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Por Carmen Millán. Imágenes Ricardo Rubio.
Casi 40 años encima de un escenario. Fue José Luis Moro quien con tan solo un teclado de compañía, dio a conocer “Un pingüino en mi ascensor” hasta que unos años más tarde se unió Mario Gil, formando el grupo que a día de hoy sigue levantando las mismas pasiones. Irónicos, sarcásticos, sus letras no pasan desapercibidas, fruto de una desbordante imaginación. Sienten admiración mutua y por encima del trabajo prevalece su amistad. Casi 40 años juntos han hecho que para entenderse no tenga ni que abrir la boca. Llegan a la redacción de Pozuelo IN con su sonrisa, su humor, una educación exquisita y dispuestos a todo.
—¿De dónde viene el nombre?
El origen real es de cuando empecé a componer canciones, había una versión de un anuncio de lanas, “Pingüin esmeralda” y me puse este mismo nombre. Tuve la necesidad de poner un nombre definitivo cuando fui a mandar mi primera maqueta y se me ocurrió “Un Pingüino en mi ascensor” que es una especie de extravaganza casera. En los 80 me inventaba la historia porque pensaba que la gente se decepcionaría si decía la verdad.
—José Luis ¿En qué se diferencia el Pingüino de antes y el de ahora?
El Pingüino de antes no era grupo, nació en el año 85 y era solo yo con un teclado con ritmos y así se grabó el primer disco y se hicieron los primeros conciertos. Fue en el 88 cuando la compañía discográfica decidió, después de varios éxitos, apostar un poco más. Me propusieron un productor para el segundo disco y ahí conocí a Mario Gil. Primero Mario fue productor, luego se convirtió en asesor tecnológico musical y le acabé convenciendo para que formara parte del grupo, yo era muy fan de él.
—¿Con qué edad empezaste?
Con solo 19 años. Empecé con 10 años cambiando las letras a las canciones de misa y a partir de los 15 años, que compraron en mi casa un órgano electrónico, empecé a crear pequeñas canciones. Esto coincidió que empezaba a ir a mis primeros conciertos de los grupos de la Movida Madrileña.
—¿Qué tenéis que ver con los grupos de la Movida?
Filosóficamente mucho. Los Nikis, Alaska y los Pegamoides... muchos grupos, que tanto en sus letras como en su actitud, eran lo que quería ser.
—Mario ¿Dónde estabas en aquella época?
En el 78 ya estaba con “Paraiso”. Un día en la radio escuché que si querias ser estrella del pop y eras teclista, se llamara a un teléfono, me atreví, me entrevistaron y empecé. Paraiso apenas duró dos años y monté junto con Antonio el germen de La Mode.
—Mario ¿Qué te conquistó del Pingüino?
Su educación. No le conocía y me dijeron si quería producir a un pijo y nada más conocernos hubo química. Hemos tenido muchos altibajos pero seguimos juntos y seguiremos.
—¿Cómo vivisteis la época de los 80?
M. la viví muy bien, siempre me preguntan fechas y datos porque no me drogaba ni me emborrachaba y era consciente en todo momento de lo que ocurría a mi alrededor. Por supuesto cuento cosas pero me callo otras muchas. Era todo una fiesta, conciertos, arte... éramos un grupo de amigos que cada vez se hacía más grande. Justo después de una dictadura y estaba todo por hacer.
JL. Yo lo viví como fan de muchos de los grupos que despuntaban. Siempre que tenía dinero me lo gastaba en ir al rastro a comprar discos o en entradas de conciertos. Mario y yo éramos un ejemplo un poco extraño de sensatez en aquel momento. Éramos demasiado Indies para los pijos y demasiado pijos para los Indies. En aquella época no tenía mucha relación con los grupos y ahora sin embargo si.
—José Luis ¿Cómo reaccionaste al dar el salto a la fama?
Siempre viví todo como muy casual. Me resultó muy fácil grabar un disco. Me llamó un productor que escuchó mi maqueta y me ofreció grabar un disco. Entré con la compañía discográfica de la que yo era fanático y donde estaban todos los grupos que me gustaban, algo que sigo aún casi sin creerme.
—¿Cómo lleváis el fenómeno fan?
M. nos gusta después del concierto bajarnos del escenario a hacernos fotos, forma parte del concierto. Hay personas que vienen y repiten y nos han confesado que vienen más por lo que decimos entre canción y canción que por el propio concierto.
JL. Cuando se te acerca alguien y te dice que le recuerdas a la mejor época de su vida, eso, eso te llena. Otro, al salir de Galileo nos dijo, joder pensaba que erais los típicos pesados de los años 80 y me he descojonado, mola mucho. Y que los chavales jóvenes te escuchen y sepan tus letras ilusiona mucho. Todo esto es maravilloso.
—José L. estudiaste derecho pero te has dedicado profesionalmente a la publicidad ¿Por qué en este campo y no seguiste con la música?
En el 89 me fui a la mili y a partir de ese momento hubo un declive. En el 91 decidí que no podía vivir de la música. Estudié derecho pero no me gustaba. Tuve la suerte de ganar pasta en su momento con la música y me permitió poderme dedicar a la publicidad que es lo que me apasiona. Como en la música, empecé por la puerta de atrás pero me ha ido muy bien, tengo mi propia agencia.
