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No ha dejado de bailar, ni lo dejará, pero las circunstancias le hicieron ver las cosas de otra manera. Además de atender un restaurante de Pozuelo, su próximo proyecto pasa por dar clases de baile a discapacitados a través en la Fundación Juan XXII
Su vida es un sin parar desde hace un par de décadas, cuando empezó en el mundo del baile y la danza española. Vio una clase técnica de baile español y se enamoró. Estaba convencida de que ese iba a ser su futuro. Ahora, aunque parece que se ha tomado un descanso de las tablas, sigue sin poner freno a nada de lo que hace. En estos momentos dirige el restaurante La Cervecería de Pozuelo, en la avenida de Europa, 12 y lo hace de tal manera, que parece que estuviera en un teatro interpretando la Carmen de Bizet.
Leticia Castro (Uruguay, 1975) es una bailarina que llegó a España hace 30 años y que con su simpatía hace que el local siempre esté lleno.
Como ella misma asegura, “hay que hacer las cosas con ganas y divirtiéndote, si no, no vale la pena”. Charlando con ella, ves que es una apasionada de la vida. Leticia atiende al público con una amplia sonrisa y señala que es fácil porque “la gente de Pozuelo es muy amable”. No para de correr de un lado a otro sin quitarle los ojos a todo. Debió de ser igual en su etapa de bailarina, que no ha cerrado.
Empezó a los 17 años
Leticia es titulada en danza española por el Real Conservatorio de Danza de Madrid, ha cursado estudios de danza clásica y flamenco con Merche Esmeralda y La Tati. Su formación en el ámbito de la danza contemporánea incluye las compañías de Ramón Oller y Chevi Muraday. Además, ha trabajado en el cine, participando como bailarina en la película 20 centímetros de Ramón Salazar y en Callas Forever de Franco Zeffirelli.
Posteriormente pasó a bailar con Rafael Amargo, Aída Gómez, Antonio Canales o en el Ballet de Teatro Español de Rafael Aguilar, entre otros. Entre mesa y mesa regresa para continuar con la entrevista y sigue sin parar de moverse. Ahora hace un plie a la vez que sonríe y contesta a nuestras preguntas. “Oye, que no se te olvide citar a Calixto Bietio, a Paco Mir, la Compañía de Marta Carraso y La Fura dels Baus. Son unos magníficos profesionales con quienes también he trabajado”, apunta.
Muchos proyectos para el futuro
Vuelve después de servir unas raciones y unas aceitunas con miel -“las hacemos nosotros” y que le “encantan”, nos cuenta- a todos los que van para asegurar que le gusta Pozuelo y la gente de este municipio. “Aparte de ser muy amables, a mí me han ayudado mucho, tanto en el tema profesional como en el personal”.
Para Leticia este es un trabajo al que ha llegado por las circunstancias, aunque disfruta mucho. No obstante, no deja de pensar en lo suyo y en todo lo que le rodea. “Tenemos muchos proyectos culturales para hacer aquí”, señala mientras hace un demi-plie sentada en el taburete. ¿Eso se puede hacer?
Más clientes, más cerveza, más raciones, pero no se le va de la cabeza su pasión. No ha parado de dar clases particulares de danza y baile español, y ahora va a ser la primera bailarina que de clases de baile a discapacitados en la Fundación Juan XXIII. Dar clases a los niños, con lo que busca incentivar la creatividad de los más jóvenes, es otro de los objetivos profesionales que se plantea, pero siempre con los pies en el suelo: “Ahora lo que tengo es esto, lo demás son proyectos, aunque no voy a dejarlos”.
15-01-2024 12:56 p.m.
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