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La Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón celebra su patrón
Que la pandemia ha afectado a nuestras vidas personales es una realidad incuestionable. Y también a la de las empresas e instituciones. De hecho, la Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón lleva dos años sin celebrar su patrón. En este contexto tiene aún más valor que el primer acto institucional público que ha llevado a cabo la Policía Nacional sea el celebrado el pasado 24 de noviembre, en reconocimiento a la ciudadanía de Pozuelo de Alarcón, entregando 17 metopas a distintas personas e instituciones por su ejemplar actuación en la gestión del COVID-19 y cooperación con la Policía.
El acto dio visibilidad a actuaciones solidarias anónimas que, al publicitarlas, se han convertido en testimonio del buen hacer de la ciudadanía de nuestra localidad.
La Comisaría de Policía Nacional renovó, por voz de su Comisario Jefe, José Manuel Valle, el compromiso con la sociedad de Pozuelo de Alarcón, reafirmando su dedicación permanente, poniendo al servicio de los ciudadanos el trabajo, esfuerzo, entrega, abnegación y todas sus capacidades para hacer de la ciudad un lugar seguro. A cambio pidió colaboración, respeto, cercanía y confianza a la ciudadanía e instituciones de la localidad.
En su discurso, el comisario puso en valor también la labor de los policías que, durante los largos meses que siguieron a la declaración del estado de alarma, han tenido que multiplicar esfuerzos. Por un lado, debían seguir garantizando la seguridad de los ciudadanos y negocios y, simultáneamente, se vieron comprometidos con velar por el cumplimiento de las medidas sanitarias que las autoridades acordaban en cada momento. Sin embargo, los policías fueron más allá de su función y estuvieron muy atentos a las necesidades, potenciado durante la pandemia su faceta asistencial y humanitaria. Y eso a pesar de no haber sido ajenos al contagio, ni al temor de llevar el virus a sus hogares.
Jefe de la Policía Municipal, Don Francisco Ugena
En este contexto, fue honrada la memoria de un policía que no pudo superar la enfermedad que contrajo a mediados de marzo. El comisario afirmó que a los policías fallecidos les ponen alas, las mismas que portan sus patronos, los Ángeles Custodios, para que puedan seguir ayudando, auxiliando y protegiendo.
Afirmó que esta pandemia, lejos de amedrentar a la Policía Nacional, ha potenciado su vocación innata de servicio público a la sociedad. La presencia de los policías uniformados en la calle era percibida, en numerosas ocasiones, como el único punto de luz y esperanza para muchos ciudadanos, convirtiéndose en portadores de ilusión y esperanza. Empezaron a acercar los coches de policía a hogares, residencias y hospitales, donde las sirenas eran recibidas con aplausos y los policías uniformados eran considerados esenciales.
El comisario constató que los policías bailaron de uniforme coreografías ridículas, que arrancaban aplausos y sonrisas de rostros asustados. Cantaron el cumpleaños feliz, desafinando por la megafonía de los coches; sonaba horrible, pero alimentaban el espíritu de muchos niños y de otros no tan niños. Firmaron y entregaron diplomas de buen comportamiento a cientos de niños, por permanecer en sus casas y cuidar de sus mayores.
Sonia Rodríguez, Intendente Jefa de Policía Municipal
Pero no todo fueron cánticos y bailes. Tenían que desinfectar varias veces al día los coches patrulla, que usaban distintos compañeros, en distintos turnos y, al principio, los medios eran muy escasos. Tenían bajas y confinamientos preventivos, que diezmaban sus capacidades, pero aprendieron a sobrevivir en un entorno que les era hostil y desconocido. La gestión del COVID-19 ha sido parte de la tarea diaria durante muchos meses, evitando además llevarlo a casa, aunque sin desatender la gestión de la seguridad ciudadana, que seguía siendo su prioridad.
El comisario definió este tiempo como “GESTIÓN DEL CAOS”. Sin embargo, a pesar de todo, la comisaría no cerró ni un solo día. Ha permanecido abierta de forma ininterrumpida, durante toda la pandemia. Y en este contexto de caos es donde surgen los verdaderos héroes de la sociedad. Anónimos hasta que les ponemos nombre. Entre esos héroes anónimos, el Jefe de la Policía Nacional de Pozuelo destacó la labor de los sanitarios que, sin ningún protagonismo y mucha entrega, han salvado vidas, a riesgo de perder las suyas o de sus familiares.
Doña Julia Pascual, costurera voluntaria.
En nombre de toda la Policía, se agradeció el trabajo de directivos y personal del SEAPA, Hospital Quirón, Clínica Somosaguas, Centros de Salud de Pozuelo Estación, San Juan de la Cruz y Somosaguas. Hubo un agradecimiento personal para el Doctor Antonio Sáez y el equipo médico del Centro de Salud de Pozuelo Estación, al que se reconoció su profesionalidad, cercanía, asesoramiento personalizado y atención permanente.
