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Los viejos rockeros nunca mueren, estén donde estén. Lección de rock y también de vida las mas de dos horas y cuarto que se marcaron sus "Satánicas majestades" como se les viene llamando desde hace muchas décadas. El repertorio a la altura de su maestría encima de las tablas. Que hablen la imágenes y su música. Lo demás está todo ya dicho. Y es que estos viejos rockeros no morirán nunca. Las 50.000 personas que se pasaron anoche por el Metropolitano os lo van a contar una y otra vez: Yo estuve allí!