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SIEMPRE HABRÁ ASESINOS... Y ASESINAS

04-03-2022 4:01 p.m.

minuto de silencio en Pozuelo
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Un trágico crimen ha ocurrido en Pozuelo de Alarcón y el dolor se ha derramado como viento de cenizas por todo el pueblo. Un hombre se ha cargado a cuchilladas a su ex esposa y luego él mismo se ha dado matarile con la misma arma. La pareja ha dejado atrás cuatro hijos huérfanos, menores, de entre 6 y 12 años, un desastre. El tipo, Boutahez E, de 42 años, marroquí, como su ex mujer, Lobna H, de 32 años, tenía una orden de alejamiento de 500 metros de su pareja pero, al parecer, se la pasaba por el forro. La mujer estaba protegida por un supuesto protocolo de vigilancia policial, el  Viogen, un sistema de seguimiento integral en los casos de Violencia de Género, pero algo no funcionó como debiera. Ese crimen es terrible y a todo ser de cualquier género o cualidad debe causarle graves estragos emocionales. Qué horror!, y esos pobres niños, ya víctimas para siempre, testigos de la masacre de sus papás.

Por Germán Pose - Violencia de género, crimen machista, lo llaman al asesinato de ese perturbado arrancacorazones. Y a eso vamos. Cuando Thomas Hobbes, aquél filósofo moderno del siglo XVII, sostenía que el hombre era malo por naturaleza no se refería al hombre macho, su controvertida reflexión se extendía a todo el género humano, hombres y mujeres, o sea. Y ahí está la madre del cordero. Las recientes leyes de Violencia de Género aprobadas en España solo pueden despertar el entusiasmo en las almas infames. Estas leyes, aparte de atroces son inconstitucionales por una cuestión muy básica: discriminan al hombre por el simple hecho de serlo. Es decir, según la Constitución, todos somos iguales ante la ley y todos somos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario.  Pero si una mujer denuncia a un hombre, basta con ello para que la carga de la ley recaiga sobre el hombre y éste se trague sin masticar los primeros marrones del asunto. Y eso acarrea no pocos problemas. No existen crímenes machistas ni feministas, existen criminales de uno y otro género. Es decir, existen asesinos y asesinas, y así ha ocurrido siempre. 

El asunto no es de clase, es transversal, y solo la buena educación es la clave para la salvación del ser humano, como insiste el filósofo sabio J.A. Marina. Y por ellos son necesarias unas leyes justas, independientes del poder de turno, nada sectarias ni tendenciosas, justas, eso es. Y que las fuerzas correspondientes investiguen y persigan a los malignos y les impongan su condena merecida. En el interior de las casas, en los cuartos más o menos oscuros de cada vivienda ocurren muchas cosas relacionadas con la vida y con la muerte, ¡qué sabe nadie!, aunque todos sabemos. En la vida de una pareja, de un matrimonio, de una familia con hijos pasan cosas, y no siempre felices. Sean de la ideología que sean. Vivan en una chabola o en un residencial de lujo. Y no hay manera de prevenir un estado de locura criminal cuando se desata fatalmente. Es ahí cuando la ley debe intervenir con toda su fuerza y justicia.

Siempre hubo movidas familiares, y siempre las habrá, desde los hombres de las cavernas, esas trifulcas domésticas, que no es nada fácil la convivencia, así es la puta vida. Pero no por ello hay que criminalizar a los hombres, ni a las mujeres, por el hecho de serlo, por la combinación de sus cromosomas; XY, los de ellos, XX, los de ellas. Se trata del ser humano, simplemente. La vida, esa herida absurda en la que nos toca jugar de cualquier manera para seguir adelante, con paso firme y tantas brechas hasta.....la muerte, que nos espera tan pancha con su güadaña afilada. Y además, como si no tuviéramos bastante, pululando siempre cerca, al acecho, los criminales, los diversos asesinos y asesinas que nos rondan. Y ahí seguimos.

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