Por Carmen Millán - A su temprana edad, tan solo 32 años, Pablo Martín puede decir muy orgulloso que es el primer capataz de la Virgen de Medinaceli, puesto que ocupa desde hace tres años y que este Viernes Santo a las 19:00 le veremos de nuevo salir en procesión desde la Basílica, acompañado de la Banda de La lira, aunque tiene muy claro que se queda con su Virgen de Pozuelo. Hablamos con él y nos cuenta qué supone ser el capataz, cómo lo vive y lo que sucede dentro.

-¿Cómo empieza tu relación con Medinaceli?

A través de La Lira. La banda de La lira toca en varios pasos de Semana Santa en Madrid y el viernes Santo lo hace con Medinaceli. En el año 2018 un hermano mayor tomó la decisión de cambiar la carroza del Cristo por un trono a hombros. A partir de salir el Cristo, la hermandad se enroló en sacar a la Virgen de la misma manera, coincidiendo con el cambio de junta. Para la Virgen realizaron también un trono nuevo. No contaban con gente suficiente. El hermano mayor se lo comentó a Juan Pedro, Presidente de La Lira y como yo llevo desde el 2019 llevando el paso de la Consolación, aunque Juan Pedro nunca me lo ha confirmado, me recomendó. Fue entonces cuando me llamó Miguel Ángel, hermano mayor, nos conocimos y empezó todo.

-¿Eras de la cofradía?

No, me hice en el 2021, que no hubo Semana Santa y en el 2022 vino el trono nuevo y me hicieron capataz. Conocía a nivel cofrade al Cristo y la Virgen pero no tenía ningún tipo de relación.

-¿Cuál fue el motivo de aceptar?

Me gusta muchísimo, internamente no veían a nadie preparado para poder hacerlo. Decidieron llamar a alguien de fuera y aquí estoy. 

-¿Qué significa salir de capataz en un paso como el de Medinaceli?

Al principio me impresionó mucho. Hicieron una cosa muy bien y es que la misma empresa a la vez que hicieron el trono, realizó un paso de hierro con las mismas dimensiones para ensayar.

-¿Cuándo empiezan los ensayos?

En el mes de enero con un total de cinco ensayos alternando el Cristo y la Virgen.

-¿Cuál es el recorrido?

Sale desde la Basílica de Medinaceli hacia la puerta del hotel Palace, sube por la carrera de San Gerónimo, pasa por la puerta del Congreso... hasta llegar a la Puerta del Sol que es la novedad de este año. El ayuntamiento de Madrid ha establecido la Puerta del Sol como “carrera oficial”. Colocarán gradas y sillas a cada lado para que todos los pasos, ya sea de ida o de vuelta pasen. El recorrido del paso, sin la novedad de este año, dura algo más de 5 horas, salimos a las 19:00 y nos recogemos alrededor de las 12:30, con esto, se alargará algo más.

-¿Anderos o costaleros?

Son hombres y mujeres de trono. Cuando el trono del Cristo empezó a funcionar, vino gente de Málaga y allí se les llama así. Nuestra cuadrilla es mixta. El primer año salimos con 96 y este año que es el tercero, 145 personas. No contamos con cambios, por lo que hacen todos el recorrido entero y en el mismo puesto. Aproximadamente llevan cada uno entre 13 y 15 kg. 

-Dices que es la cofradía más multitudinaria ¿Cuántos hermanos son?

El nombre de la hermandad es Archicofradía Primaria de Esclavos del Santísimo Cristo de Medinaceli, de ahí que en vez de hermanos se llamen esclavos. Si no me equivoco, son alrededor de 1.400.

-¿Qué sentimiento te nace desde que ocupas el cargo de capataz?

Efectivamente cuando te haces de una hermandad es por devoción a las imágenes, en mi caso, al nombrarme capataz de la hermandad, lo adecuado es hacerte de ella. Es impresionante la devoción que hay por el Cristo de Medinaceli, es un paso continuo de gente en la Basílica. Yo no tengo tanta devoción hacia el Cristo pero sí le he cogido muchísimo cariño a la Virgen de Medinaceli. Al final estas muy cerca de ella a lo largo de todo el año. Es una Virgen muy curiosa, se cree que es una antigua María Magdalena, es muy bonita. Es de 1948, de la postguerra, la hizo Rafael García Ururozqui, escultor vasco y la talla mide 1,90, enorme, es a tamaño natural.

Ahora la Virgen tiene mucha devoción porque según bajas del Cristo vas al pantheón y con lo grande que es, impresiona.

-A puerta cerrada a punto de salir ¿Qué se vive en ese momento?

Algo muy bonito que empezó a hacer la hermandad y este año ha tenido que dejar de hacerse por la cantidad de personas que se juntaban en la Basílica, es el día del retranqueo. Consiste en una primera toma de contacto de los hombres y mujeres de trono con el paso y cuadrar dónde va cada uno definitivamente, se levanta el paso y se mece al ritmo de la música para confirmar que todo está en su sitio. Justo antes de salir rezamos un padre nuestro, les doy indicaciones, no soy un capataz muy poético.

-¿Quién acompaña el paso?

Es la única procesión que va escoltada y abre el cortejo los caballos de la Guardia Real, detrás del Cristo desfila un escuadrón de policías nacionales y guardia civil más la policía municipal de Madrid que gracias al ayuntamiento recuperaron los trajes de época, los nazarenos, mujeres de mantilla que son parte del tramos de la Virgen y la Lira que va cerrando.

-¿Qué lugar recomiendas para ver mejor el paso?

Sinceramente la procesión es muy difícil porque es la única procesión de Madrid que absolutamente todo el recorrido está vallado y detrás de la valla se forman muchas filas de personas. Si tuviera que decir un tramo con menos gente, es el tramo de vuelta en Alcalá.

-¿Qué es lo que os inspira para estar ahí? ¿Es un fervor religioso?

Es lo mismo que pasa con la Virgen de Pozuelo en las fiestas. ¿Es un fervor religioso o popular? Va a criterio de cada uno. Nosotros no somos termómetros de fe, no lo puedo saber. Hay un poco de todo. Yo lo hago más por emoción que por fe aunque soy creyente.

-¿Cuál es la procesión que más te gusta?

Personalmente me quedo con la de Pozuelo, aparte de la emoción, tengo una fe más trascendente. Yo soy de Pozuelo, le tengo mucho cariño a la Virgen de Medinaceli y la sacaré todos los años y podré decir muy alto que fui el primer capataz que la puso en la calle en un trono pero no estoy tan involucrado como en Pozuelo que estoy informado de todo. 

-¿Cuánto tiempo dedicas?

Mucho, tengo 32 años, llevo en la junta de la Consolación desde los 17, más de la mitad de mi vida.  Le dedico tiempo a diario, rara es la tarde que no estoy liado con el teléfono, el ordenador y a partir del 15 de mayo, empezamos a ensayar con la Consolación.