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SE ACABÓ EL CACHONDEO

11-09-2022 12:42 p.m.

Fin de fiestas Pozuelo
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Eran las cinco de la mañana, las cinco más o menos en punto de la mañana. Un tipo gordo y con bigotes nos dijo adiós tras su barra blanca. Pagamos la cuenta y nos fuimos, Lolín y yo, y en el cielo oscuro, el guiño final de la luna ancha.

Por Germán Pose - ¡Se acabó el cachondeo!, exclamó Lolín, bautizado en su día Manuel Clares Monge, filósofo y sabio de bajos fondos, tras rascarse la última rupia del bolsillo de su pantalón azul. Terminaron las fiestas de Pozuelo entre el jolgorio y la dichosa algarabía de una muchedumbre sub-23, valga el símil futbolero, o sea, que Lolín y el que suscribe, parecíamos terodáctilos de Varón Dandy entre las fragancias frescas que despedían los cuerpos de las muchachas y muchachos en flor que abarrotaban la plaza del pueblo.  


Un gran botellón juvenil puso el broche final a una semana de fiestas muy esperadas después de tanto tiempo de silencio pero que no pasarán a la historia. Eso sí, incidentes mínimos, a excepción de alguna trifulca triste de tercera por un quítame allá esas pajas. 

Conciertos de cuello bajo, encierros taurinos para no comentar, por si las moscas, y unos cuantos festejos melancólicos en la placita de toros para olvidar. El caso es que acabaron las fiestas y la noche se quedó sola, como una amante de esquina. 


Pero antes del vigoroso colofón quinceañero se celebró el tradicional “Pobre de mí” en el jardín que refresca la iglesia de la Asunción. Todo el pueblo convocado, las peñas en cabeza, aunque alguna fue incapaz de asistir a causa de la furia de su charanga, el Larios y el Chinchón, y porque no se puede con todo.  

Emocionante acto, paseo popular con velas rindiendo honores a la imagen de la Virgen, respeto y devoción al son que tocaba la severa y contenida banda de música. Y presidiendo el asunto la alcaldesa Susana Pérez Quislant, junto a vecinos de fuste. Y me planté ante ella para inmortalizar el momento con mi cámara de ocasión, pero la alcaldesa giró su cuello y me hizo la cobra, será porque soy de Pozuelo IN o porque nunca coincidió conmigo en una barra de bar. Y yo me alegro, como diría Juncal. 


Fin de fiestas y regresa al pueblo el ritmo cotidiano, la marcha normal. Todo ha ido bien y la pasta ha corrido por las cajas, que es lo que importa. Ahora llega el otoño, con su mirada sombría, y el año que viene, también.

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