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CARLOS REGUEIRA, UN ARTISTA FINO ANDA SUELTO POR LA ESTACIÓN

22-09-2022 2:22 p.m.

Carlos Regueira
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Carlos Regueira (La Coruña, 1958): “Los cuadros son como los hijos, no sabes por dónde te van a salir”. Regueira, pintor y fotógrafo madrileño, nos recibe con los brazos abiertos en su casa-taller cercana a la estación de Pozuelo de Alarcón. En su magnífico estudio conocemos los secretos de su obra y hacemos un repaso de su vida artística.

Por Diego Mérida - Desde pequeño el arte corre por sus venas. Con una familia dedicada a la pintura, Carlos creció rodeado de cuadros, pinceles y brochas. Sin embargo, a medida que se iba haciendo mayor su faceta artística y creativa poco a poco evolucionó hasta acabar en el mundillo de la publicidad. Fue su padre quien, un buen día, consiguió volver a ponerle los pinceles en las manos. Desde entonces, Carlos no ha dejado de pintar.


Cientos de cuadros y fotos llenan las paredes de su taller, y, en medio, una gran mesa blanca preparada para colocar el lienzo y “mancharlo” durante horas y horas. Dedicado a diversas ramas artísticas, Carlos tiene dos líneas de trabajo muy definidas: fotografía y pintura. Reconoce a Pozuelo IN que sigue haciendo piezas de diseño gráfico porque “es lo que paga las facturas”. 


Si le das a elegir entre fotografía o pintura, Carlos no lo duda. “La fotografía está muy bien, el momento de hacer la foto es especial. Sin embargo es una cosa que luego desarrollas en el laboratorio, es decir, en el ordenador con el que trabajas. La pintura, en cambio, es diferente. Estás en comunión con la materia y el medio. Puedes oler los elementos. Es más gestual, tienes que interactuar a la hora de elaborar. Esa sensación de mancharte las manos y meterte de lleno en la obra es única.”


Con influencias desde Turner hasta Anselm Kiefer, Carlos no tiene un único referente, bebe un poco de todo, y eso se nota en su arte. Nos explica que normalmente tiene una idea preconcebida, ya que sus cuadros tienen una clara línea divisoria que separa la obra horizontalmente. Aunque comienza a trabajar teniendo una visión clara, nunca sabe cómo va a terminar. “Empiezo sabiendo lo que quiero hacer, pero de pronto el cuadro cobra vida y me lleva por un camino completamente distinto. La pintura te lleva, tú quieres hacer algo pero luego son como los hijos, no sabes por dónde te van a salir. Como decía Edgar Degas: solamente cuando ya no sabe lo que está haciendo, un pintor hace las obras buenas”. 


Carlos también ha sido un gran creativo que ha trabajado para diversas agencias de publicidad. La publicidad de rotuladores de mesa y un trabajo casi artesano era lo que le gustaba. Cuando el trabajo fue convirtiéndose en algo digital, Carlos volvió a lo que realmente le apasiona. Exceptuando algún pedido de diseño gráfico, actualmente se dedica exclusivamente a la pintura y fotografía en su casa-estudio de Pozuelo de Alarcón. Siempre escondido en su taller, Carlos no para de crear. Todos los jueves, de 18 a 21 horas, abre su casa para el público, al que convoca para sus espontáneas exposiciones.

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