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Elena Goggin, así se llama esta chica que con sólo 32 años, cuenta con dos campeonatos del mundo entre sus victorias en la modalidad de K1. Por Micaela
De Pozuelo de toda la vida, Elena era una niña a la que le gustaba hacer deporte pero sin mayor intención. Estudió en el Liceo Sorolla, una gran estudiante con gran afición a los aviones lo cual le lleva a cursar la carrera de Ingeniero Aeronáutico.
Empieza a trabajar en Airbus y es allí cuando un compañero de trabajo le habla de este deporte, sin saber por aquel entonces que le traería tantas alegrías y triunfos.
—¿Cómo decides empezar?
Fue un compañero de trabajo, que hace artes marciales quien me incita a probarlo. Empecé a buscar un gimnasio cerca de casa. Cuando observé la primera clase, pensé que eran sólo chicos dando golpes. Me insistieron en probar y fue amor a primera vista.
—¿Desde el principio tuviste intención de competir?
No, me apunté con intención de practicar deporte un par de veces a la semana y moverme, hace como 6 o 7 años.
—¿Cómo surge la oportunidad de competir?
Fui yo quien se interesó por empezar a competir, había visto una competición pero no sabía cómo era ese mundo y Javi, mi entrenador, tampoco, éramos dos novatos. Fue entonces cuando Javi empezó a entrenarme de manera personal. Poco a poco empecé a dedicarle más tiempo.
—Javier Esterón, eres su entrenador desde el inicio de esta aventura ¿Le vistes cualidades desde el principio?
Tenía maneras, se le notaba que era deportista, pero lo de competir no lo vi de primeras, este es un deporte complicado. En otros deportes compites y tienes un mal día y pierdes, pero en este deporte tienes un mal día y te pueden hacer mucho daño. Yo tenía que estar muy seguro de lo que ella quería y que no se quedara en un capricho.
—¿Cómo compaginas el trabajo?
Hago todo corriendo, siempre digo que soy multi tareas, intento optimizar al máximo. Al final vivo de mi trabajo y no del deporte.
—¿Requiere mucho sacrificio?
Si lo es, yo ya estoy muy acostumbrada y me compensa. Si quedo con amigas siempre es después de entrenar, tengo que amoldarme a los horarios, el trabajo, los entrenamientos y después está el resto, el ocio.
—¿Qué te aporta el deporte?
Mucho, puede que no lo entienda mucha gente. A nivel personal mucho, en la confianza, en saber gestionarte los momentos, los sentimientos, en valores.
—¿Cómo fue la primera vez que subes a un ring?
Fué horrible, debuté en un pueblo de la sierra de Madrid. Éramos muy novatos y nunca me había pegado ni en el gimnasio. Me asusté un poco. No me imaginaba cómo sería la sensación de que te peguen, pero la realidad luego es que tienes la adrenalina a tope y no sientes los golpes. Cuando terminé, la sensación que tuve y sigo teniendo es que no era para tanto. Siempre tienes mucho más miedo antes de subir al rin.
—Javi, ¿cómo les preparas para recibir golpes?
Nosotros trabajamos la dureza para que los golpes no les duelan igual, porque no los podrían aguantar. Se trabaja la dureza, aunque suene un poco arcaico a base de microgolpes y fortalecimiento.
—¿Qué opinan tus padres?
No les gustaba la idea, pensaban que me podían desfigurar la cara, que te van a hacer daño, lo vieron como algo violento. Pero es normal cuando no conoces esta disciplina, a día de hoy están felices y me apoyan.
—Llega el momento de participar en tu primer campeonato del mundo ¿Qué supuso?
Fue en Londres, en ningún momento pensé en ganar, fue increíble. Nunca pensé que ocurriría, la final fue contra la que representaba el país donde estábamos y al final vencí. Ese momento fue maravilloso.
—Y sigues con la competición y ganas el segundo.
Fue hace poco meses en Birmingan cuando competí para mi segundo mundial. A diferencia del otro que no me lo esperaba, en esta ocasión iba a ganarlo. Fueron dos combates duros.
—¿Fuiste con la Selección Española?
Han pasado unos cuatros años entre mundial y mundial y nos hemos ido profesionalizando, conociendo a más personas del mundillo. Fue el seleccionador quien llama a Javi, mi entrenador, y le dice que quieren que compita con ellos.
—Javi ¿Cómo es el momento de la llamada?
Para ir con la Selección Española tienes que pasar antes el campeonato de España, Elena lleva como cuatro años ganándolo o simplemente no se le presenta la rival. Ella ya es bastante conocida por lo que el seleccionador la quiere dentro.
—¿Qué ha significado competir representando los colores de tu país?
Genial, impresionante. Se hacen grandes amigos, ya no solo vives tu combate, sino el de tus compañeros de equipo. Es una gran experiencia tanto profesional como personal. Es otra manera de vivir un campeonato. Es importante medirte con gente de otros países y ver qué hay fuera, es una de las partes que más me gusta.
—¿Es objetiva la valoración del resultado final?
Bueno es en función de la opinión de unos jueces, aquí no es metes un gol, se ve y se sabe. Es un poco subjetivo, muchas veces tienes la sensación o sabes que deberías haber ganado y no termina siendo así.
—¿Qué es lo mejor y lo peor del mundo de la competición?
Lo mejor es cuando terminas la pelea y ves que independientemente del resultado lo has conseguido, porque el miedo siempre está y es una sensación enorme de realización. Lo peor es el antes de la pelea. Algo que no me gusta es que a veces este mundo se rige de manera injusta, un poco politizado. Estas cosas desmotivan muchas veces.
—¿Tenéis apoyo?
Poco, muy poco. En todas las competiciones en las que he participado he tenido que pagar. Fuera de nuestro país sí hay mucho apoyo, las selecciones están patrocinadas y subvencionadas. He tenido que dejar de asistir a mundiales por no poderme pagar la estancia de esos cuatro días. Hacemos cosas para conseguir dinero como vender camisetas pero al final no recaudas lo necesario. Ya no es solo que no puedas vivir de este deporte, es que te cuesta dinero y mucho. Gracias a GN Sport tenemos un lugar para poder entrenar a diario, eso nos da la vida.
—¿Hay mucha rivalidad?
Es una rivalidad sana que se queda en el rin, luego tenemos amistades y mantenemos el contacto. Hay mucho respeto.
—¿Está permitido los golpes en la cabeza?
Sí, no es como las artes marciales, aquí se permite casi de todo.
—¿Cómo eres?
Bueno sobre todo muy disciplinada, muy nerviosa aunque con el deporte he aprendido a controlarlo, alegre y muy autoexigente.
—¿Cómo te decides a estudiar Ingeniero Aeroespacial?
Una mezcla de dos pasiones, ciencias más aviones y el resultado es esta carrera. Era muy buena estudiante.
—Eres de Pozuelo ¿Sigues viviendo aquí?
Toda mi familia seguimos en Pozuelo, además he conseguido casa de protección oficial por lo que aquí me quedo, se vive fenomenal. Me he criado aquí y es lo que quiero.
—¿Existen diferencias de género en este deporte?
Nada, no se miran como chicas o chicos. Todos somos iguales.
—¿Cuándo es tu siguiente Campeonato?
El 3 de marzo en Guadalajara, por la tarde noche. Es el título de España profesional de K1.
Desde aquí queremos desearle toda la suerte del mundo a Elena, una luchadora que nos da la lección que todo es quererlo y hacerlo, que las limitaciones nos las ponemos nosotros. Seguro que la veremos levantar otro trofeo. Ω
14-03-2021 11:16 a.m.
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