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JUNIO 2014  /  ENTREVISTAS

LUIS DIÉGUEZ: UN OLÍMPICO EN POZUELO

01-09-2014 10:40 a.m.

El saltador olímpico de plataforma de 10 metros Luis Diéguez cambió el agua por los despachos.

Nunca dejó el agua. De hecho, sigue compitiendo en ese elemento como lo prueba el hecho de que acaba de regresar de Costa Rica de una competición de esquí acuático. Se siente como pez en el agua si se le pregunta por su pasión, el líquido elemento. Se marchó de Pozuelo de jovencito para entrenar cerca de su club, el Canoe. El objetivo de Luis Diéguez (Madrid, 30 octubre 1966) era preparase para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84. Allí acudió con apenas 17 años y realizó un papel bastante digno teniendo en cuenta que era uno de los más jóvenes de la expedición española.

No pudo repetir la aventura olímpica debido a una lesión que le alejó de la competición. Su calendario era Seul’88 y Barcelona’92, donde pondría fin a su etapa en la selección. No pudo ser, aunque eso no le impidió seguir cerca del deporte. Primero, compitiendo en deportes como el esquí náutico, el kite surf y el motociclismo.

Aún sigue luchando en ellos y demostrando que se puede ser gran deportista a cualquier edad. Segundo, vinculado desde otro estamento a clubes y empresas deportivas. Actualmente es el director financiero del Real Canoe Natación Club, uno de los señeros en el deporte acuático nacional y acaba de montar E-Fit pozuelo, una empresa dedicada al entrenamiento personal.

Este deportista de élite tuvo una experiencia “interesante. Más que nada es la educación deportiva que adquieres. No sólo hay que esforzarse, hay que tener una constancia diaria para mantenerse en esa élite, en la que ganas muchos valores”, asegura Luis, que destaca que esa época “me sirvió para coger unos hábitos que luego me valieron para hacer una carrera universitaria, para seguir vinculado al mundo deportivo a través del mundo laboral, para ayudar a deportistas con la experiencia que conseguí”.

Una etapa dura

Para Luis, el momento más duro como deportista fue darse cuenta de que su rodilla no daba para más. “Hasta que llegó el momento de la retirada, estuve bastante tiempo con operaciones y entrenando. Incluso con la lesión continué compitiendo. Esto nos pasa a todos los deportistas. A unos se les resuelve de forma favorable, pero yo no tuve esa suerte y me tocó la retirada”, señala aunque valora de forma positiva su experiencia.

Ha competido a todos los niveles nacionales e internacionales, llegando a conseguir varios campeonatos nacionales aunque se quedó a las puertas de medalla en los campeonatos del Mundo. Llegó a ser cuarto en uno de ellos, en el de Lakatia en 1987.

Para Luis, con quien nos vimos en las instalaciones del polideportivo municipal El Torreón, el balance es “positivo. Triste porque te tienes que retirar en un momento en el que quizás no deberías hacerlo, pero positivo”, nos dice. Pero está claro que había relevo. Ahora, la sección de Saltos del Canoe tiene una escuela en las instalaciones del Centro de Natación de la Comunidad de Madrid M-86, con un total de 20 saltadores, todos ellos entre los mejores de España, mientras que los junior son un total de 45.

Sin alejarse del deporte

Después de su época deportiva, Luis terminó como auditor de cuentas y director financiero de uno de los clubs más importantes en el mundo de la natación, el Canoe. Allí no sólo vigila que las cuentas salgan bien, sino que busca la posibilidad de canalizar el dinero que tienen al desarrollo del potencial de los deportistas que hay.

“Es una labor complicada, ya que es una especialidad en la que no hay demasiados patrocinios y sí mucho dinero que gastar. Al no ser un deporte de masas en el que haya un gran aporte de dinero por parte de entradas, hay que buscar otro tipo de financiación: aportación de socios, ayuda de los padres y de los mismos deportistas es lo que nos hace que podamos pagar desplazamientos, técnicos y demás”, asegura Diéguez.

El objetivo que tiene es mantener la estructura necesaria para seguir con el nivel deportivo que tiene el club, ya que siguen siendo el número uno a nivel de saltos y de natación; en waterpolo son de los mejores, manteniéndose siempre en la Primera División; en sincronizada están saliendo nuevas deportistas con grandes éxitos… “Se están consiguiendo unas metas deportivas muy altas. Ahora estamos intentando mantenerlo económicamente viable”, señala.

Regreso a Pozuelo

Otra de las cosas que ha hecho Luis durante este tiempo, eso sí, sin alejarse del deporte, es montar una empresa de entrenamiento personal junto a su esposa Raquel. Se trata de la electroestimulación, una técnica que vienen de los países del este y que permite en un pequeño margen de tiempo mantenerte en forma y quemar calorías. “Además, sirve para deportistas profesionales, que ven en esta técnica un complemento al deporte que hacen”, nos comenta Luis, que se decidió a montarla después de probarla él mismo debido a sus dolores de espalda.

Luis siempre vivió en Pozuelo, aunque tuvo que trasladarse con su familia a Madrid para estar más cerca del club donde tenía que entrenar más de cuatro horas diarias. Pero él sabía que tenía que volver y en cuanto pudo, después de retirarse, regresó junto a su mujer, también de Pozuelo, y sus dos hijas al municipio donde creció. Aquí es donde se ha criado y es lo que le gusta.

“Tranquilidad, espacio, te sientes muy a gusto. El perfil de la gente que hay es como nosotros, familias jóvenes con niños. Es lo que nos gusta”, destaca Luis como motivos para volver a este municipio.

Consejos para los más pequeños

Este deportista, porque aunque profesionalmente se dedique a otras cosas siempre será deportista, se lo pasó en grande en su experiencia olímpica. Fue hace 30 años, en unos juegos que destacaron sobre todo porque fueron unos de los que reunieron a un mayor número de estrellas, a pesar de la ausencia de la Unión Soviética. El Dream Team con Michael Jordan a la cabeza, Carl Lewis, Sebastian Coe, el equipo español de baloncesto, la medalla de oro conseguida por Roberto Molina y Luis Doreste en vela 470… fueron algunos de los héroes de esos Juegos Olímpicos.

Luis, uno de los cerca de 6.000 deportistas que participaron, disfrutó desde el momento en el que se subió al avión para llegar a Estados Unidos, donde todos sus compañeros se divertían. “Incluso las azafatas participaban en los juegos que hacían todos. Las visitas que hacíamos a los parques temáticos, a Hollywood, al barrio chino, todo fue espectacular”, nos cuenta con una sonrisa en los labios.

Para él, lo importante del deporte es aprovecharlo. “Que se centren en su práctica todo lo que puedan, porque van a obtener valores muchísimo más positivos de los que puedan conseguir en la calle. Que se metan en círculos de ambiente deportivo, que busquen amigos que practiquen algún deporte. Lo van a pasar muy bien, van a conseguir resultados y van a conseguir en la vida algo positivo. Les va a ayudar a tener disciplina y constancia”, aconseja a los más pequeños. Asegura que yodo lo que van a conseguir con la práctica del deporte es positivo.

Como curiosidad, a Luis le parecen los concursos de la tele en el que los famosos saltan desde un trampolín, “algo bueno porque fomentan el deporte y dan a conocer una disciplina poco conocida, aunque los vea como unos kamikazes”, nos dice entre risas señalando que “sin una preparación adecuada, se pueden hacer mucho daño. Aunque tienen un gran mérito”.

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