Soy Elena Plachkova, fundadora de Colorful Madrid. Soy ucraniana y desde el 24 de febrero vivo cada día llorando y rezando por que esta injusta guerra se acabe y que mi precioso país pueda levantarse después de estos brutales destrozos, pero con el dolor fuerte de mi corazón y mi alma sé que ya nada devolverá las vidas perdidas de los soldados, de los civiles y especialmente de los niños inocentes ucranianos.

Durante las primeras dos semanas yo escribía los diarios de la guerra en la web de Pozuelo IN, medio con el que colaboro regularmente. En paralelo, gracias al equipo humano de Pozuelo IN, día a día, hemos hecho una recogida impresionante de ayuda humanitaria para Ucrania. ¡Hemos recogido casi dos toneladas de alimentos y material sanitario! Quiero agradecer enormemente a cada persona que ha venido a traer su parte de ayuda, a cada empresa y a cada farmacia que ha hecho su generosa aportación para mi país. ¡Muchísimas gracias a todos vosotros!

En los últimos días de la campaña de la recogida de ayuda humanitaria para Ucrania desde Pozuelo partí hacia la frontera de Ucrania con Polonia para recoger a mi familia. Todos ellos son de Kiev y se quedaron allí mi mamá, mi abuela y mi tío con su familia. Nadie se atrevía salir porque mi abuela tiene 93 años y todos tenían miedo de que ella no pudiera soportar este viaje tan largo y penoso. Nuestro viaje, sin duda alguna, era difícil, pero a la vez muy emocionante. Por fin me llamó mi madre y me dijo que mi abuelita estaba lista para el viaje en coche desde Kiev a Madrid, a las que separan casi 4 mil kilómetros.

Mi marido y yo salimos de Madrid hacia la frontera de Polonia y Ucrania en coche y mi mamá, mi abuela, mi tío con su esposa y sus dos hijas salieron en dos coches desde Kiev a la misma frontera. Desde Madrid a la frontera hay un poco más que 3 mil kilómetros; desde Kiev a la frontera la distancia se acerca a los 700 kilómetros.

AL LLEGAR A LA FRONTERA, TENSIÓN Y MIEDO

Las carreteras están llenas de los controles militares, en cada control pasas unas dos horas esperando en la cola de coches y luego unos diez o quince minutos para la revisión de los documentos y de los coches de arriba a abajo. Los controles, depende de la carretera, pueden estar cada diez o veinte, o cincuenta kilómetros. Paras, esperas, sales del coche, esperas, montas otra vez al coche y luego, otra vez en unos kilómetros. No os voy a contar qué sufrimiento es este para una persona como mi querida abuela, es un infierno. Pero esta es la única manera en el año 2022 en Ucrania para sobrevivir. Los ocupantes atacan a la gente que intentan salir de las ciudades de alto riesgo; les buscan, les roban, les matan, les violan…

Qué miedo he pasado durante la ruta de mi familia desde Kiev a la frontera, no puedo explicarlo con palabras, porque esto si no lo vives una vez, nunca podrás sentirlo o imaginarlo. Mi familia ha parado en dos ciudades, Jmelnitski y Leópolis, para dormir. En ninguna de estas dos ciudades podían encontrar un lugar donde dormir, toda la parte del oeste de Ucrania está llena de ucranianos de toda Ucrania intentando salvarse. Creo que solo Dios les ha ayudado, porque en ambas ciudades, casualmente, les han acogido unas familias en sus casas y les han cuidado como si fueran de su familia. Cuando termine la guerra quiero ir allí y darles las gracias, han cuidado a mi abuela como a una reina y a toda mi familia… estoy escribiendo y sigo llorando…

Miedo, preocupación, estrés, cansancio es lo que está pasando cada madre con los niños o la gente mayor que intenta salvarse de esta cruel guerra. Pero eso no es todo, porque las personas que salen de sus ciudades hacia el oeste lo dejan todo atrás; sus casas, sus cosas, aunque algunas ya ni tienen sus hogares porque el bombardeo las redujo a cenizas. Cogen lo que pueden llevar en la mano o en una mochila, o en una pequeña maleta… La mayoría de las personas salen sin nada, porque ya han perdido todo… Y emprenden una nueva etapa de la vida que, quizás, no les traerá nada, ni un futuro feliz, ni posibilidades de vivir, ni de lejos, como antes… Esto es lo que está haciendo Putin con los ucranianos: les mata o les destroza las vidas totalmente…

