Por Germán Pose / Imagen: Carmen Millán - Cuando termine la música, cuando se acabe apaga las luces, apaga las luces, la música es tu única amiga hasta el final, cantaba Jim Morrison hace una eternidad con su voz y ritmo de otro mundo. Pues la música en Pozuelo se acabó después de una semana de bullicio, trajín de charangas, atracciones diversas y unos festejos taurinos dignos de mejorar.

SUSTO SERIO EN EL ENCIERRO DEL TORO DE LAS PEÑAS

Se acabaron las fiestas de La Virgen de la Consolación con un serio susto en el encierro del toro de las Peñas que arrolló a un joven mozo en la calle del Doctor Cornago y tuvo que ser evacuado en camilla por los sanitarios, como muestran las imágenes de Pozuelo IN, aunque por suerte la cosa no reviste gravedad. Un final de fiestas con susto en el encierro del toro que se soltó en la plaza junto a otros bureles jovencitos para el disfrute de las peñas y del personal que se atrevió a saltar al ruedo en una abarrotada plaza de toros.

ALASKA Y NANCYS RUBIAS DE APERITIVO    

En el recinto ferial de la carpa la noche del sábado remató la faena festiva Mario Vaquerizo al frente de Las Nancys Rubias con su ritmo hipnótico y sicodélico. Hay que reconocer el mérito de este artista singular, embutido en su mono de neopreno negro y su melena alborotada y cárdena con una energía electrizante que contagió al personal que abarrotó la carpa situada junto al centro comercial Zielo. Todo un profesional del espectáculo que maneja las claves del show de una manera especial. Tras su actuación llegó su esposa Olvido Alaska junto a Nacho Canut, dos mitos de la Movida de los 80, desde hace un montón de años desplegando sus virtudes sicodélicas en el grupo Fangoria y ofrecieron un espectáculo en su estilo peculiar que no decepcionó.   

EMOTIVO POBRE DE MÍ

En la plaza Mayor no cabía un alfiler para despedir las fiestas de este año con el desfile tradicional de todas las peñas y la traca y los fuegos artificiales que dieron luz y calor a la oscura noche de Pozuelo. Y a la medianoche llegó el Pobre de mí con la tradicional ofrenda de velas popular a la Virgen de la Consolación y un “pobre de mí” en el que el ritmo emocionante de la banda de música arrancó más de un lagrimón entre algunos de los presentes.  

Y ESTO ES TODO AMIGOS

A lo largo de 8 días, que a la vista de la programación quizá los responsables municipales deberían pensar en acortar, las fiestas de Pozuelo transcurrieron sin incidentes reseñables y con una gran participación popular. Hay que destacar el magnífico concierto que ofreció José Mercé en el arranque del ciclo festivo en la plaza del Padre Vallet, el incansable bullicio y estruendo de las charangas, el aparatoso aunque bien coordinado dispositivo de Seguridad y la respuesta de los paisanos, que sacaron brillo del bueno a las cajas de los bares y restaurantes. 

Y aparte de los excesivos días de fiesta sería importante que los responsables de la cosa municipal intentaran mejorar la calidad de los festejos taurinos: dar más importancia a los encierros y sobre todo al cartel taurino de cada temporada. Este año fue toda una penosa decepción el ganado de Gregorio Garzón que se corrió en la plaza de Las Américas, un lote de toritos aborregados e inválidos a los que, al menos, los tres jóvenes matadores que componían el cartel -Francisco José Espada, Álvaro Burdiel y Alejandro Chicharro- hicieron frente con dignidad. Y mañana será otro día. Viva la Virgen de la Consolación.