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ENTRAMOS EN LA CASA “OKUPADA” EN POZUELO

14-01-2022 7:04 a.m.

casa okupada en pozuelo
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“No somos violentos, queremos colaborar con los vecinos”, comentan a Pozuelo IN el grupo de jóvenes que ha vuelto a “okupar” ilegalmente un chalet situado en la calle Encarnación, esquina con Rupero Chávarri, en el barrio de la Estación de Pozuelo de Alarcón. Esta vivienda ya ha sido ocupada en varias ocasiones en los últimos cuatro años sin que los asaltantes hayan sufrido consecuencias legales. Dos reporteros de Pozuelo IN lograron acceder el jueves a este chalet “okupado” con el consentimiento de los jóvenes okupas - un grupo de chicas jóvenes-, quienes accedieron sin problemas a hablar con este medio de información. Los vecinos de la zona han mostrado su inquietud e indignación por esta nueva ocupación de la vivienda por los alborotos e incidentes causados por los anteriores okupas y por la falta de respuesta de las autoridades locales.

Por Candela Jiménez y Daniel Martín - Según los vecinos, las okupas aprovecharon el día de Nochebuena para romper con martillos el tapiado de puertas y ventanas que en su día demandaron los vecinos de la zona para así evitar una nueva ocupación. Alarmados por los fuertes golpes, los vecinos llamaron a la policía, que poco pudo hacer para desalojar la casa. Actualmente, hay un proceso judicial en curso que no ha dado resultados. El propietario de la vivienda es un señor que se encuentra incapacitado tutelado por una congregación religiosa.  


Una de las chicas  que  okupa esta vivienda junto a otras dos, consintió sin problemas a dos reporteros de Pozuelo IN el acceso a la vivienda y hablar con nosotros con la condición de que no se manipularan sus palabras.  Esta joven, que ocultó su identidad, no mostró ninguna actitud violenta y respondió con tranquilidad a las preguntas de los periodistas. La chica explicó que su única intención era “reformar la casa y dejarla bonita”. En el interior del chalet se encontraban otros okupas que, en ese momento,  se afanaban en la tarea de ordenar cintas de video antiguas y libros que, según nos comentaron, “eran para regalar”. Estas jóvenes insistieron en que fuésemos testigos de cómo tenían la casa limpia, “llevamos varios días limpiando y ordenando una casa que cuando entramos estaba hecha un desastre”. Uno de los objetivos de estos okupas es “pedir un alquiler social”, que, según explican, ya solicitaron en otro momento y se lo denegaron. 

Sin embargo, los vecinos de la zona temen que el número de okupas vaya creciendo con el paso del tiempo y lo que parece una casa limpia y ordenada se convierta en el estercolero que ya ha sido otros años donde la basura, muebles viejos y restos de hogueras ocupaban la mayoría del jardín.


“No tenemos para pagar el alquiler de una casa”

Las chicas que se encuentran okupando esta vivienda aseguran que la necesidad les ha movido a cometer ese supuesto delito. “Los alquileres están muy altos, los jóvenes aspiran a compartir una habitación de alquiler durante toda su vida y yo he estado así mucho tiempo, pero no me lo puedo permitir”, afirma una de la chicas okupas.  

Los okupación de esta vivienda se ha ido sucediendo a lo largo del tiempo, aunque después de ser desalojados por decisión de un juez, son muchos los que vuelven a reokupar la misma casa pasado un año. “Estuve aquí con una amiga hace un tiempo y duramos un año, también ha estado otra gente, pero no tenemos relación con ella”, relata una de las okupas. 

También comentan que están tratando de ganarse la vida como pueden y que han estado mucho tiempo en “situación de calle”. Una de ellas trabaja en el sector hostelero, “yo trabajo 12 horas, pero me pagan 6 euros la hora y con eso no me da para pagar un alquiler”, cuenta. Otra, estudia la carrera de Ciencias Políticas y asegura que se ha puesto en contacto con las compañías de electricidad y agua para solicitar un contrato. “Hemos llamado a las compañías de electricidad y agua para poder pagar los recursos y que no haya ningún problema”, relata. 

Otra de las explicaciones que dan estos jóvenes ante las quejas de los vecinos es que ellas no están okupando la casa de nadie, sino que están usurpando una vivienda que se encuentra abandonada, ya que su dueño se encuentra incapacitado y no vive actualmente ahí, aunque la vivienda sea de su propiedad. “La mayoría de gente que okupa está rehabilitando espacios que estaban abandonados desde hace mucho tiempo y que nadie les está dando un uso”, comentan. 

“Esta casa lleva abandonada muchos años y el dueño está incapacitado”, aseguran las jóvenes okupas. La casa fue tapiada tras el último desalojo, pero las okupas han vuelto a entrar quitando las tapias con martillos, cuyo ruido molesta a los vecinos, pero ellas aseguran que tratan de no causar molestias. “Sabemos que de 9 de la noche a 8 de la mañana no se puede hacer ruido y, por ello, a las 6 de la tarde paramos de destapiar”, arguyen. 


