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LA GRAN REDADA DEL BONIATO

23-04-2023 8:59 p.m.

Redada policial en Pozuelo
(7)

Podría tratarse de una secuencia de la delirante comedia “Loca Academia de Policía”, pero no, el suceso que les relato a continuación ha sucedido de verdad, en un bar del casco viejo de Pozuelo de Alarcón y a plena luz del día. ¡Quieto todo el mundo! ¡Y manos arriba! Y al final, todo por un boniato.

Por Germán Pose - Sucedió el viernes, 21 de abril, aún no se había desplomado del todo la tarde cuando, de repente………la calle de San Roque, a espaldas del Ayuntamiento de Pozuelo, se convirtió en un severo alboroto de coches de policía nacional y municipal, trajín de agentes, más de veinte, algunos vestidos de paisano, a los que llaman “los secretas”, los sabuesos de las calles. Cosa seria. Su misión estaba clara: el bar Doña Rosa, en el número 10 de dicha calle. Se acordonó el perímetro, como dictan las normas, y los agentes irrumpieron en el local con paso firme y junto a un perro amaestrado en la detección de narcóticos y demás quebrando el plácido ánimo de la escasa clientela que en ese momento se encontraba en el interior del bar: cuatro personas más la camarera. 

¡Manos arriba! Y un chico que allí se encontraba tragando saliva gorda en su charla con su chica, le dijo : levanta las manos y luego seguimos con lo nuestro. Los más de veinte agentes, muy dispuestos, registraron a los paisanos y no les hallaron nada punible. Bueno, a uno le encontraron una pastilla en el bolsillo. ¿Y esto?, le preguntaron. Es para la tensión, les dijo el pollo. Ya, ya, le respondió el agente, sin acabar de creérselo. Y luego, los policías se colaron dentro de la barra y entraron hasta la cocina, como se dice en los partidos de fútbol. Y revolvieron todo, lo que es un registro, vamos, aunque sin orden judicial. Pero qué más da.


Y allí estaba la señora del bar, llamada Fani. Hola, ¿qué tal?, ¿y esto qué es?, les preguntó. Y quien estaba al mando respondió al instante: es una inspección rutinaria. ¿Rutinaria, con tantos policías, esto no me ha pasado nunca, qué estáis buscando? inquirió Fani, tan atónita ella. Déjanos hacer nuestro trabajo, recibió por respuesta la muchacha. Y los agentes siguieron revolviendo, por un lado y por el otro, abriendo cajones, y con el perro husmeando a fondo. Y no hallaron nada extraño, quizá alguna patata más arrugada de lo normal, una cáscara de huevo pulverizada. 

¿Y entonces qué pasó?, le pregunta a Fani el periodista de Pozuelo IN. Pues nada, contesta Fani. Como no encontraron nada me dijeron que tenía que poner una pegatina en la entrada advirtiendo de que había cámaras en el local. Y también me dijeron que tenía que tener hoja de reclamaciones. Y bueno, tenía dos patas de jamón en una bolsa para cortar y me dijeron que no lo podía tener eso así. Vaya cosa, le comenta el periodista. ¿Y algo más? 

Sí, lo más fuerte. Seguían los veinte policías en mi bar y me hicieron otra “grave” observación”. Tenía cortado un boniato en una tabla para las tapas y estaba sin cubrir, y claro, me dijeron que lo cubriera inmediatamente. Sí, claro, ahora mismo, faltaría más, les dije yo. Bueno, pues que no se vuelva a repetir, me dijo uno que estaba al mando. No, no, no se preocupe, le dije yo. Y se fueron, no sé si con la mosca detrás de sus orejas. 

El exagerado despliegue policial alarmó al vecindario, que asistió a la escena con curiosidad e inquietud. El caso es que no volvió a entrar nadie al bar hasta pasadas unas horas. Las inspecciones rutinarias es lo que tienen. Todo un éxito para los servicios de información de la policía nacional y municipal, y para sus mandos, por supuesto, que a veces nos traen el recuerdo de esa película “Loca Academia de Policía”. Felicidades por esa gran gesta de parte de este medio. Misiones bobas y disparos en falso que soportan los fondos que aportan los vecinos de Pozuelo que ya no saben a qué atenerse. Se dice que la policía no es tonta, pero, ejem, que me entra la tos. Aunque si los agentes quieren saber cosas, que no monten tantos pollos a lo tonto y consulten a Pozuelo IN. Sí, que lo pregunten, estar en la calle es lo que tiene. Aunque les diremos: na nai del peluquín, somos Pozuelo IN.

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