dirigía de maravilla. Era todo un artista.
—Ya puestos, dígame, antes de hablar de su vida, ¿a qué otras grandes estrellas acompañó?
A muchas, pero, si le parece, hablamos antes de mi vida, no?
—Por supuesto, hasta ahí podríamos llegar. Usted es extremeño, no?
Sí señor, nací en Granja de Torrehermosa, provincia de Badajoz, y criado en Montánchez.
—Buenos jamones hay por ahí.
Buenísimos, ahí vamos toda la familia todos los años a por piezas y a pasarlo bien.
—¿Cómo empieza su pasión por la música?
-La historia viene de mi padre, que era el director de una banda de música de un circo importante, que se llamaba “Los hermanos largos”. Eso, con el tiempo desapareció, y mi padre se buscó la vida y alquiló en Montánchez una casa de tres plantas y la convirtió en un hostal, por 150 pesetas al mes. Entonces mi padre se empeñó en que yo tenía que ser músico y me puso a tocar la batería con 6 años. Y me recorría todos los pueblos de la zona con una orquesta, tan crío, tocando la batería, que no se me veía entre tanto aparato y bombo.
—¿Y a la vez que tocaba en las verbenas iba al colegio?
Sí, a un colegio de curas, pero mi padre cuando vio que me maltrataban y me imponían muchos castigos, dijo, ¡fuera, fuera de aquí! Y decidió que el jefe de correos de Montánchez, que era un gran maestro, me diera clases particulares en casa. Y me enseñó muy bien.
—¿Y estudió música, solfeo y esas cosas?
Sí, claro, pero eso me lo enseño mi padre en casa también. Y al cumplir los 7 años mi padre decidió que cambiara la batería por la trompeta y me gustó desde el primer momento y ya nunca la solté. Y me pusieron de apodo “El Nene”, y con eso me quedé hasta hoy.
—¿Cuál es la composición que más recuerda de su juventud?
El foxtrot “María Luisa”, del mexicano, Silvestre Rodríguez, con quien años después coincidí en la sala Pasapoga, de la Gran Vía de Madrid. Con ese foxtrot logré a los 13 años el ingreso en la Banda Municipal de Cáceres, con un solo de trompeta que lo bordé.
—¿Cuándo se hizo profesional de la música?
Al cumplir 18 años, que aprobé el ingreso en la Banda Sinfónica Municipal de Madrid, a partir de ahí ya me consideré un buen profesional gracias a la ayuda de un capitán músico, Santiago Berzosa, y un brigada, enorme trompetista, que se llamaba Felipe Mundín y era navarro, casi todo lo que he aprendido ha sido gracias a él.
—Pero me han contado que, aparte de sus virtudes de trompetista hizo la carrera de violín.
Pues sí, hice esa carrera académica porque me gustaba mucho el violín. Me llamó la atención siendo crío que llegó la banda de Antonio Machín a Montánchez y se hospedaron en el hostal de mi padre, y ví que sus trompetistas tocaban también el violín, yo me dije, pues si estos tocan el violín yo también voy a tocarlo, y así fue la cosa.
—¡Antonio Machín!, ¿lo llegó a conocer?
Sí, años después, en 1958, estuve tocando con él en Televisión Española. Gran tipo, muy fino, con una gracia cubana imponente.
—¿Cuántas orquestas ha tenido usted?
A bote pronto, cuatro. La primera fue “La parrilla del hotel Rex”, en 1963. Creo que recordar que coincidió mi estreno en el Rex con el asesinato de Kennedy, ya ve. Luego ya, la más importante fue “La orquesta de Juan Cano”, claro.
—¿En aquel Madrid de principios de los 60 en qué salas actuó?
Tocábamos mucho en Pasapoga, Fondoria, Casablanca, Florida Park, La Riviera, entre otros sitios muy buenos. Hacíamos correturnos, es decir, que actuábamos cuando descansaban las orquestas principales, pero les dábamos buenas palizas musicales. Había un ambiente nocturno estupendo, muy animado.
—Hábleme de las grandes estrellas a las que ha acompañado en su vida?-Muchas, Xavier Cugat, Pérez Prado, que eran dos hermanos, Henry Mancini, estuve codo con codo con Los Beatles cuando actuaron el plaza de Las Ventas en 1965…
¿Estuvo con Los Beatles en Las Ventas?
Pues sí, bueno, íbamos de teloneros como “La orquesta de Juan Cano”, acompañando a los artistas españoles que actuaron esa tarde, como Los Pekenikes, pero bueno, ahí, entre bambalinas con olor a toro, nos cruzábamos todos. La verdad es que no asistió mucha genta a la plaza, pero salió todo muy bien. No llegamos a intimar, la verdad, pero nos saludábamos, ¿hola, qué tal?, bien, bien…( ríe).
