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Por Almudena Solo de Zaldivar Navarro
Efectivamente es la inflación, hace varios meses atrás hablamos de ella. Cuando escribí el artículo en su momento no pensé que llegaríamos a este valor, ni mucho menos que pudiéramos llegar al 10. Siempre había pensado que era un síntoma de países subdesarrollados, donde el valor del dinero era cada vez menor.
Pero esto nos ha generado, a nivel de calle una serie de sensaciones nuevas, a añadir a todas las que se están generando, desde el 2020, día a día.
Decirme si no sentís lo mismo que yo….
Tengo que confesar públicamente, que, por primera vez, tengo miedo a la guerra. Sentimiento que nunca había pensado que podría tener. Me habló de ese sentimiento mi abuela que vivió la Guerra Civil.
Al mismo tiempo, tengo miedo de mi dinero. Ya en los cafés se habla de quitar un 10% al valor del dinero que tienes en el banco. He oído a gente que se han cancelado pedidos por miedo a lo que va a ocurrir. Y no se compra por incertidumbre. El índice de confianza del consumidor ha caído un 40%.
El resumen, todo el sentimiento gira entorno al miedo: miedo al futuro, miedo al dinero, miedo a las inversiones, miedo….
Nunca pensé que el miedo, antes del 2.020. Yo, que presumía de haber sobrevivido a tres crisis financieras, incluso la del 2007…. Yo que presumía de haber sobrevivido a la Banca, secta a la que pertenecí durante 33 años y que aún tengo metida en vena en muchos aspectos.
Miedo a que hago, si invierto en bolsa o en fondos o van a caer en picado. Si compro una vivienda y el valor de la misma va a caer. Si continuo con el negocio o lo vendo o cierro. Si sigo siendo autónomo, o el gobierno sigue subiendo la cuota mes a mes. Si soy pensionista y voy a poder llegar a final de mes pagando luz, compra, etc. y no tener que renunciar a los caprichos.
Miedo a encender la luz o dejarla encendida; miedo a moverme con el coche porque llenar el deposito supone 25€ más. Miedo a ir al supermercado y no tener los productos que necesito. Miedo, miedo, miedo…
Me recuerda a la canción de Joaquín Sabina, “Ruido” donde se habla de deseos inalcanzados: “Ella le pido que la llevara al fin del mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar. Se miraron un segundo como dos desconocidos”. Así me siento yo, desconociendo el mundo donde he vivido confortablemente durante toda la vida. Allí donde me sentía segura. Ese mundo donde las guerras eran lejanas. Donde estando en crisis, tenía para comprar un solomillo sin mirar el precio. Donde los fines de semana no tenía que hacer cuentas para ver como llevaba la economía.
Y, sigo con miedo, y los medios de comunicación no te ayudan. Empiezas el día oyendo a Carlos Alsina, y aprendes términos nuevos acuñados en otros países: “estanflación”. Que la salida de la crisis se ve difícil. Que el Gobierno no tiene claro que hacer, que los políticos solo se preocupan por ellos.
No os recuerda a cuando erais pequeños y teníais miedo a la oscuridad, y llamabais a vuestra madre: “mamaaaaa”, para que viniera. Y, ahora, ¿a quién llamo?: Papa Estado?, a los políticos? ¡¡¡¡Quiero que venga mamá!!!! O por lo menos suspender en inflación y ¡que me dejen en paz! Ω
03-09-2024 12:59 p.m.
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