¡Cariño, tenemos que hacer el cambio de armarios! Una tradición muy madrileña que significa el pistoletazo de salida de la temporada de verano. A parte del engorro que supone hacerlo –¡aun sigo haciendo el de toda la familia! -, tiene unas connotaciones mayores que la “paliza” que te pegas.

El verano es una época donde los gastos se disparan:
-Acaba el colegio: ¿qué hacemos con los niños?
-Tenemos que irnos de vacaciones: ¿dónde? ¿Cuánto? ¿Cuándo?
-Tenemos que colocar al perro, no he dicho la suegra….

Pero como todo lo que esta pasando últimamente, también estas vacaciones están siendo distintas. El dichoso COVID 19 también nos ha cambiado los hábitos, pero, por lo menos, este año si tendremos vacaciones.

Normalmente tenemos la economía familiar ajustada a los meses de invierno, donde los niños están en el colegio, donde la mayor inversión la hacemos en septiembre.

Ahora tenemos que invertir en “colocar” a los niños en los campamentos de verano, si tenemos niños. En planificar las vacaciones, y los gastos que conllevan las mismas. La única ventaja que tenemos es la paga extra, sino nos la tienen prorrateada.

Para hacer una buena planificación de gastos teniendo la misma nómina, partiría de los compromisos que voy a tener durante estos tres meses y según mi situación familiar:
•Matrimonio sin hijos/ solteros/ jubilados
•Matrimonio con hijos.

El matrimonio sin hijos, solteros o jubilados normalmente solo tienen que planificar las vacaciones, cuyo periodo oscila entre quince días a treinta días los que tienen mas suerte o dinero.

En los últimos estudios sobre las vacaciones en España, se ha descubierto que la inversión media ha bajado un 45%, según el estudio de “El observatorio Cetelem Estacional”. El cambio se debe al habito vacacional: tradicionalmente el español ha sido un gran viajero, y su destino estaba fuera de España, en el 2.020 el número de españoles que viajaron fuera fue de un 7%.

Ahora el destino es nacional, se han vuelto a alquilar casas entre varias personas o una familia bien en la montaña o en la playa. Se busca un punto fijo.

Pero el miedo al contagio nos ha limitado aun más el uso de hoteles. Se esta buscando casas, principalmente de amigos o familiares.  La disminución respecto al 2019 ha sido de 16%, situándose en un 34% (por eso decía que no hay que recolocar a la suegra, ¡porque a lo mejor vamos a su casa del pueblo!).

Anecdóticamente se han puesto de moda las caravanas, y al que le gusta viajar, esta opción le parece interesante al moverse en espacio seguro.

Esto significa que los consejos tradicionales de ahorro de gasto ya no se pueden aplicar en muchos casos. Tenemos que fijarnos en los gastos de alojamiento (comparativa entre las distintas ofertas), en los gastos de comida, si salimos, en los de restaurantes. La gasolina del desplazamiento.

Esto supone que la reducción del gasto medio pasa de 1.160 a 643€.

A titulo de reflexión, véase que si los extranjeros no vienen a España y los españoles bajamos el gasto medio en vacaciones a unos 643€ de media, el primer sector que aporta al PIB la mayor cantidad de ingresos se ve enormemente mermado. Hablo del turismo.

El segundo grupo, el más penalizado: las familias.

Nosotros, me incluyo en este grupo, tenemos dos fases de vacaciones:
•Una primera fase donde nosotros seguimos trabajando y tenemos que “colocar” a los niños. Primer coste. Buscar campamentos urbanos o campamentos de 24 h. Aquí el coste medio del niño oscila entre 200 a mas de 2.000€ si mandamos al niño al extranjero. Aquí no solo hacemos el esfuerzo económico sino hacemos malabarismo con los horarios, y las carreras a buscarlos. La única ventaja que tenemos en la actualidad es el teletrabajo. Algunos han podido dejar el niño en casa.
•La segunda parte son las vacaciones en familia. La media esta en 15 días. Algunas casas próximas a la playa ha subido considerablemente los precios. Lo ultimo que he oído es compartir casa en la playa entre varias familias para afrontar el alquiler entre varios. Los gastos serán de comida, restaurantes, gasolina. Ahora bien, estos multiplicados por el numero de hijos y la edad de ellos, porque algunos están en edad de devorar.

Lo recomendable en estas situaciones es en primer lugar irse de vacaciones si se tiene dinero. En algunas ocasiones, he visto como se pedían préstamos o se pagaban las vacaciones con tarjeta. Es endeudarse sin necesidad y, además, con la incertidumbre laboral no es recomendable. Pozuelo, en agosto, es maravilloso.

En segundo lugar, es recomendable hacer un estudio comparativo de precios de alojamientos, que no supongan mas del 60-65% de importe destinado a la totalidad.

Seria bueno, de dicho importe, dejarte entre 5-10% para gasolina, según la distancia. Y el 25% repartirlo en alimentación.
Pero como estamos de vacaciones, rebajaría un 5% del coste de la vivienda para destinarlo al aperitivo en la playa. ¡Que narices, estamos de vacaciones!.    Ω