—Casi nada, vaya, codeándose con Los Beatles…
A ver, sí, pero Los Beatles eran Los Beatles, y Juan Cano era Juan Cano, yo tenía mucha categoría por esos tiempos, créaselo.
—Y dígame, ¿qué le parecían Los Beatles?
Bueno, (ríe), a mí nunca me llegaron a llenar del todo. Hombre, algunas canciones tenían muy buenas, eso es verdad, pero vamos, no me convencían.
—Cuénteme, ¿con qué otras grandes figuras de la música se cruzó?
Pues ya le he dicho, con casi todos. El Mancini, ese, Julio Iglesias, Raphael, a quien acompañaba muy a menudo, sobre todo en los programas de Nochevieja de TVE. ¿Quiere que le hable de Julio Iglesias, por ejemplo?
—Faltaría más.
Julio Iglesias era muy…pichi..pichi..(se acerca los dedos a sus labios y los mueve). Con él había que tocar “pianito”, lentito, ya sabe. La primera vez que toqué con él, en una sala de Villalba, yo tenía una indicación de tocar fuerte, y le daba fuerte a la trompeta, y llegaba Julio y me decía..pichi…pichi, con sus deditos en los labios, o sea, que más lentito, me quería decir. Vaya, llegó la cabra!, me decía a mi mismo, porque yo siempre a Julio le he llamado La cabra.
—¿La cabra, por qué?
Porque no me gustaba cómo cantaba, así como balando…no sé. (reímos todos). Había españoles que cantaban mucho mejor como Nino Bravo, por ejemplo, qué grande, con quien también grabé algún disco. En fin, a mí Julio Iglesias me decía que solo me quería para las grabaciones, en directo no porque tocaba muy fuerte, hay que ver.
—Dígame otro de los grandes con los que ha tocado…
Pues hombre, no sé, Frank Sinatra…
—¡Frank Sinatra! ¿Y lo comenta así como si tal cosa?
Psss, es que no me acuerdo muy bien del día que fue. Si recuerdo que fue en una gala en directo en TVE. Pero le voy a decir una cosa, para mí ha sido el mejor cantante que ha habido, de verdad. No tuve ocasión de hablar con él pero impresionaba, y aparte de cantar muy bien sabía mucho de música y dirigía muy bien a la orquesta.
—Si seguimos así me va a dar algo, a ver, seguro que hay otros grandes artistas que ha conocido de cerca y los tiene callados.
Bueno, ya que insistes, he actuado junto a Liza Minelli, en una grabación que hicimos en Marbella, y en otro sitio, pero no me acuerdo. Y, a ver, ah, sí, estuve en Eurovisión, en el Teatro Real, con La, la, la, que cantó Massiel. ¡Y ganamos!, la orquesta la dirigía el maestro Ibarbia y la canción era del Dúo Dinámico. Ganamos Eurovisión, sí, pero no se crea, no me parecía una buena canción, no decía nada, nada más que La, la, la,…la, la, la…pss. Pero, en fin. (soltamos otra carcajada común).
—Siga, siga diciendo nombres….
Déjame pensar, pues….. La Pantoja, Francisco, otro cantante que me gustaba mucho, Rocío Jurado, con quien estuve una larga gira por toda España. Pedro Iturralde, con quien hice 2 o tres películas….Un gran trompetista fue el cubano Arturo Sandoval. Ah, también estuve con Josephine Baker…
—Usted va a acabar conmigo, ¿también tocó con Josephine Baker, La Venus de ébano?
Sí, la acompañé con mi orquesta en la sala Pavillón, en Madrid, y en Mallorca, yo siempre de primer trompetista. Tenía un montón de hijos. Tenía una voz exquisita y era muy brava.
—Menuda vida, señor Cano.
No ha estado mal, lo hemos pasado bien y hemos podido vivir bien de esto.
—¿Qué le ha quedado pendiente de hacer en el mundo de la música?
Pues mire, le voy a decir algo, ya que estamos en Pozuelo y es mi querido pueblo desde hace más de cuarenta años. Siempre he dicho que la ilusión mía era dirigir con una banda de Pozuelo mis pasodobles, que tengo muchos grabados en disco. Bueno, pues nunca me dieron la oportunidad, ya ve. No lo conseguí. Sigo esperando. Ahí están los pentagramas.
Bueno, gracias por todo, han sido muy amables, les tengo que dejar que me voy al gimnasio con mi profesor Manu, que es un fenómeno.
Pues nada, encantado, ha sido un placer. Y yo me voy casi temblando... Ω
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