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Cuando el periodista es el notario de la realidad
Por Carmen Millán
Fotografía: Ricardo Rubio
Nació en la provincia de Orense. Desde pequeña ya tenía dotes de periodista, en más de una ocasión metió a su padre en un compromiso, ya que su curiosidad de niña le llevaba por las casas de los vecinos preguntando qué iban a comer y con la información recopilada llegaba a su casa dando un titular que no dejaba de ser la vida de los lugareños, con la posterior regañina de su madre. Con sólo catorce años recibió su primer premio por un cuento que escribió en una noche de Navidad. Llegó a Madrid a estudiar periodismo, siendo un referente en un tipo de programa del que fue pionera, Madrid Directo. Sensible, honesta, honrada, valiente, contundente y con ganas de reír un poco más venga como venga la vida. No le gusta decir su edad porque cree que la sociedad tiende a encasillar y no va desencaminada.
Irene Fernández Núñez es vecina de Pozuelo desde hace varios años y la entrevistamos para que nos hable de los más de 25 años que estuvo al frente del emblemático programa de la televisión madrileña y de sus muchas horas a las espaldas de trasmisión en directo.
—Te viniste a estudiar a Madrid ¿Qué tal te adaptaste?
Me vine con una hermana mayor. Mi padre murió muy joven y para sacar algo más de dinero, trabajaba haciendo encuestas, vendía productos para limpiar en las viviendas y a veces hasta terminaba con dolor en los brazos porque iba demostrando cómo se limpiaba con ese líquido, así conseguí salir adelante. Con 20 años conseguí una beca, es donde más he aprendido de profesionales como Ónega, Manuel Antonio Rico, Jesús Hermida...eminencias del periodismo que hoy en día se echan a veces de menos.
—¿Dónde fueron tus comienzos?
Soy hija de la radio, comencé en la cadena Ser estando en la facultad con una beca. Era un programa de 3 de la tarde a 10 de la noche. Posteriormente llegué a dirigir un grupo de periodistas desde la Delegación de Gobierno y cuando salió la oposición de Telemadrid me presenté y comenzó mi aventura.
—¿Qué debe tener un buen periodista?
Alma con curiosidad, ganas por conocer y respetar mucho a las personas que le están dando esa fuente de vida y de conocimiento. Un buen periodista es aquel que realmente descubre información y no el que se remite a las noticias que nos mandan. El buen periodista es el que sale con los ojos puestos en la calle. Los ciudadanos son una gran fuente de información. El verdadero periodismo se hace en la calle, debe dar noticias, disfrutar con las noticias y a veces también llegar a sacrificar una noticia por el bien común.
—¿Hay que ser respetuoso con quien nos da información siempre?
Las fuentes hay que respetarlas siempre, las respeto tanto que cuando fui Jefe de Prensa de la Delegación de Gobierno y un periodista se trabajaba la noticia, yo misma le facilitaba los datos para que pudiera seguir con su investigación, pero jamás se me ocurrió lanzar la típica nota de prensa para que todo el mundo tuviera la misma información y al mismo tiempo.
—¿Fuiste pionera en hacer un programa como Madrid Directo?
Si, y como reportera de calle me han copiado más de una vez, esa mano mía urdiendo un timbre para sacar información… pero todo esto viene de la radio. La radio me vino muy bien para poder sacar luego la voz con la imagen. Yo iba a la calle con el micro y de primeras siempre me decían que no querían hablar, incluso en alguna ocasión los efectivos del Samur se reían y me decían "te vamos a tener que sujetar la mano" y esas personas que por nada querían hablar porque en principio no habían visto nada, luego me lo contaban todo, no paraban de hablar. Esto sucede por la confianza que uno deposita en el entrevistado, en la empatía… he terminado haciendo amigos con entrevistados.
—Era un programa que sacaba los sentimientos a flor de piel
Emocionaba, como es el periodismo. Yo entrevisté a la Dulce Neus en la cárcel y la mujer se hizo amiga mía y luego me mandaba cartas a la tele, me contaba cómo era su día a día. Me contaba cómo le dijo a su hija que matara a su marido porque no aguantaba más, o como había pasado esmeraldas a España… hay momentos en que las personas se abren de corazón y cuentan cosas que nunca habían contado.
—¿Con que entrevista te has reído más?
Con una de las que más me reí fue con una señora que estaba en conexión en directo desde la sierra pobre de Madrid, yo la estaba entrevistando y me dijo "ay y vinieron los ajabalines y me comieron las apatatas" me tuve que reír discretamente y desde el respeto.
—¿Qué reportaje te ha hecho llorar?
