El otro día tuve la mala suerte de pinchar en la concurrida Avenida de Europa en Pozuelo de Alarcón.

Para mi sorpresa, descubrí que se me clavó un tornillo de los que andan sueltos en los múltiples badenes, esos deteriorados obstáculos artificiales que pueblan las calzadas de nuestro Municipio para limitar la velocidad de los coches.

Iba a escribir un post protesta, de esos a los que la alcaldesa y sus gobernantes no hacen ni puto caso, pero cansado de ser un buen ciudadano, pagar mis impuestos y sufrir sus incompetencias, he pensado que a lo mejor escribiéndoles un soneto tenemos más suerte, arreglan las calles y además lo peto.

Ahí va:

Al taller acabará por ir,
el Banco será su destino,
si con poco atino,
a Pozuelo ha de venir.

Si los amortiguadores ya cambió
y la multa de la ORA tiene pagada,
la Avenida de Europa postrada,
le mostrará una espiral que no evitó.

El badén roto le ha tendido 
una trampa que su rueda no pudo evitar,
el tornillo, que se encontraba perdido.

Su coche ha de pinchar
el Ayuntamiento le ha jodido
otro vado en su camino, se quiso cruzar.   Ω