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Venezolana, guapa, simpática, trabajadora y luchadora, inquieta como ella se define, con un gran corazón y así nos lo demuestra, cercana, solidaria… estos son algunos de los adjetivos con los que definiría a Fabiola Martínez Benavides, ante todo una gran mujer que se dio cuenta en un determinado momento que la vida es mucho más profunda de lo que pensaba y que da gracias por ese cambio, que aunque terminó siendo modelo inició sus estudios en medicina y que conquistó con una sola mirada el corazón de uno de los caballeros más atractivos del panorama español y que a día de hoy el centro de su universo son sus hijos. Hoy nos abre las puertas de su vida para poder conocerla un poco más, tanto a ella como a la fundación de la que es vicepresidenta Fundación Bertín Osborne. Por Carmen Millán @CarmenMillan_7
Nos recibe en el Club La Herradura ubicado en La Florida, donde ha organizado un showroom con el fin de recaudar fondos para la fundación que tan gran labor hace. Rodeada de gente solidaria, no solo visitantes, también empresas como urvan que ofrecen sus servicios de belleza solidariamente, algo para agradecer teniendo en cuenta que estamos en un momento que la solidaridad escasea muy a nuestro pesar.
—¿Desde cuándo vives en España y qué es lo que te impulsó a venir?
Llevo desde el 94, ya 22 años. Vine persiguiendo el amor, con un chico con el que estuve varios años, pero eso terminó, cogimos distintos caminos y entonces decidí quedarme.
—Modelo de profesión ¿Centras tu carrera en España?
Trabajaba con una escuela de modelos, mi primera parada fue en Madrid pero en un mes me hice Sevilla, Málaga, Valencia… fueron muchas ciudades, aunque siempre mi punto de partida era la capital. Me encanta este trabajo, es algo que echo de menos, sigo haciendo cosas de imagen pero ya como personaje público. Siempre he sido más modelo de publicidad que de pasarela.
—Vuelves a encontrar el amor y te casas con Bertín Osborne con el que tienes dos hijos
Dos niños maravillosos Quique de 10 años ya y Carlos de 8, el tiempo pasa muy rápido.
—Nace Quique y os dicen que tiene una lesión cerebral ¿Cómo se afronta la noticia?
Nos cambió todo, pero nos cambia para bien. Consiguió que toda la familia nos centráramos y consiguiéramos la solidez suficiente para superar ese momento que era muy difícil y poder centrarnos en lo que verdaderamente importa.
—¿Cómo es la evolución de Quique?
Bueno Quique nació con una lesión cerebral fruto de una infección, el pronóstico era realmente malo. Según iba evolucionando nos preguntaban otros padres con problemas similares que cómo lo conseguíamos, que qué estábamos haciendo, su evolución era sorprendente. Dentro de nuestra experiencia dábamos información hasta que nos preguntamos ¿por qué no?, porqué no formalizamos y de esta manera poder ayudar a más personas, no solo a los que nos contactan que al final eran personas cercanas a nosotras o que accedían a través de alguien conocido, sino a todo aquel que sintiera la necesidad de apoyo. A partir de esta idea empezamos la Fundación hace ya ocho años.
—¿Cuántos estáis trabajando dentro de la Fundación?
Trabajando somos 4 chicas y yo que soy la vicepresidenta aunque futura presidenta. Bertín es el actual presidente pero pasará a ser honorífico. Al final soy yo la que está todo el día con mi equipo que es maravilloso y se vuelca, tomando las decisiones, tratando con las familias, organizando los proyectos…Trabajamos todo lo que podemos, pero es una fundación pequeña que no se puede permitir el tener a personas trabajando a jornada completa, aunque a la hora de la verdad nos implicamos sin tener en cuenta horarios y disfrutamos de lo que realizamos y conseguimos.
—¿Cuál es el éxito de vuestra fundación?
La implicación de las personas que la componen, todo esto suma, disfrutan de lo que realizan y en consecuencia las familias están encantadas, todos nos conocemos por el nombre somos como una pequeña familia que alcanza ya las 1500 familias por toda España.
—¿Dónde pueden ir las familias que quieran contactar con vosotros?
No tenemos oficina de atención al público, sí una sede en Sevilla, pero no de cara al público, es una oficina de trabajo. Lo que hacemos es movernos nosotros, vamos de forma itinerante por cada ciudad dando a los padres las pautas necesarias, cursos, formación. Nos juntamos con otras fundaciones y profesionales que nos ayudan a darles las herramientas que ellos necesitan, que van desde asesoramiento jurídico, coaching para los padres que soportan una carga emocional y un desgaste muy fuerte…
—¿Dónde organizáis todas estas actividades?