Cuando Eta asesina a Miguel Ángel Blanco, que aquí, precisamente en Pozuelo tenemos su calle. Ese día sentimos todos esa mano blanca. Igualmente sufrí cuando tuve que cubrir el 11M. Por desgracia había tantos cadáveres que al no caber en el Instituto Anatómico Forense, instalaron todo en un pabellón de Ifema. Estando allí, preparada para la conexión en directo, los cuerpos que yacían en el suelo les seguían sonando los teléfonos móviles, sonido tras sonido, de llamadas de los familiares que al no saber no se daban por derrotados, fue horrible. En ese momento se me ponía un nudo en la garganta, pero tragas saliva y tienes que hacer de tripas corazón porque es un directo aunque en la cara se te note la desgracia. Me fui a Alcalá de Henares con las primeras personas que salían de los hospitales y daban gracias a la vida y a Dios con lágrimas en los ojos.
—¿Qué momentos recuerdas más alegres?
De estos he vivido y disfrutados muchos. Por ejemplo cuando me tocaba cubrir los primeros premios de la lotería y esa alegría de los premiados se te contagiaba. En la mayoría de los reportajes he tenido que entrar en la empatía de las personas. En Soto del Real, entrevistando a una señora llena de joyas y que ya había sido juzgada, me repitió que ella había envenenado a su marido y yo con exclamación le pregunté que cómo se había atrevido a matarle y al contestarme "señorita Irene, le maté porque era mío" créeme que también me tuve que poner el pelo por delante para que no me vieran sonreír.
—Te has metido hasta en los charcos ¿Has pasado miedo?
Tengo algunas heridas de guerra. Tuve que huir de la Casa de Campo al grabar a unos proxenetas, salieron detrás de mí y me dieron con una barra de hierro en la parte trasera del coche rompiendo los cristales, afortunadamente no me cortaron la cara. Es una profesión de riesgo, no hace falta ser corresponsal de guerra, yo he vivido muchas guerras en Madrid por conocer noticias y llegar con la cámara.
—No todos los periodistas arriesgan tanto ¿Por qué lo hacías?
Porque los ciudadanos se lo merecen, cuando creas un estilo propio es tu deber demostrar lo que has visto y con una cámara los trabajos de investigación son realmente difíciles y yo lo conseguí.
—Realizaste un reportaje con una piedra como protagonista ¿Cómo lo conseguiste?
Hace 20 años nos llamaron a Telemadrid el dueño de un taller en Getafe y llamaba sorprendido porque le apareció un coche con la luna fundida como si fuera un chicle. En aquel momento había en la Comunidad de Madrid unos chicos que lanzaban piedras a las lunas de los coches y creían que era eso. Cuando aparecí en el concesionario, este señor me explicó que para poder fundir una luna de un coche tenía que impactar a 500 grados de temperatura. Dentro del coche encontraron una piedra de unos 5kg en la parte trasera del vehículo y pensaba que había venido del espacio. Una vez se emitió el programa, se puso en contacto con nosotros el Museo de Ciencias Naturales para investigar y ahora mismo la están estudiando en la Nasa en EEUU.
—Tv, radio o papel ¿Con qué te quedas?
Con todo, un periodista debe desarrollar los momentos que le toquen vivir y no descarto nada. Nunca se deja de ser periodista, somos notarios de la realidad. Como están estos tiempos cada vez se necesitan más sin que se ejerza ningún control, la libertad de prensa es lo más sagrado. Los ciudadanos deben estar informados por las diferentes fuentes sean de las tendencias que sean.
—¿Cómo viviste la salida de Tele Madrid?
En principio fue muy dura, hice mi reportaje un viernes y el sábado por la mañana estaba recibiendo el burofax de despido, fue un ere que sufrimos gran parte de los compañeros. Esta vida hace que te recicles y busque nuevas maneras de expresarte y comunicarte.
—¿De las entrevistas que has realizado, cuál te ha gustado más?
Camilo José Cela, yo era muy jovencita. Cuando hizo su segundo viaje a la Alcarria me cita en un par de ocasiones dentro del libro cuando se cae del globo y dice "uy aparecen por aquí dos periodistas corriendo, Irene y Marta" esa Irene era yo. Es de las personas que mejor recuerdo tengo, incluso nos hemos carteado. Detrás de todas esas ironías encerraba un gran corazón.
—¿Qué te supuso que la Reina Dª Sofía te hiciera entrega de un premio?
