Por Diego Mérida - Nacho Eusebio, concejal de Ciudadanos de Pozuelo de Alarcón, afronta el final de una escapada de su carrera política -Jean-Luc Godard in memoriam-. Ha sido un viaje vocacional, de sentimiento noble, que llega a su fin. Y ahora que siente el aliento del adiós de su vida política el sabor que le queda en su boca es más bien amargo.  

Jose Ignacio -Nacho- Eusebio Cuesta, lleva la política en sus genes. Nacido en Madrid en 1966, Nacho se formó en hostelería y turismo creando muy pronto su propia agencia de viajes con la ayuda de sus padres. De las agencias de viajes, pasó a los hoteles, y entre una cosa y otra, acabó desembarcando en Colombia. Poco a poco fue haciendo mella en el país con diversos negocios, hasta que, después de varios intentos de secuestro y alguna que otra balacera, decidió volver a España.  Fue su amor por la política lo que le llevó a acercarse a la sede de Ciudadanos en 2014, donde comenzaría su siguiente aventura. 

-¿Siempre has estado involucrado en política? 

La política corre por mis venas. Mi madre estuvo muy involucrada en política municipal con UCD. En mi casa, Adolfo Suárez era algo así como un santo. Sin embargo, mi andadura dentro de la política no comienza hasta que vuelvo a España en 2014. Estuve 12 años en Colombia trabajando en el mundo de los hoteles y otros negocios hosteleros. Me fue muy bien. Al volver fui a la sede de Ciudadanos donde me afilié a finales de 2014. Muy pronto comencé a formar parte de la Junta del distrito Moncloa-Aravaca como coordinador y a ocuparme de los eventos del partido en Madrid. Ciudadanos estaba en pleno auge y pasé de coordinador de eventos a portavoz vocal del distrito Moncloa-Aravaca, donde estuve desde 2015 hasta 2019. Por entonces mantenía la ilusión y creía en lo que se hacía. Tengo un gran recuerdo de esa etapa. En las juntas viví proposiciones de todos los partidos donde los diferentes grupos políticos llegaban a acuerdos y se hacía política municipal de verdad. 

-Hasta entonces tú creías en la labor de servicio del político.

Por supuesto. Yo creía en la labor del político de servir al ciudadano. Sigo creyendo en esa labor y en que la función del político no tiene que ser otra más que esa. Durante mi época en el distrito de Moncloa-Aravaca pensaba que el político funcionaba así. Se buscaba el bien sin importar de dónde salía la idea. Fue más tarde, cuatro años después, cuando al llegar a Pozuelo empiezo a observar que se le da más importancia a las siglas de los partidos políticos que a las ideas. 

-Entonces es aquí en Pozuelo de Alarcón donde empieza tu decepción.

Sí. Desde muy pronto me doy cuenta de que no es posible hacer colaboraciones. En el inicio de la legislatura se propuso realizar un tripartito PSOE, Vox y Ciudadanos. Obviamente no se llegó a un acuerdo y Susana Pérez Quislant llegó a alcaldesa firmando los presupuestos con Vox. Mi gran decepción llega cuando no es posible negociar. En Pozuelo, el Partido Popular ha hecho y deshecho lo que ha querido siempre y, pese a los casos de corrupción, siempre gobiernan ellos. Todas las tramas se olvidan en las urnas, es increíble. Lo triste de todo esto, es ver como un partido presenta una enmienda exactamente igual que la de otra formación y esta último la rechaza. No tiene ni pies ni cabeza que la política municipal funcione así. 

-¿En el Ayuntamiento no se cuenta con el pueblo de Pozuelo?

Es imposible que cuenten con el pueblo. Si el PSOE presenta algo bueno, únicamente lo enfocan a Pedro Sánchez. Les da igual que estemos en terreno municipal y Sánchez sea terreno nacional, lo que quieren es fomentar la crispación. Aquí se mira quién es quién, no las ideas. Hagas lo que hagas da igual. No podemos ayudar a los ciudadanos si  por cada pleno los partidos políticos solo podemos presentar una única moción, que, además, casi siempre es rechazada porque el partido que la presenta es distinto al que vota. He visto cómo ideas muy buenas y que podrían mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de Pozuelo se tiraban a la basura por presentarlas quienes las presentaba. Pero aún es peor, hay algunas mociones que ni se leen. Me tiene perplejo. 

-¿Cómo definirías un Pleno del Ayuntamiento de Pozuelo?

Con todos los respetos a todos mis compañeros, no me voy a andar con rodeos. Es un teatro de marionetas. Después del Pleno no se habla de lo que ha sucedido. ¿Cómo es posible que únicamente estemos dos horas y al terminar no se vuelva a hablar de lo debatido? Es como venir a tomar el aperitivo. Me parece muy triste, además, ver que los vecinos de Pozuelo ni si quiera saben cuándo se celebra. Como mucho asisten tres personas. El gobierno municipal está completamente desligado de las asociaciones y de los vecinos. En otros distritos de Madrid hay política municipal, donde se escuchan los partidos entre sí y los Plenos duran un mínimo de cinco horas. Al fin y al cabo, eso es lo que tiene que ser la política, servir al ciudadano mediante las mejores ideas, sean del partido que sean.

-Antes decías que tu amor por la política viene de la herencia genética. Tus padres creían en la política. Tú sigues creyendo. Pero después de estar metido de lleno durante todos estos años, ¿qué es lo que sientes?