Los vecinos, indignados y nerviosos

No todos los okupas que han pasado por esta vivienda se han comportado con similar “civismo” y en varias ocasiones muchos de ellos han alterado la tranquilidad y el bienestar social que caracteriza a la zona. Por este motivo los vecinos se encuentran nerviosos y tienen miedo a que se repitan situaciones anteriores que no permitían una buena convivencia. 

Una de las vecinas que denuncia la situación comenta la preocupación que tienen por la llegada del buen tiempo. “Ahora, en invierno, no suelen montar mucho escándalo pero cuando llega la primavera o el verano organizan fiestas multitudinarias donde ponen la música a todo volumen y no dejan de beber, hasta que algunos llegan a insultarse entre ellos y a pelearse y provocar incidentes”.

Los problemas con esta vivienda comenzaron hace años cuando su dueño dejó de habitarla, desde ese momento han pasado por ella diferentes okupas y, hace un año,  los vecinos aseguran que “hacían ruidos, fiestas con mucha gente y eran muy molestos”. En estas semanas que llevan viviendo las nuevas okupas los ruidos que se han escuchado han sido de martillos al destapiar las ventanas, pero, al parecer, no han realizado fiestas ni provocado incidentes. 

En la imagen, una de las chicas okupas del chalet de Pozuelo de Alarcón.

“Los primeros okupas que hubo no eran violentos y eran majos, pero más adelante sí ha habido problemas con otros”, afirma una vecina. El miedo de los vecinos es que se repita de nuevo la situación de hace un año, cuando la casa fue okupada por última vez por varias personas que hacían ruido, fiestas continuas e incluso tuvieron problemas con otro vecino. “Empiezan siendo tres y acaban siendo muchos y molestando nuestra tranquilidad”, afirman algunos de los vecinos. La tranquilidad es lo que buscan todos los que viven alrededor, que han trabajado toda su vida por tener su vivienda y poder pagarla y solo piden “vivir tranquilos y disfrutar de su casa”.

Muchos de ellos se encuentran indignados con esta situación porque consideran que “todo el mundo tiene situaciones difíciles y no por eso okupan viviendas ajenas”, afirma uno de ellos bajo la premisa de que "mi comodidad empieza donde termina la del otro". Estos vecinos reivindican el derecho de los ciudadanos que, a base de sacrificio, trabajo y ahorros, merecen vivir acorde a unas normas mínimas de convivencia adecuadas.


“Estoy dispuesta a colaborar con los vecinos”

Una de las chicas okupas se muestra muy comprensiva con esta situación. “No somos violentas. Me considero una persona pacífica”, confiesa. “Yo comprendo que los vecinos estén indignados porque no quieren estar al lado de una persona que no paga porque ellos sí pagan su vivienda, a mí me encantaría pagar, pero no me lo permite la situación. Yo comprendo que a los vecinos no les gusta, pero no les hago ningún daño y si necesitan mi ayuda yo estoy dispuesta a colaborar con ellos”, asegura. 

A pesar de esta actitud aparentemente comprensiva y amable, los vecinos nos hablan de “La Chunga”, una de las chicas que vive actualmente en la vivienda y que ya okupó esta casa con anterioridad. Según los vecinos, “La Chunga” no duda en enfrentarse a cualquiera que se atreva a reprocharle la situación de malestar que están viviendo. Uno de los vecinos comenta que “un día llegaron a agredir a su hijo por enfrentarse a ellas y defender a sus padres de los insultos que esta okupa conflictiva les propinó por invitarlas a desalojar la casa”.


El grupo municipal VOX, muy preocupado por la situación 

Mientras la alcaldesa Susana Pérez Quislant hace oídos sordos a la situación y sigue sin ofrecer una solución o dar respuesta a la denuncia de estos vecinos, el portavoz de VOX Pozuelo, Ignacio Fernández, ha querido conocer de cerca qué es lo que está ocurriendo, escuchar a los afectados y poner sobre la mesa del pleno la situación de malestar, inseguridad e incertidumbre que estos vecinos tienen que soportar.

Ignacio Fernández asegura que “es inadmisible que no se respete la propiedad privada, esa que los vecinos han conseguido con su esfuerzo y trabajo durante muchos años”. 

“Se seguirá diciendo que la okupación es un hecho aislado, pero ya van dieciséis como este” ha sentenciado el portavoz de Vox, quien concluye señalando que “para nosotros no son hechos aislados y cada caso cuenta. Allí donde haya una vivienda okupada estará VOX para apoyar a los vecinos y dar la batalla ideológica. Tenemos que acabar con el gran problema de la okupación”, subraya Ignacio Fernández. 

COMENTARIOS

14 de enero de 2022 a las 19:21

Okupas

Es una vergüenza escuchar este tipo de comentarios. Cuando la verdad de lo que están haciendo es traficando con drogas para sobrevivir.  Llamaremos al periodista cuando vengan los jóvenes a "pillar" para que hablen con ellos a ver qué están haciendo si rehabilitando la casa o fumando Maria

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