Nosotros hemos salido un día después de que mi familia haya abandonado Kiev. Nerviosa y preocupada por si van a poder salir del país, si voy a tener que entrar allí. Qué surrealista, tenía miedo de entrar a mi patria. Nunca piensas que puedan ocurrir estas cosas, nadie espera la guerra, ninguna persona está lista para enfrentarla, da miedo simplemente pensar en esto… Mi marido y yo nos fuimos en coche porque mi abuela no tiene pasaporte para viajar en avión y por eso teníamos que traerla con nosotros. Somos jóvenes y estamos totalmente revueltos después de este viaje, no puedo imaginar cómo ha podido aguantar este viaje mi abuela. Hemos elegido la ruta por Francia y Alemania, hemos hecho dos noches en estos países y cuando llegamos a Polonia mi familia estaba en la cola de la frontera. Esto se prolongaba casi 12 horas, yo ya no sabía qué hacer para sacarles de allí …Estaba desesperada y me asustaba cada segundo… insoportables 12 horas… Cuando les he visto, no podía ni creerlo, lloraban todos… Estábamos todos como en una nube, sin creer ni asumir que esto ya es la verdad, la nueva realidad para nuestra familia, ¡que mi familia por fin está a salvo! Por Dios, hasta ahora no me lo puedo ni creer, miro a mi abuela en mi casa y lloro porque estoy feliz y porque afloran mis nervios poco a poco a través de esta deshidratación…

TRISTE EXPERIENCIA EN ITALIA

Desde Polonia a España nos fuimos por la ruta del sur: Polonia, República Checa, Austria, Italia y Francia. En todos los países cuando ven un coche con la matrícula ucraniana la gente actúa con la intención de ayudar, las carreteras de pago para coches ucranianos son gratis, los hoteles hacen unos descuentos muy generosos y todo esto sin que hayamos pedido nada a nadie. Impresionante. En todos los países, excepto Italia… Francamente me ha sorprendido muchísimo… Primero, unos italianos se acercaron al coche de mi tío y empezaron a insultarles.  En el hotel nos han dicho que nos pueden hacer un favor por registrar una persona sin pasaporte (mi abuela), les he expresado muy claramente quienes son y qué pienso, y tenía que sentar en el coche otra vez a mi cansadísima abuela para buscar la mejor atención.

En la frontera entre Austria y Italia había decenas de militares que paraban sólo coches con las matrículas de Ucrania, en ninguna frontera más había militares y hemos pasado cinco fronteras. No fue una experiencia desagradable con los militares de Italia, porque han hecho sus preguntas necesarias y nos han dejado pasar sin poner ningunas pegas, pero me sorprende que todo lo raro y desagradable haya pasado sólo en Italia, en ningún otro país más en nuestro camino…

¿ELENA, NO PUEDES CREERLO, NO?

Hoy mi abuela está en mi casa. Hemos llegado a casa, he puesto la cena y me iba a sentarme y he parado mirándoles…todos vivos, sanos, cansados, pero han llegado y están en mi salón…no comments…Mi marido me ha dicho: “Elena, ¿no puedes creerlo, no?” Si, no puedo creerlo es verdad, pero ya es la realidad!…

Hoy mi abuela gritaba por la noche por una pesadilla: “¡Ayuda! ¡Ayuda por favor!” Ha visto en su pesadilla a todos nosotros y a mi difunto abuelo. Cómo a todos nosotros nos han sacado de la casa y nos han empezado a disparar… Mi abuela ha vivido la Segunda Guerra Mundial, los alemanes han entrado y han ocupado la casa de sus padres, su padre estaba en la guerra donde se ha muerto al final, y su madre estaba embarazada. No les han matado porque han visto que está en casa una mujer embarazada con tres hijos, pero les intentaban matar con hambre y luego han llevado a la hermana mayor de mi abuela a Alemania. Su hermana ha podido volver a su casa después de la guerra, ahora vive en Armenia y tiene 95 años. Los recuerdos de la guerra no se pueden borrar de la mente. Ella recuerda todo hasta hoy y sabe perfectamente qué es la guerra y qué pasa después… De esta guerra mi abuela ha podido huir, ¿verá la tercera guerra mundial?… ¿La veremos nosotros?

En fin, mi familia está a salvo y agradezco a Dios que mi abuela y toda mi familia ha podido salir de Ucrania y llegar a mi casa de Madrid. Deseo muchísima fuerza a todos los refugiados en todo el mundo y a los ucranianos que no han salido! Todos los ucranianos que no estamos ahora en Ucrania apoyamos con todo lo que podemos al ejército ucraniano y estamos enormemente orgullosos de cómo es el espíritu de los soldados y los voluntarios!

¡GLORIA A UCRANIA!
¡GLORIA A LOS HÉROES!    Ω