Una decepción terrible. Es en general, no hay una causa específica, es un cúmulo de cosas que poco a poco van haciendo mella. Quizás es porque soy una persona que le gusta el bien, hacer de esta sociedad una sociedad mejor y ayudar a los demás. Yo hago política para poder servir a los ciudadanos. Pero me he llevado una bofetada al ver cómo la mayoría de las personas que están en el Pleno viven de la política y no para la política. Son dos cosas muy distintas a ver si nos enteramos. Algunos han trabajado para estar aquí, llevan toda la vida formándose e intentan hacerlo bien, y “chapeau” por ellos. A otros, en cambio, les da igual, únicamente quieren ganarse la vida. Yo no estoy aquí para hacer dinero, si fuese por eso, seguiría con mis negocios. Me ha ido muy bien desde que era pequeño. He tenido agencias de viajes, hoteles, discotecas y empresas de todo tipo. Llevo trabajando toda la vida y sé lo que es ganarse el pan. Sé lo que es tener un local, llevar un negocio, tener el agua al cuello y seguir pagando mis impuestos. Sobrevivir y crecer sin que nadie me dé absolutamente nada. A ver cuántos políticos tienen callos en sus dedos. Eso dice mucho de este oficio. Qué fácil es ir al Pleno cuando la finalidad de asistir es el sueldo. 

-Metiéndonos en el partido al que representas, ¿estás orgulloso de la gestión de Ciudadanos?

Sí. Al comienzo de la legislatura hicimos una oposición muy fuerte. Estoy muy orgulloso de todos mis compañeros por ello. Aunque durante estos años haya ido evolucionando y tengamos algunos desacuerdos sí que creo que Ciudadanos ha trabajado bien en Pozuelo y hemos intentado hacer todo lo que ha estado en nuestras manos.

-¿Qué echas de menos de Ciudadanos en esta legislatura?

Claramente ha habido una evolución. Empezamos muy bien pero poco a poco fueron cambiando las cosas. Dentro del partido comenzaron a haber discrepancias. Adolfo Moreno decidió dejarnos y  empezaron a verse cosas que no gustaban... No se debate lo suficiente. Creo que antes le dábamos más importancia a todo en general y nos cuestionábamos un poco más las cosas. Se hablaba y se conseguía llegar a un estado unánime donde todos opinábamos igual. Ahora mismo echo de menos acciones más fuertes y que seamos más exigentes. 

-Damián Macías Parras, portavoz de Ciudadanos se ha ido alineando mucho con las tesis de la alcaldesa y del Partido Popular, ¿por qué crees que ha sido?

Eso se lo tienes que preguntar a él, en definitiva yo le debo respeto y no soy quién para responder. No me voy a mojar. 

-¿Pero las decisiones de Damián que os han acercado al Partido Popular estaban acordadas con los demás concejales del partido?

No respondo. Siguiente pregunta.

-La alcaldesa tendría que haber tenido oposición

Ciudadanos ha hecho mucha oposición. Los primeros años de presupuestos pactados del Partido Popular con Vox, Ciudadanos estuvo haciendo oposición. Hemos llevado mociones muy buenas y ni siquiera han leído el contenido. Únicamente se leían las siglas del partido. El problema es que con el tiempo se ha ido dando la vuelta la tortilla y a lo mejor ahora es Vox o PSOE quienes presentan una moción y el Partido Popular o Ciudadanos votan No sin pensárselo dos veces. Yo no estoy a favor de eso ni mucho menos. Cuando alguien lleva una moción buena, y por mucho que le pese a quien le pese, no hay que mirar las siglas porque el ciudadano no vive de esas siglas. 

-¿Cómo has visto el papel de la alcaldesa?

Ambos tenemos mucho carácter, alguna vez hemos tenido nuestros problemas. He visto un papel muy autoritario donde su mano derecha puede cambiar el guión a su antojo. 

-Volviendo a ti, ¿la decepción te ha llevado a tirar la toalla?

No, ni mucho menos. Ni tampoco tiro la toalla con Ciudadanos. La decepción no la ligo con tirar la toalla. Me parecen dos cosas diferentes. Durante estos años he visto cosas muy feas que han hecho que me plantee mi labor en política, sin embargo, también he visto cómo partidos que no son afines se ponían en común por un bien mayor. Eso es lo bonito de esto. Hay que conseguir  dejar a un lado las diferencias para trabajar en favor de la sociedad. La búsqueda de ese fin útil es lo importante. Solo vamos a mejorar la calidad de vida de los vecinos si todos ponemos de nuestra parte. Sigo creyendo que se puede conseguir. Si finalmente tengo que dejar la política me iré sabiendo que he dado todo lo que tenía. Hasta entonces voy a hacer todo lo posible y pienso presentarme en las siguientes listas. Puedo estar decepcionado, pero de ahí a tirar la toalla hay un gran salto.

-Todavía mantienes las ilusiones

Yo soy una persona que no soporta la injusticia. Voy a hacer todo lo que pueda para mejorar Pozuelo. El mayor problema de este trabajo es que aunque lo des todo no va a depender siempre de ti. Pero sigo creyendo en el servicio del político. 

-Si no puedes seguir en política, ¿tienes alguna salida?

Siempre me ha gustado el mundo empresarial y moverme entre negocios. Me gusta trabajar. He hecho de todo y desde muy pequeño me enseñaron a buscarme las castañas. He trabajado de lunes a domingo y no me molesta, al revés, me encanta. No puedo estar quieto. Ahora mismo he iniciado una nueva etapa empresarial con una inmobiliaria aquí en la Plaza Mayor que se llama Color Home Real Estate que destaca por ser muy personal y además abarcar el mundo de las reformas. Acabamos de arrancar y aún estamos en pleno desarrollo, pero estoy muy ilusionado y creo que es una gran apuesta.