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El embarazo no impide conducir o viajar en coche, salvo en contadas excepciones, pero durante este sensible periodo hay consejos que no conviene perder de vista
Como se puede apreciar cada día, el embarazo no supone un obstáculo para conducir un coche o viajar en él: por unos u otros motivos, la mayoría de mujeres encinta se ponen al volante con regularidad. De hecho, es completamente legal hacerlo, pero en interés de la madre y del feto hay datos a tener en cuenta.
Entre los más significativos, es preciso saber que durante el primer y el tercer trimestre, el embarazo es más sensible: en los primeros 90 días el cuerpo, aún sin grandes cambios, no puede neutralizar un aborto espontáneo en caso de accidente, y en los 90 finales el vientre, de volumen acusado, puede golpear contra el volante u otro elemento del vehículo en un simple frenazo, llegando incluso a causar lesiones irreversibles al bebé. A su vez, útero y sobre todo placenta, se exponen cada vez más conforme el embarazo progresa.
A la hora de conducir embarazada, es importante valorar afecciones como la lumbalgia y la ciática, la somnolencia, los efectos secundarios de la medicación –si se ingiriese–, las náuseas y mareos… En largos desplazamientos, pero en general como norma, es mejor evitar comidas pesadas antes de acomodarse en el vehículo, y buena idea tomar glucosa o dulces.
Cinturón de seguridad
En cuanto al cinturón de seguridad, el Real Decreto 965/2006 de 1 de septiembre explicita que su uso es obligatorio, y que “solo se exime de su utilización a personas con un certificado de exención por motivos médicos graves o discapacitantes, certificado que en todo caso deben portar consigo”. Mejor los cinturones de tres puntos de anclaje –con bandas pélvica, o inferior, y torácica, o superior–, los más habituales en cualquier coche, que los de dos o abdominales, típicos de la plaza central trasera. Debe situarse con la parte superior entre los senos y con la inferior a la altura de la cadera y por debajo del vientre, nunca sobre él. No debe apretar ni dejar holguras apreciables, y en embarazos avanzados puede acompañarse de un pequeño cojín específico a situar sobre la banqueta del asiento que mediante una cinta asegura su correcta colocación.
Airbag conectado
En cuanto al airbag, no debe desconectarse –en el caso del situado frente al acompañante, practicable en ciertos modelos- en ningún caso: los estudios avalan su eficacia sobre madre y feto, pese a lo aparatoso de su despliegue, en caso de colisión. Además, la mujer encinta debe situar el asiento tan cómodo como le resulte, sin mermar la visibilidad o la maniobrabilidad, ajustando a su vez el reposacabezas. A todo ello, el volante debe quedar entre 15 y 20 cm orientado hacia el pecho, no hacia la cabeza o el abdomen.
Por otra parte, la conducción debe ser previsible, suave y progresiva, evitando brusquedades o frenazos que pudieran dañar a la gestante o al bebé, y es importante llevar un historial médico a mano para afrontar con garantías cualquier eventualidad.
Por último, cualquier viaje debe tomarse con calma, parando cada dos horas como máximo y estirando las piernas con ligeros paseos. La mujer embarazada debe mantenerse adecuadamente hidratada, y al finalizar el trayecto realizar un paseo de unos 10 minutos. En el caso de mujeres embarazadas de más de 35 años, o con embarazos de alto riesgo no es aconsejable realizar largos desplazamientos en coche, y menos aún sin consultar con el médico.
17-07-2022 11:51 a.m.
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