Si continúa la navegación por nuestro sitio web estará aceptando nuestras condiciones, que puede consultar en:
Por Almudena Solo de Zaldivar Navarro
FINANCIERA
Imagen: Ricardo Rubio
Es un momento de reflexión, de parar y respirar, y se lo dice una que ha vivido ya dos crisis económicas y va por la tercera. Esto es, no hay dos sin tres.
Pero esta es distinta, distinta en todos sus aspectos. Hemos parado el “coche de la economía”, pero al pararnos, hemos tomado café y hemos descubierto un mundo distinto. En ese cafecito, nos hemos relacionado de otra manera, hemos conocido a gente que nos ha contado nuevos mundos y nuevos productos, y nos volvemos a subir al coche con otro punto de vista distinto. Y, curiosamente, la carretera también ha cambiado.
Respiramos, y nos preguntamos, ¿estamos preparados para conducir en esta nueva autovía?
El nuevo reto lo tenemos todos, pero aquí empiezan las diferencias, no todos tenemos el mismo coche: unos tienen un 4x4, otros tienen un Fiat 500 (no lo digo despreciativamente, hablo de la capacidad del vehículo). Tenemos que adaptar la conducción al tipo de coche que tenemos cada uno.
Unos se fueron preparando en el pasado: buscaban seguridad y cambiaron de coche, buscaron uno preparado para todo tipo de circunstancias. Otros buscaron algo para el día a día. Seguro que alguno me dirá, no todos tenemos la misma cantidad de dinero, ya… pero hay modelos similares, de distintos precios.
Y, de repente, hay un accidente de trafico, y la policía nos para a todos, y nos desvía a la gasolinera mas cercana, y allí, a esperar a que quiten los vehículos.
Empezamos a hablar, uno tiene que llegar porque tiene una reunión y firmar un contrato, otro tiene que abrir el negocio, otro tiene a los niños que no dejan de dar la lata. Otro, por no llegar al trabajo, a tiempo lo despedirán…. Y, otros siguen trabajando: los de la gasolinera, los enfermeros que están atendiendo el accidente de trafico, … En los accidentes anteriores solo algunos, se quedaban atrapados. Ahora ha cerrado la carretera.
Lo primero que tenemos es miedo: me quedaré sin trabajo, perderé el contrato, en la gasolinera: ¿tendré productos para todos, los podré atender bien?
Cada uno reaccionará de una manera distinta. Y yo, me pongo a observar y pienso, ¿qué haría yo?
Lo primero que me viene a la mente es: “vaya marrón!!!”, pero respiro… y la primera palabra que me surge es PARAR-ANALIZAR-PLANIFICAR y después EMPEZAR.
Parar: ¿por qué?, para ver como estoy. Pediría ayuda para que me miraran aceite, frenos, etc. Esto que significa en un comercio: mirar que me ha supuesto el coste de la parada y cuantificarlo en cifra. Mirar lo que he podido perder: contratos, productos. Como me puede afectar el accidente: cara a mis clientes, si me afecta en perdida de ventas, en comportamientos, cambio de hábitos, etc.
Analizar: Después de la información que he obtenido anteriormente, preguntarme, necesito mas dinero, tengo que hacer algún cambio: ¿cambiar de coche, para este nuevo trayecto?
Planificar: Buscar mas dinero: llamar al banco, informarme de los productos que puedo necesitar, hablar con los proveedores para cambiar métodos de pago, buscar nuevas vías de captar clientes. Enseñar a mis empleados el nuevo método de trabajo. Crear nuevos sistemas de control para saber si lo estoy haciendo bien. Analizar si necesito nuevos socios o nuevos asesores que me ayuden a adaptarme para obtener el éxito.
O puede, que en este momento me de cuenta que tengo que dejar la carretera porque el coche no va a aguantar. Es aquí, donde paro, porque estoy en una gasolinera: aun tengo dinero, y me puede llevar a casa. Si me “quedo tirado” en mitad del camino sin coche, sin dinero y sin forma de volver a casa, es peor. Aquí tengo que hablar con el mecánico para que me lleve el coche al desguace y saber cómo vuelvo a casa.
Esta ultima decisión es muy dura, pero siguiendo con refranes: “más vale una vez roja que cientos colorada”. Se que, en este momento, se quedan por el camino sueños, ilusiones, esperanzas deseos; y, por delante, hay miedo e incertidumbre. Pero aquí, aun no hemos perdido todo: aun podemos volver a casa, porque tenemos casa donde volver.
Y, ahora a EMPEZAR: con esa mezcla de sueños por cumplir, incertidumbres, y esperanzas. Pero lo más importante, siguiendo la planificación y el control del camino como se dice cuando montas a caballo, “llevando las riendas en corto”, por si tenemos que cambiar de dirección, parar el caballo o cambiar de ruta. Todo se basa en el control, y en no dejar para mañana la planificación.
Ayer asistí a una Webinar (conferencia on line -nueva realidad después del “accidente”), donde un alemán residente en España, llamado Gerhard Stamm, ingeniero, hablaba de una respuesta distinta a la Crisis del Covid19, lo llama el concepto de reestructuración preventiva (SGC METODOLOGIA). Tiene tres fases:
1. Fase I Análisis real (durante este periodo hay que revisar -Sprint-):
a. Análisis y desarrollo.
b. Priorización de las medidas según las previsiones
c. Implementación
2. Fase II Concepto/potencial: Identificación de las medidas que pueden aplicarse a corto plazo
Aquí, en medio de este proceso, esta la parte más importante.
LA DECISION
3. Implementación
4. Acompañamiento
En palabras técnicas, es, mas o menos lo mismo, de lo que os hablaba antes.
Os deseo a todos, mucha suerte y sobre todo esperanza, en esta nueva etapa,
Para mi los cambios siempre han sido buenos, aunque a veces en el momento que se han producido no lo viera así. Animo, y con ello podemos. Ω
03-09-2019 8:09 p.m.
12-07-2019 11:59 a.m.
07-01-2019 10:54 a.m.
09-10-2018 8:19 p.m.
27-08-2018 9:41 a.m.
14-06-2016 10:22 a.m.
18-03-2015 9:28 a.m.
07-02-2015 9:31 p.m.
20-10-2014 8:46 p.m.