Me premiaron en la modalidad de medios de comunicación por una serie larga de reportajes que había realizado como la primera mujer que entraba en las cárceles. Esas entrevistas las hacía todos los miércoles porque se manifestaban los funcionarios de prisiones para pedir la libertad de Ortega Lara y yo para recordarle también, hacía una entrevista a un preso penado de los cuales me iban dando ellos los permisos. Fui distinguida por el trabajo que hacía sobre prevención contra la drogadicción, casi todos los elementos comunes que había en los entrevistados, era que todos habían cometido por una razón u otra delitos contra la salud pública, es decir traficaban con drogas o bien consumían o bien les obligaban a pasar drogas…era un mundo que había que trasmitir a las nuevas generaciones, que la ley está para cumplirla. Fue un honor recibir este premio de manos de Su Majestad la Reina Doña Sofía.
—¿Cómo ves el periodismo actual?
Lo veo poco libre, poco arriesgado y con una sociedad que cada día va a estar más controlada por los diferentes ejes y poderes de los medios de comunicación. Creo mucho en el periodismo de aquí, ahora y local, el periodismo de vecino.
—¿Cómo ves la inmediatez de la noticia en redes?
No se cotejan las fuentes, ahora todo es mister google tanto para la medicina que dirían los médicos como para nosotros. Hay que salir y aportar. Internet somos nosotros. Hay datos que dicen que para el 2025 1 de cada 4 noticias que se de será falsa, eso es tremendo. El lector debe saber leer, muchas de esas noticias ya no están ni bien redactadas, que desconfíen de primeras de las noticias de internet.
—¿Cómo te has reciclado?
Me ha interesado siempre el mundo de la psicología, realizando cursos y proyectándome en qué me gustaría hacer para sentirme bien y trasmitir ese bien a los demás. Estoy creando unos talleres.
—¿En qué consisten tus talleres?
Creo que la escritura es una poderosa arma y nos limpia. Estoy desarrollando unos talleres de escritura con doble versión, primero una terapéutica y luego porque dentro de veinticinco años, no vamos a saber escribir a mano y hay un ejercicio muy importante neuronal que es conectar el hemisferio izquierdo con el derecho, a través de la escritura. Esto hace que tengamos mejor memoria, es un mantra para limpiarse e incluso para comprometernos. Los talleres se llaman Cardioescritura.
—¿Dónde los vas a impartir y cuándo?
El 22 de febrero imparto un curso en Capuchinos Cristo de El Pardo. Basta con mandar un mail a cardioescritura@yahoo.com para hacer la reserva. Merece la pena.
—Llevas tu tierra muy a gala
Sí, en Madrid está la asociación de periodistas gallegos de la cual soy vicepresidenta. Mensualmente hacemos una comida con un personaje importante que evidentemente tiene que ser gallego, tenemos el concierto de Navidad que este año fue en la Latina y ahora acabamos de elegir al gallego del año, una persona que además salió en las páginas de esta revista, Anthony Carro que es el representante de la Nasa en España y que se le hará entrega en una cena de gala. Anteriormente han sido gallegos del año personajes como Camilo José Cela, Torrente Ballester, políticos destacados, recientemente el Dr Cabanela, que operó al Rey. Claro que tiene que ser gallego, pero debe ser un gallego que esté haciendo cosas por España y por el mundo.
—¿Qué te ha dado tu tierra de lo que te sientas mas orgullosa?
Yo creo que la capacidad de la introspección, la capacidad del silencio en un mundo de ruidos.
—¿Cuánto tienes de meiga?
Pues haberlas hailas. He tenido algunos pálpitos, tanto buenos como malos, por ejemplo intuí la muerte de mi padre que se hizo realidad. Es una capacidad que tiene todo el mundo a nada que se concentre un poquito, que se tome tiempo para adentrarse en sí mismo, no se trata de saber si te va a tocar la lotería pero si te puede reorientar en cambios fundamentales en tu vida ese silencio y el meditar. Al final, por dentro, todos somos iguales.
—¿Eres creyente?
Si, muy creyente. Creo que la vida de las personas sin creer en algo superior, nos haría muy vulnerables y nos llenaría de tristeza. Para mí ser creyente es como llevar un diamante en el corazón.
—¿Desde cuándo estas unida a Pozuelo?
Desde el año 2008. Es un pueblo lleno de zonas verdes, tenemos más horas para compartir con la gente, de disfrutar. Acabo de descubrir que tenemos una biblioteca que abre los domingos, estas cosas me encantan. Salgo mucho por Pozuelo, voy a sus restaurantes, a los centros de belleza, a la iglesia, a las áreas comerciales…utilizo todo lo que nos ofrece. Me vine porque tenía la Tv al lado y estoy encantada porque es como estar en Madrid con muchos más privilegios. Ω
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