—Mario ¿Actualmente a qué te dedicas?
Al mundo de la TV. Llevo muchos años. Comencé haciendo la sintonía del “Precio Justo”, seguí ambientando todos los concursos y programas de Antena3. He llegado a dormir en el coche, no me daba tiempo a ir a casa entre las giras y el trabajo.
—¿Qué parte de la música os gusta más?
JL. nos gusta mucho el directo pero a ambos nos emociona componer, el trabajo de estudio. Coincidimos los dos en que nos encanta la forma en la que tenemos la suerte de poder hacerlo ahora. Cuando escuchamos que los cantantes jovencitos se retiran por salud mental, creo que es un producto de hacer cien actuaciones en 6 meses, es imposible disfrutar eso. Al tener nuestras profesiones paralelas, nos podemos permitir tocar para disfrutar.
—¿Cómo veis la evolución de la música?
M. la de ahora es totalmente distinta, con todo el bagaje que tenemos musical y profesional, no entiendo la simplicidad y el poco compromiso técnico o vocal que se está empleando a día de hoy para hacer música. Joder nos lo hemos currado en los 80 y lo hemos dejado a un nivel, qué menos que partir de ahí. De ahí que los grupos de antes resurjan.
JL. personalmente lo que me gusta de lo que se hace ahora, es que veo en algunos grupos, una conexión más grande filosófica con lo que hacíamos nosotros.
—Tus letras son características por el sentido del humor y el sarcasmo ¿Se suelen entender? ¿Son historias inventadas?
JL. Creo que la gente entiende que es diversión. Mis primeras canciones estaban inspiradas en lo que escuchaba cuando salía, en frases que decían mis amigos y de ahí sacaba una historia. Sacaba historias de los anuncios, al ver el anuncio de Juan Valdés que duraba medio minuto, me quedaba con las ganas de saber más sobre su vida ¿Tiene mujer e hijos? ¿amante? ¿una vida secreta? Y como no me lo contaba nadie, lo escribía yo. Es crear historias que me divierten.
—¿Con qué canción os quedáis?
JL. Tengo debilidad por “el sangriento final de Bobby Jhonson” esta basada en una historia que leí en un periódico en los años 80, trataba de un niño que se metió por equivocación en la jaula de los osos polares en el zoo de NY.
—¿Cuánto tiempo habéis tenido de parón musical?
JL. desde el 91 hasta el 2000 hubo una travesía del desierto que no fue solo nuestra.
M. lo dejamos y a los 3 meses José Luis me llamó para decirme que me echaba de menos y yo a él también y nos volvimos a ver. En aquel momento estaba en un programa donde una de las pruebas era un karaoke y me encargué de hacerlos todos, cuando se lo dije a José. L me dijo que era un filón y que le mandara la lista de todos los karaokes para cambiarles la letra, de ahí nacieron las canciones que hacemos ahora.
JL. en el 99 nos llamaron para grabar un disco en directo, que este mes de junio se celebrarán los 25 años en la Sala Sol. A raíz de ahí surgió un pequeño embrión en una sala de 3000 personas y la llenamos.
—Lanzáis disco nuevo ¿Cómo se llama?
JL. es un pequeño disco, son 4 canciones y se llama “Secuelas”. Son segundas partes de canciones que nos gustan. Es un proyecto peculiar y puntual. Vamos a hacer un concierto que se va a llamar “Only Fan” para celebrarlo.
—Sois muy diferentes ¿Cómo han sido estos 40 años juntos?
JL. nos conocemos perfectamente. Para mi la base de cualquier relación ya sea personal o profesional es la admiración y yo sigo admirando mucho a Mario, nos complementamos muy bien. El hace que con la parte que aporta, mi trabajo sea mucho mejor.
M. en el 2010 me dijo José L "basta ed remolonear y montemos un estudio de grabación sencillito" y asi hicimos. Me gustaba mucho que alrededor nuestra hay muchos creativos y simplemente mirando a José L o incluso sin mirar, sintiendo un gesto suyo, ya se lo que tengo que hacer o si debemos parar. Hemos tenido momentos tensos pero ha sido más importante la amistad.
—Habéis tocado en las Fiestas de Húmera este año ¿qué opináis de Pozuelo?
JL. llevo toda mi vida relacionado con Pozuelo, mi padre y mis 6 hermanos viven aquí y yo estuve 8 años trabajando en el Registro de Pozuelo durante los veranos. No llegué a vivir aquí porque ya me dedicaba a la música y vivía solo, mi padre decía que era mal ejemplo para mis hermanos porque iban a pensar que la vida era eso, dicho desde el cariño claro, mi padre es una persona super tolerante. Vengo muchísimo y me encanta. Nuestro primer concierto en Pozuelo fue en el 89 como teloneros de Los Secretos. Hay un dato muy gracioso, Spotify manda a los artistas unas estadísticas, hay unas demográficas y sabemos en dónde nos escuchan y entre los 10 primeras lugares, está Pozuelo.
M. Hemos tocado en la Kedada Generacional y seguimos viniendo aunque no sea a tocar. Trabajando en Prado del Rey, siempre venimos por aquí a tomar la penúltima. Ω
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