El comisario reconoció que los aplausos diarios que brindamos desde nuestros hogares o los que los policías dieron en los centros sanitarios y residencias, fueron insuficientes. Insinuó que quizás necesitemos de otra vida, para poder saldar la deuda que hemos contraído en esta.
Don Miguel Gómez, en representación de Cáritas
Puso en valor la colaboración con la Policía Municipal y el equipo de gobierno del ayuntamiento. El comisario agradeció a Sonia, Intendente Jefa de Policía Municipal presente en el acto, su calidad humana, su valía profesional y su buen hacer durante los meses más duros de pandemia a la que deseó muchos éxitos profesionales en su nuevo destino.
Hizo extensivo el agradecimiento a los jueces y fiscales, quienes han seguido aplicando día a día la justicia.
Don Jesús Iglesias, socio fundador de Rotary Club Pozuelo Villa
El reconocimiento también alcanzó a todos los que están vinculados a la seguridad, desde el ámbito privado, porque sin su auxilio no sería posible una seguridad integral. Puso en valor la colaboración con los Directores o Jefes de Seguridad.
Se ha distinguido de forma especial a entidades como Caritas, Club Rotary, El Corte Inglés-Hipercor, La Finca, Orange, Mapfre, Mahou o Proselec, por su ejemplaridad al aunar esfuerzos público-privados con el único objetivo de mejorar la seguridad de todos. Y hubo agradecimientos para los responsables y representantes de los grupos empresariales, asociaciones de comerciantes, presidentes de urbanizaciones, fundaciones, entidades públicas o privadas, comprometidas con hacer de Pozuelo de Alarcón un lugar más seguro.
Ilustrísima Magistrada-Juez, Dª María del Carmen Neira
El comisario puso en valor colaboraciones que, aunque podrían parecer insignificantes o pasar desapercibidas, son estímulos o impulsores de su trabajo, aflorando la mejor versión del policía que cada uno lleva dentro. Sirvan de ejemplo los reconocimientos al ESIC por haber enviado en plena pandemia un tarro de chucherías a cada uno de los policías que les endulzó el día pero que, sobre todo, fue un estímulo y un recordatorio de lo mucho que la sociedad valora su trabajo. Al responsable de Rotuplas, sus mamparas, que mantuvieron operativas las oficinas de denuncias para seguir atendiendo a los ciudadanos, con garantías de protección. A Ray Cazorla, aspirante al Premio Novel de la Paz en aquel momento, la donación de mascarillas, pantallas de plástico y guantes.
También a Francisco Javier Garre, a quien puso de ejemplo extraordinario de mutua colaboración público-privada en beneficio de los ciudadanos. Un ciudadano anónimo homenajeado por poner a disposición de la Policía su vehículo 4x4 en plena Filomena, llevando medicinas a domicilios particulares, trasladando personas atrapadas a sus casas, entre otras actuaciones.
Don Carlos Quetglas, Centro Médico Somosaguas
El comisario nos recordó que hay héroes anónimos que solo necesitan una oportunidad para hacer el bien y mostrar su entrega y generosidad.
Otro ejemplo de colaboración, aunando esfuerzos entre el ámbito público y el privado, fue la red de solidaridad de mujeres voluntarias que, durante el confinamiento, cuando no había mascarillas para comprar en el mercado nacional, dedicaron su tiempo a fabricarlas en sus casas.
Don Julián García, en representación de La Finca
En Pozuelo fabricaron y donaron miles de mascarillas. La Policía Nacional de Pozuelo participó en la distribución de material y su entrega física a los servicios de Protección Civil. Solo en Pozuelo, llegaron a fabricar y donar miles de mascarillas. El comisario les dio las GRACIAS por su ejemplo de solidaridad y altruismo.
Don Juan Antonio González, responsable de SEAPA
Para finalizar, compartió un testimonio ocurrido uno de los días iniciales y duros de pandemia, allá por el mes de abril de 2020, cuando estábamos confinados en nuestras casas y, salvo excepciones, no podíamos salir a la calle.
Julián Isla compartió a través de sus redes sociales el trato recibido por dos policías mientras paseaba con su hijo Sergio, que tiene una discapacidad del 85%, y que unos días después, el programa “La Linterna” de la cadena COPE, que cada tarde a las 20.00 horas brinda un aplauso solidario, a una persona o colectivo como muestra de reconocimiento público, se hizo eco y el 15 de abril de 2020 lo dedicó a Julián y a la policía Nacional de Pozuelo de Alarcón, por su sensibilidad, humanidad y profesionalidad.
Doctor Antonio Sáez, del centro de salud POZUELO ESTACIÓN
El acto finalizó con ese audio, cuyos aplausos y palabras de aliento resuenan aún hoy en la cabeza de los policías de la Comisaría de Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón, reconociendo que han compartido estos testimonios en agradecimiento y reconocimiento a los ciudadanos e instituciones a los que sirven. Ω
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