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“Sólo se llega alto a base de esfuerzo”
Por Carmen Millán - Fotografía Ricardo Rubio - 33 años y ya sabe lo que es triunfar. Siempre se presenta como un abogado frustrado y aunque sus notas fueron buenas, en el segundo año tras ver el libro de derecho administrativo, supo que no era su destino.
Terminó Comunicación Audiovisual en la Complutense y ahí comenzó su andadura. Fan incondicional de la animación, siguió formándose en la U-Tad y hoy podemos disfrutar de sus animaciones en la gran pantalla en películas como Hotel Transilvania y Spiderman.
Este joven creativo ha vivido gran parte de su vida en Majadahonda, ha viajado con su trabajo por diferentes partes del mundo y ahora regresa a Madrid lleno de satisfacción y con un gran premio en las manos.
—¿Por qué la animación?
Terminé los cinco años de Audiovisual en la Complutense, fui el último año de licenciatura antes de que empezaran los grados. Justo cuando estaba terminando, recuerdo que fui al cine con mi madre y pusieron un anuncio de “U-Tad, si quieres ser animador...” y lo vi claro. Siempre fui fan de la animación y los ordenadores, quise compaginar mi carrera y realicé el Máster de Animación Profesional 3D.
—¿El mismo Máster del que hoy eres director?
Correcto, hace tan solo ocho años era alumno y ahora lo dirijo.
—¿Cuál es la duración del Máster?
Un año lectivo básicamente. Tenemos todo tipo de asignaturas, desde lo más básico como aprender a utilizar un software hasta lo más complicado que son los diálogos. Es muy intensivo.
—¿Naciste para esto?
No lo se, pero me lo paso genial. Es verdad que al principio es un poco complicado. En la universidad U-tad realizan un día que se llama Company Day que traen a los estudios más importantes de España, ahí conseguí mi primer trabajo con Pocoyó, dibujos muy considerados a nivel nacional e internacional.
—¿Tenías claro en qué te querías centrar al estudiarlo?
Mi sueño en aquella época era llegar a Pixar y trabajar en la siguiente entrega de Toy Story que para mi es la película. Esa perspectiva va cambiando según cumples años y conoces otros estudios. Se van priorizando otras cosas, si tienes familia, si debes irte a vivir a EEUU...
—¿Sigue siendo tu película?
Si tengo que elegir me quedo con Toy Story 1, es la primera y recuerdo verla en bucle, pero cuando salió Hotel Transilvania 1, justo antes de entrar a estudiar el Máster, me encantó. Son dibujos muy exagerados y la primera que se hacía en 3D.
—¿Qué sentiste al verte trabajando para la siguiente entrega?
Había trabajado en una película con Sony y cuando me enteré que empezaban a grabar Hotel Transilvania 3, me ofrecí sin dudarlo. En la industria del cine les gusta mucho trabajar con parejas y nos fuimos mi mujer y yo a Vancouver. Fue un sueño, durante los primeros cinco meses lo di todo, hacía horas de más y entregaba las cosas antes de tiempo para que me dieran oportunidades, seguir creciendo y que mis jefes se dieran cuenta. Gracias a eso continué con más producciones. Fue muy satisfactorio estar como animador principal.
—¿Qué ideas aportaste a la película?
Normalmente nos dan unos planos y una historia que debes seguir con los personajes, todo lo demás lo rellenamos nosotros con nuestra imaginación, pero al final quien tiene la última palabra es el director. Siempre puedes meter tu toque creativo.
—¿Qué diferencia hay entre TV y cine en animación?
Es muy diferente, para TV es todo mucho más rápido, no le puedes dedicar tanto tiempo. Gracias a empezar en Pocoyó, al dar el salto al cine pude aprender más rápido.
—¿Qué debes tener para ser un gran animador?
Creatividad y mucha constancia, sobre todo al principio. Todos podemos llegar a ser animador pero depende del esfuerzo de cada uno, así será la trayectoria que tendremos.
—¿Cuándo ves tus películas en el cine qué sensación tienes?
Con H. Transilvania era la primera vez que veía mi nombre en los créditos y por supuesto me sentí muy orgulloso, aunque soy muy autocrítico, nunca voy a decir que mis planos son perfectos.
—Spiderman ¿Cómo empiezas a trabajar en la película?
Lo hice bien en la anterior película, esta producción estaba después y me la ofrecieron. Seguí trabajando con Sony desde el mismo sitio, Sony es una máquina de engranaje que saca películas como churros. Desde el inicio se veía que era una película diferente y que llegaría lejos. Merecía la pena participar.
—¿Cuántos premios se llevó?
Ganamos todo, el Globo de Oro, Baftas, todos los premios a nivel equipo y el Oscar a la “Mejor Película de Animación” que hacía años que no ganaba un estudio que no fuera Disney o Pixar.
—¿Os hicieron partícipes?
Si claro. Por la situación que vivimos solo pudieron ir los productores y Directores pero fuimos partícipes en todo momento. Estoy esperando a que me llegue mi estatuilla. Trajeron al estudio todos los premios obtenidos y nos dejaron hacernos fotos y cogerlos, algo que se agradece mucho.
—¿Diferencias con el resto de películas?
Al principio muy difícil por que el estilo es totalmente distinto, muy realista.
—¿Te ha sorprendido este mundo?
Si, sobre todo para bien. El mundo del cine es muy agradecido, lo ven miles de personas y es algo que perdura en el tiempo. Lo malo son muchísimas horas extras y el stress, pero merecen la pena.
—¿A qué te dedicas ahora?
Trabajo en un estudio chiquito y desde la comodidad de mi casa. Además estoy en la U-Tad como director de Máster, lo puedo compaginar bien.
—¿Cuál es tu objetivo?
Me encantaría montar un estudio, cuando no es tuyo no tienes toda la libertad creativa que te gustaría tener. Serían dibujos.
—¿Animarías a que siguieran tu camino?
Si a la persona le interesa el cine y las películas, le diría que no tuviera miedo porque lo va a conseguir. Hay que tirarse a la piscina. Ω
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