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Por Guillermo Rubio.
Un campeón vive en Pozuelo y entrena en un bar, La Aurora, en la Plaza del Padre Vallet. Si le retas te echa “un pulso”, pero puedes salir malparado del viaje. Se trata de Nino Salvatore, especialista en “armwrestling”, combate de pulsos, para ser más claros. Se ha codeado con Arnold Schwarzenegger y le conocen y temen en medio mundo. Pero en el Ayuntamiento de Pozuelo le dan la espalda y no le prestan ninguna ayuda.
El armwrestling –“¡échate un pulso!”- es un deporte que procede de los típicos pulsos de bar que se echaban antiguamente en un intento de demostrar la fuerza que albergaban los brazos de los más valientes.
De los bares surge esta historia, concretamente de Italia, donde el abuelo de nuestro protagonista, Nino Salvatore, vecino de Pozuelo de Alarcón y campeón de “pulsos” era conocido por conquistar los bares de un pueblo napolitano ante la atenta mirada de su nieto. Y este es el relato de su existencia.
—¿Cómo llegas a conocer este mundo del armwrestling?
Gracias a mi abuelo, él iba de bar en bar venciendo a la gente. Nadie le ganaba y veías que era el más fuerte y te llamaba la atención el asunto. Él siempre nos inculcaba valores y nos entregó esta tradición.
—¿Y en que momento pasa a ser una profesión en vez de una afición unida a tu abuelo?
En el año 1996 o 1997, en Aravaca, en la antigua escuela que compartía una discoteca mi amigo Morales monta una liguilla de pulsos y se empieza a publicitar este deporte. Desde ese momento nos lo comenzamos a tomar en serio.
—¿Desde cuándo vives en Pozuelo?
Llevo viviendo en Pozuelo desde bien pequeño, llegué a los 7 años.
—¿Y cómo comienza tu historia hasta el podio del armwrestling?
Yo al principio era muy malo, competía y perdía siempre. Sin embargo, tenía algo, no sé el qué, supongo que era una afición muy fuerte al combate de pulsos. Me eché novia y lo fui dejando poco a poco. Empecé a trabajar montando pladur y me puse muy fuerte de mano y brazo. Me volvieron a llamar cuando lo dejé con esta chica y volví a trabajar en ello.
Comencé a ir a los campeonatos absolutos de Madrid, contra los pesos pesados y quedaba segundo o tercero y dejaba sensaciones. Al cabo del tiempo conseguimos traer una mesa de entrenamiento junto con Marino Morales a un pequeño gimnasio en la calle Tahona y comenzamos a trabajar con él.
—¿En ese gimnasio, entrenabais y enseñabais?
Sí, desde 2004 entrenábamos y enseñábamos, desde el momento en que trajimos la mesa al gimnasio.
—¿Y cómo son vuestros alumnos?
Pues es raro porque dentro de este mundo soy alguien conocido, al fin y al cabo. Cuando alguien me pide entrenar lo hacen con vergüenza, les cuesta acercarse a un campeón del mundo y suelen darte dinero, pero yo lo hago gratis, es normal que en otras disciplinas se paguen cuotas y cursos, pero yo no. Yo estoy encantado .
—Me has hablado antes de Marino Morales, ¿qué significa para ti ese nombre?
Es un chico de Aravaca que ahora vive en Ávila y significa mucho para mi porque él me abrió las puertas del armwrestling aquí en Madrid. Sin embargo, mucha gente le confunde con mi mayor rival y se equivocan. Ese puesto lo ostenta Gustavo Pérez, quien también fue mi entrenador. Nos hemos hecho perder muchas finales por encontrarnos en semis o en cuartos en muchos torneos y destrozarnos el brazo.
—Salvo Gustavo, parece que no encuentras rival en España y me atrevo a decir que en Europa, donde ya te conocen muy bien. ¿De todo el palmarés que tienes, cual es el trofeo más especial para ti?
Tengo muy buenos recuerdos de todos ellos, este mundo me ha dado momentos muy gratificantes, como cuando conocí a Arnold Schwarzenegger. Lo que más me guardo de todos ellos es ir y que te reconozcan por tu trabajo. En Hungría, en el mundial, la gente nos conocía, Gustavo me presentó al campeón del mundo y yo no sabía quién era, pero él si me conocía, es impactante.
