REDACCIÓN — Bajo el cielo despejado de la mañana y con una emoción contenida, Pozuelo de Alarcón ha rendido homenaje a la Policía Nacional con el descubrimiento y bendición de una escultura dedicada al Santo Ángel Custodio, patrón del cuerpo. El acto, celebrado este jueves a las 11:00 horas en la confluencia del Camino de las Huertas con la calle San José de Calasanz, ha reunido a autoridades locales, mandos policiales y vecinos, en un gesto de agradecimiento y respeto.

La ceremonia ha estado presidida por la alcaldesa Paloma Tejero, quien ha estado acompañada por el comisario jefe de la Policía Nacional en Pozuelo, José Manuel Valle, el concejal de Seguridad, Manuel Moreno, y el comisario de la Policía Municipal, Lorenzo Antolinez, entre otras autoridades civiles y religiosas.

Uno de los momentos más solemnes ha sido la bendición de la escultura, a cargo del párroco Mario Palacio, que ha acompañado su intervención con unas palabras de homenaje a quienes “velan por nuestra seguridad con entrega, compromiso y humanidad”. Tras la bendición, el ambiente se ha llenado con los acordes del Himno Nacional, interpretado por la banda municipal La Lira, mientras se descubrían los detalles de esta figura que desde hoy permanecerá como símbolo permanente de gratitud en el paisaje urbano de la ciudad.

La escultura, adquirida por el Ayuntamiento, busca representar no solo el vínculo entre Pozuelo y la Policía Nacional, sino también la protección, la vocación de servicio y la cercanía que este cuerpo mantiene con los vecinos del municipio.

El acto ha servido también para reforzar la imagen de Pozuelo como una ciudad segura, que no solo cuenta con altos índices de bienestar, sino también con una estrecha colaboración institucional entre cuerpos de seguridad y administración local.

Con este gesto, Pozuelo de Alarcón no solo rinde homenaje, sino que refuerza su compromiso con quienes trabajan cada día para que la ciudad viva en paz y libertad. La nueva escultura del Santo Ángel Custodio, desde su nuevo emplazamiento, custodiará también la memoria y el reconocimiento de una comunidad agradecida.