Como un demonio, pintó Goya en "El entierro de la sardina" esta máscara inquietante y aterradora contemplada fuera de contexto. En la obra, pese al jolgorio de la fiesta, regresa el sosiego al contemplar que el enmascarado baila tras damiselas de caretas pizpiretas. 

¿Dónde va ese loco? Más rápido, más corto, desbocado... Febrero  siempre es un Carnaval. 

Detalle de la obra "El entierro de la sardina", Francisco de Goya. Museo de San Fernando (Madrid)    Ω