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La Policía Nacional detiene al autor de un secuestro virtual con el que estafaron 3.000 euros a una mujer de Madrid

22-07-2017 1:15 p.m.

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Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Policía de Investigación de Chile (PDI), han detenido en Chile al autor y a las dos colaboradoras de un secuestro virtual con el que estafaron 3.000 euros a una mujer que se encontraba en España. Los estafadores simularon por teléfono el secuestro de la hija de la víctima y la obligaron a realizar, bajo amenazas tales como “tiene a su hija atada de manos y pies, no cuelgue… o le vamos a hacer daño”, dos ingresos, a nombre de las dos colaboradoras. Los afectados por este tipo de hechos sufren episodios de pánico cuando reciben la llamada de los falsos secuestradores, que les provocan, como consecuencia, situaciones de bloqueo que les impiden avisar a la Policía o efectuar cualquier comprobación. Los intentos de secuestros virtuales provienen de llamadas con número oculto o con prefijo 0056 o +56, unas pautas básicas permiten prevenir caer en la trampa. Si al descolgar su teléfono le dicen que han secuestrado a un familiar, debe mantener la calma, comprobar la información y avisar a la Policía con la mayor brevedad.

10.000 euros a cambio de su liberación
La investigación comenzó tras recibir la denuncia de la víctima del secuestro virtual, una mujer de 65 años residente del barrio de Chamberí (Madrid). En la denuncia relató que el pasado 5 de julio recibió una llamada en el fijo de su casa desde un teléfono con prefijo chileno. En ella escuchó unos gritos de una chica que creyó era su hija. A continuación un varón con acento latino le amenazó: “tiene a su hija atada de manos y pies, no cuelgue la llamada o le vamos a hacer daño a su hija”.

A cambio de la liberación de la chica los falsos secuestradores le solicitaron la cantidad de 10.000, a lo que la mujer respondió que solo disponía de 3.000. Seguidamente le instaron a seguir la conversación a través del teléfono móvil pero sin colgar el fijo, con la intención de que quedase incomunicada, y le exigieron el pago del dinero de inmediato. Para ello la víctima consiguió realizar un primer envío de 1.200 euros -límite establecido por su tarjeta- a nombre de una colaboradora del autor de la llamada a través de una Oficina de Correos de Madrid.

Esa misma noche la víctima consiguió hablar con la que creía su hija para comprobar que seguía con vida. Poco después, recibió una segunda llamada desde otro número, pero realizada por la misma persona, donde le comunicaron que el envío se había llevado a cabo correctamente y que debía hacer otro ingreso de 1.800 euros al día siguiente. De esta forma la afectada realizó un nuevo envío a la mañana siguiente a nombre de otra de las cómplices. Para evitar dejar rastros, después de cada envío le obligaban a romper el justificante cerca del altavoz del teléfono. En la segunda ocasión la mujer guardó los trozos del mismo, lo que facilitó la resolución de la investigación.

Con toda esta información los agentes especializados en secuestros virtuales se pusieron en contacto con la PDI chilena, como parte de un Equipo conjunto de Investigación, con el objeto de esclarecer el origen de las llamadas y prevenir nuevos pagos. Avanzada la investigación se consiguió identificar a tres personas involucradas en la estafa: un varón que realizó la llamada, y dos mujeres a cuyo nombre se realizaron los dos pagos. El autor se encontraba cumpliendo condena en un centro penitenciario de Chile y sus cómplices eran su pareja sentimental y la madre de ésta.

La operación ha culminado con la detención en Chile de los tres implicados. Además se han intervenido dos teléfonos móviles y resguardos de la recepción del dinero.

¿Qué es un “secuestro virtual”?
El denominado “secuestro virtual” es un intento de estafa a través de una llamada telefónica en la que se intenta hacer creer a la víctima que algún familiar suyo está secuestrado para exigirle dinero por su liberación. El número de teléfono de la víctima es elegido por casualidad. Ese mismo día los falsos secuestradores pueden realizar decenas o centenas de llamadas. La Policía Nacional quiere concienciar al ciudadano de que no está ante un secu

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