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Lunes 30 de marzo

30-03-2020 8:24 p.m.

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Texto e Imágenes: Ricardo Rubio

Solía dormirme cada noche subiendo escalón por escalón una infinita escalera hasta el cielo. Noches en las que las sombras venían a acostarse a mi lado. Noches en las que ligero de equipaje  sobrevivía a monstruos conocidos, imágenes repetidas y postales siempre inacabadas.

Hoy como entonces las cartas no llevan destinatario. Son días en los que el destino se borra y el destinatario se ausenta por tiempo indefinido.

Fallan los nombres. Sopla un viento frio. Faltan las personas. La gente se va, las salas vacías son una replica exacta de lo que fueron. 

Willy ( Veleta ) está en la puerta. Un grande del periodismo. Buscarle por las redes. He quedado en darle el chaleco que le servirá de salvoconducto para poder circular por Madrid libremente. El chaleco blanco nos sirve como identificación para que la Policía nos identifique a distancia. 

Empezaré por el final. Llueve. Un viento frio congela el asfalto. Espero a que los semáforos se pongan en rojo en la Gran Vía para colócame en el centro y esperar a que algo suceda. Pero apenas ocurre nada. Un desierto edificado se expande hasta plaza de España. Se oye llorar a un niño. Ladra un perro y respira en voz baja el metro a su paso por Callao.

He recorrido la Castellana al completo. El navegador me dice que intuye tráfico lento.       ¿ hay atasco? me pregunta. Bajo tranuio y me detengo en cada plaza, en cada esquina, por cada calle aparece una sinfonía de edificios que el dia a dia tapa, esconde, oculta a nuestro paso.

Madrid es un congelador. Pero limpio. Esa mancha marrón oscuro ha desaparecido. 

Se respira inquietud por las calles. Muchos ojos vigilan desde los balcones. Muchas miradas  sobreviven a cada fotografía. Otras se alejan sin mas. Y la mayoría no repara en ellas.

Madrid inaugura una nueva morgue en Valdebebas. Un antiguo edificio inacabado de la ciudad de la justicia de Madrid. Le llaman el Donut porque desde el aire se asemeja a ese manjar.  No hay movimiento. La UME inspecciona el lugar. Imprescindible tapar los huecos por donde podamos hacer las fotografías. La censura camina firme estos días en Madrid. La gente muere si pero que mejor que no lo vea nadie. Nos tratan como a tontos. Y sus razones tendrán. Quizás hemos dado demasiadas muestras de ello.

Atrás he dejado los decorados del MadCool inmóviles, quietos. Me ha dado tiempo para cerrar los ojos y escuchar Just Breathe que es algo así como “ simplemente respirar”. Es un buen ejercicio para estos días de ansiedad.

No quedan muchas mas palabras hoy.

Veo el teclado roto por el reflejo de esta lluvia chispeante dentro del coche. Veo gotas que dibujan señales que no consigo descifrar. Escucho mensajes de voz que aíslan  pensamientos hasta convertirlos en odio, rencor y que me hacen retroceder, que me dicen que lo deje ya, que me espere o que ya vendrán tiempos mejores.

Mientras en el museo Reina Sofía alguien prepara unos cartones para pasar lo que queda del día. Alguien a quien la lluvia esta mojándole la vida.

Se empapan hasta los recuerdos camino del Vicente Calderón.

Se que la ansiedad es un territorio compartido estos días. Compártela. No te la quedes toda.

Dejé de olvidarte cuando corregí esa manera absurda de vivir ahogándome con la espera y derritiéndome con el calor de la palabras.

Pero ya que mas da. Son tiempos difíciles y son las seis y media de un 30 de Marzo.

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