—Los mundiales, los europeos, los torneos nacionales…Todos ellos requieren de muchos recursos para cubrirlos, ¿quién os ayuda a nivel institucional?
Nadie, no tenemos ningún tipo de representación, muchos de los torneos a los que vamos son pagados por nosotros, por la gente de barrio y la gente de los bares. Yo voy a un gimnasio importante o a una institución deportiva y no saben quien soy, pero voy al bar de enfrente y no dudan en prestarme dinero para ir a participar en las competiciones
—¿Cuál es el feedback de tus seguidores? ¿Cómo reaccionan a tus competiciones?
A la gente le gusta cómo compito, nunca doy un pulso por perdido. Si me ganas, me ganas, pero me tienes que ganar bien, no doy un centímetro por perdido. En Ciudad Real la liamos, nos subieron al escenario con todos los alcaldes, trofeos de embutidos y quesos – se ríe – y fue muy grande el apoyo de la gente de las fiestas de allí.
—¿Cuál es la diferencia entre España, en la que la visibilidad de esta competición es muy escasa, y los países del este de Europa, en los que este deporte es más popular?
En España no se considera un deporte el armwrestling, en el resto de los países sí. Les ofrecen becas muy caras, lo consideran una competición de las más grandes de sus países. Les ponen gimnasios, herramientas y muchos recursos económicos. En España es al contrario, como no está consideraedo un deporte te tienes que buscar la vida.
—¿Cómo es el Nino más personal? ¿A qué se dedica? ¿Cómo pasa el día?
Trabajo en Mercamadrid, en la sección de la carne. Trabajo muchas horas, llevo muy poquito allí, pero estoy encantado con ellos. Me cuidan mucho porque me lo curro mucho. Mis aficiones son mi familia, mis dos hijos y mi mujer.
—¿Cómo conociste a tu mujer?
Ella trabajaba en un bar de La Estación de Pozuelo, le llevaba la carne y fue un flechazo. Yo tengo 42 años y ella 23, al principio no era fácil, pero yo siempre he dicho que ella es un alma vieja. Pasó lo que tuvo que pasar para que acabáramos juntos y aquí estamos.
—¿Qué crees que pensarán tus hijos de su padre en el futuro?
Yo te digo una cosa, deja a los niños hacer lo que les guste, mientras sean felices, da igual. También te digo, me verán entrenar, mis trofeos, la fama que tengo en el mundillo, etc. Estoy seguro de que como mínimo les picará la curiosidad.
—¿Cómo te hace sentir el hecho de que nadie en España te ha ganado?
Buff, da mucho vértigo. Menos mal que está mi mujer para recordármelo, para hacer valorar los trofeos. He ganado tanto que a veces da la sensación de que no te importan, pero hay que poner los pies en la tierra.
—¿Tiene Nino Salvatore algún amuleto? ¿Algún objeto valioso que le dé suerte?
Amuletos como tales no, pero tengo tatuajes que significan mucho de este mundo y los considero amuletos.
—El Mundial de este año… ¿Cuándo y dónde se celebra?
Del 14 al 23 de octubre en Anatalya (Turquía). El jueves o viernes de esa semana compito en la categoría de brazo derecho. Suelen ir todos los países, aunque este año no se que pasará por el tema de la guerra en Ucrania.
—¿Te ves bien para ganar?
Sí, hemos estado preparándonos mentalmente. Desde Hungría en 2017 o 2018 no hemos competido fuera del país. Tenemos muchas ganas, se echa de menos competir fuera, ponerse en contacto con el mundo del armwrestling otra vez. De esta forma te das cuenta de en qué posición te encuentras, si eres mejor o peor que antes o si has competido a la altura.
—¿Desde el Ayuntamiento de Pozuelo saben que un campeón del mundo de su disciplina entrena en un bar (La Aurora)?
Nosotros hemos escrito, lo hemos intentado, pero no nos han hecho caso. Ahora, el día del niño nos llamaban para pasar el día, venía la alcaldesa y se hacía fotos, pero son eso, solo fotos. No tenemos ayuda por su parte. Da rabia, se supone que somos el ayuntamiento con más recursos y no tenemos nada, yo ya he dejado de insistir. Ω
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