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Es verdad que el Reino de España es una de las economías de la Eurozona que menos recauda en relación con su PIB y eso no se debe a una presión fiscal baja, sino al esfuerzo fiscal que realizan los contribuyentes, más conocido como índice de Frank. La presión fiscal mide los ingresos sobre el PIB total, mientras el esfuerzo fiscal, es lo que se paga de impuestos con respecto a los ingresos. Los impuestos no tienen un fin recaudatorio, sino atender a los principios de justicia y equidad. Es decir, cubrir las necesidades que demandan sus ciudadanos. La presión fiscal no puede usarse como el comodín para descapitalizar a los ciudadanos y capitalizar rápidamente al Estado.
Bajar los impuestos en España no es algo opcional, es primordial
Los impuestos bajos, siempre han resultado efecto a medio y largo plazo donde se han implantado, sobre todo en épocas de crisis económicas, porque atraen la inversión extranjera. El Fondo Monetario Internacional resalta que es más efectivo reducir los impuestos y el gasto público, para incentivar el crecimiento y la prosperidad de la economía. Para ello, concluye que en más de 170 casos el impacto de la reducción ha sido más que positivo para el crecimiento y el empleo que otras medidas fiscales.
Ronald Reagan demostró que la reducción impositiva generaba incentivos al empleo, provocando una mejora del bienestar económico y de los ingresos fiscales. Esta política económica fue conocida como «economía de la oferta», la misma que Donald Trump, (fan de Reagan) quien decidió llevarla a cabo en 2017, con una gran reforma fiscal y aumentando la recaudación un 12%, creciendo a una tasa del 2,3%, por encima del promedio del 1,9% registrado en los anteriores años.
Otro caso llamativo es el de Irlanda, en el que dos de cada tres empleos han sido generados por las compañías tecnológicas, donde se fundaban más de 140 startups al día, y todo eso se debe a que en 2003 se redujo el impuesto de sociedades del 16% al 12.5%, originando un incremento de la recaudación en un 24%, con solo una reducción de 3,5 puntos. Un país en el que de media en 2019 un irlandés ganaba 70.470€ euros, por los 26.430 de un español. España demostró que las bajadas de impuestos de los últimos años fortalecieron el crecimiento y los ingresos han alcanzado una cifra récord en 2018.
El estoque final a la economía, para depender de papá Estado
Los Presupuestos de 2021, según el Ejecutivo, aumentarán los ingresos públicos en un 14,7%, siendo el remate final para que los ciudadanos dependan directamente del Estado, con la excusa de la crisis sanitaria. No se entiende cómo mientras el resto de los países europeos están ayudando a mantener los sectores económicos, reduciendo impuestos y creando certidumbre, en nuestro reino se prefiere seguir el camino fácil para buscar resultados a corto plazo y donde ya vendrán otros a solucionar los problemas, pero mientras tanto ¡café para todos!
Principales incrementos en los impuestos:
IRPF, subida del tipo marginal del 45 al 47 % a las rentas superiores a 300.000 euros y de capital para más de 200.000 euros, pasando del 23 al 26 %, afectando a más de 36.000 contribuyentes (0,17 %), prorrogando estos límites al régimen de módulos de autónomos.
Patrimonio, incremento del 2,5% al 3,5% para los que tienen más de 10 millones.
IVA, la subida del IVA del 10% al 21% para las bebidas azucaradas.
Primas de seguros, pasa del 6% al 8%, pretendiendo recaudar 507 millones de euros.
Dieselazo, (asemejarlo al de gasolina) con la idea de ingresar 500 millones de euros.
Sociedades, no se ha reducido, por lo que no se atraerá inversión, se han hecho unas modificaciones que desincentivan la inversión de las grandes compañías. Limitar al 95% la exención de dividendos y plusvalías, exceptuando por un periodo de 3 años a entidades con cifra negocios inferior a 40 millones y aquellas compañías con un volumen de negocio inferior a 40 millones podrán seguir aplicando la exención del 100% por dividendos durante los próximos tres ejercicios, siempre y cuando procedan de una filial, residente o no en territorio español, constituida con posterioridad al 1 de enero de 2021.
Con este tipo de reformas impositivas progresivas, el Ejecutivo prevé recaudar unos 33.000 millones de euros más para este 2021. Estos nuevos impuestos estiman que aportarán unos 7.000 millones. Con esta previsión de ingresos y gastos, el déficit en 2021 sería del 7,7% del PIB total.
Siendo realistas, la única forma de salir de esta situación no es otra que crear más riqueza y empleo. Subir impuestos está más que demostrado que destruye empleo y el tejido empresarial, ya que esto ahoga la economía y pone en peligro los servicios públicos. España es la única gran potencia que apuesta por subir los impuestos en lugar de bajarlos, al contrario que el resto de las grandes potencias europeas.
En definitiva, serán las familias y compañías quienes serán los gran perjudicados, no sólo por la crisis sanitaria y consecuencia de la recesión, sino del aumento de la carga fiscal. Por lo que las estimaciones de ingreso para este 2021, no son otra cosa que un brindis al sol. Ω
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