Normalmente en hoteles pues tienen toda la infraestructura necesaria, baños cerca, catering, salas…de esta manera es más fácil.
—¿Cómo nos podemos hacer socios de la fundación?
Socios tenemos pocos, nunca nos hemos empeñados en hacerlos pero han ido saliendo poco a poco de manera espontánea, lo cual agradecemos muchísimo. A través de la web van viendo todo lo que hacemos y ven el esfuerzo y de manera voluntaria se asocian. Se rellena el formulario y no hay cuota, es donativo según las posibilidades de cada uno. Somos una fundación, no una asociación, las familias que atendemos no pagan absolutamente nada, todo lo que realizamos con ellos es gratuito y si alguna quiere asociarse es decisión propia. Si es verdad que muchos de los socios con los que contamos ni siquiera son familias que se beneficien de la fundación, son personas anónimas que nos quieren ayudar.
—¿En qué te ha cambiado Quique como persona?
No es que me haya cambiado, yo creo que la vida a veces te pone en una situación que te saca lo que tienes dentro y si no tienes esa oportunidad no sale, te conformas con la vida rápida y fácil, con una vida cómoda y así tiramos. Yo doy gracias porque esta situación ha sacado lo mejor que yo tenía.
—¿Y a Bertín?
También, a él le ha acelerado el proceso de centrarse, tenía una vida muy suya. Ahora Bertín ha centrado su foco en Quique que para él es su norte. Tiene claro quién es su familia y qué es lo más importante y lo demás es tontería.
—¿Qué tal Carlos con su hermano mayor?
Los dos se llevan fenomenal, continuamente se hacen muestras de cariño, se besan se abrazan… se llaman la atención para que vean lo que están haciendo.
—Tenéis un programa de gran éxito, del cual me declaro fan desde sus inicios ¿Qué tal tu faceta televisiva?
Muy divertido, yo hice mis pinitos en un programa anterior en “Bebé a Bordo” hace un par de años. Lo que pretendemos es dar a conocer a la persona, dar un añadido contando quién es, tu infancia, tu familia, qué te ha marcado en un determinado momento. Lo que se ve es hora y media de programa pero son más de cinco horas de grabación, como un falso directo, no se corta lo único que se falsea es la entrada más que nada porque ya tienen que ir maquillados. Al final los personajes que se entrevistan se sueltan porque no hay un guión, en realidad es más bien un cuéntame cosas y en base a eso se monta un programa. Detrás de cada programa hay mucho tiempo de preparación, tiempo de espera para cuadrar agendas, por ejemplo para poder estar con Antonio Banderas pasó un año, hay personas con más disponibilidad pero hay mucho trabajo.
Hay que tener en cuenta que esas personas, como le puede pasar a Bertín, pueden tener dos días libres pero les apetece estar con sus familias y no dando entrevistas.
—¿Te quedas con el trabajo de modelo o como presentadora?
A ver, modelo es mi zona de confort. Presentar me divierte pero me queda muchísimo por aprender, todavía me pongo muy nerviosa, aunque no se note, cuando tengo que entrar en cámara, me pongo fría pero una vez entro ya arranco.
—Venezuela, Madrid, Sevilla ¿Con cuál te quedas?
Me quedo donde estemos todos, donde Quique tenga las mayores facilidades posibles. Lo que llevaba mal es estar en el campo aislada de todo lo que le podía ayudar a Quique porque es muy difícil cuando tienes necesidades concretas. Siempre le digo a Bertín que vamos a terminar viviendo en el campo pero con nuestros hijos ya grandes, con Quique, Dios quiera, hasta que sea adulto y sus necesidades cubiertas y nosotros tranquilos no corriendo siempre.
—¿Tienes familia en Venezuela?
La mayoría, aquí tengo ahora a mis padres y mi hermano, pero tengo allí a mis dos abuelas que están vivas, mis primos, mis tías. Aquello es un horror pero ya ha salido a la luz por lo menos todo lo que está pasando y es verdad.
—¿Cómo es tu día a día?
Ajetreada, por las mañanas estoy en la fundación, oficina, terapias si tengo que hacer algo de mi profesión… a mediodía si está Bertín nos encontramos y a partir de las cinco tengo claro que por las tardes corto para estar con mi familia. Ahora estoy montando una empresa con mis socios, una marca de hombre con un producto bastante exclusivo para un señor a partir de 50 años, dirigido a un señor con personalidad propia, que sabe lo que quiere pero que por dentro sigue siendo muy rebelde. Todo está muy cuidado, con un concepto de negocio diferente, cada línea serán colecciones limitadas casi a medida.
—¿Hacéis vida en Pozuelo?
Sí, de hecho nos vamos a mudar y la casa que nos van a hacer está en Pozuelo, ¡estoy encantada! Ω
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